—¿Estás diciendo que éste hombre está involucrado en el secuestro de mi familia?— dijo Nathaniel con asombro.— Esas son mis sospechas, hasta ahora sólo estoy haciendo conjeturas, no tengo nada concreto en que basarme, — dijo Browning— pero su compañero está resentido y quizás lo que desee es culpar por algo. — ¿Podemos traer a ese policía hasta,acá mi viejo?— preguntó Nathan muy inquieto— mañana serán tres días para el plazo. — ¿Vas a sacar el dinero restante?— preguntó Gabriel? — Deberías ir mañana y hablar con el gerente. — Tengo una idea más arriesgada— dijo Nathaniel mirando a sus amigos— pensaba hacer un truco con los cincuenta que tengo, colocarlos encima y debajo solo papel cortado del tamaño de los billetes. —Si es bastante arriesgado, pero pondrías en peligro a tu mujer e hijo— dijo Gabriel. — No si actuamos con inteligencia— dijo el viejo abogado— deberías sacar la mitad del dinero, es decir ve mañana por ciento cincuenta, hacemos que éste policía vea el dinero que se
Después del desayuno todos los que estaban con Nathan salieron a ocuparse de lo decidido la noche anterior, mientras Benjamín decía a su madre: — Me parece que cuatro días es demasiado tiempo para estar alimentando a esa mujer y su mocoso. — Tu deberías aprender a controlar ese mal genio y tener más paciencia, ya di mi palabra y así será, ¿porque no pediste de una vez una buena cantidad de dinero?— reprochó Meredith— ¡Cincuenta millones para Nathan es como sacar una tajada de un gran pastel, no ves como me duplicó la cantidad, a ese lo que le sobra es dinero hijo mío! —¡Me desespera la espera madre! — exclamó Benjamín— además ayer mandó a exigir pamper y cobija para su hijo. Benjamín se mofó imitando la voz de Charlotte. — También hay que ser conscientes, el bebé necesita cambiarse— convino ella— no podemos ser tan indolentes. — ¿Para qué tanta consideración? De todas maneras van a morir, si el bebé anda dejando sus cacas en el cuartucho ése, pues que aprenda,— se quejó él—ell
Un día más para Charlotte y su bebé encerrada, por lo menos durmió mejor al tener los pañales para su bebé, no eran muchos, pero hasta ahora los estaba aprovechando, también el poder disfrutar de ver un poco de luz a través de su ventana, le daba un poco de aliento en la espera que al parecer sería larga; esa mañana se habían tardado en venir con la comida.Cómo le gustaría saber de su esposo, lo que se había logrado para encontrarla, pero éste era un tema de oscuridad para ella. El ex agente Clayton estaba viviendo cerca de la casa ocupada por Meredith y Benjamín, no quisieron alojarlo allí para que no hubiera sospechas, esa mañana llegó con el desayuno para todos, se tardó porque hizo unas compras primeramente; Meredith al verlo le dijo:—Llegas tarde, ¿qué sucedió? las compras para el almuerzo las haremos nosotros, queremos salir y despejar un poco la cabeza, mi hijo y yo estamos bastante estresados con éste suceso. — Está bien, pueden llevarse mi auto para que no andén a pie—
El abogado Browning se sentó frente a Clayton, quien estaba nervioso y empezó preguntando:— Oí que te llamas Clayton, soy Gary Browning, soy amigo de Nathaniel Hastings, me alegra que hayas accedido a ayudar en nuestra tarea de encontrar a Meredith y a su hijo Benjamín. Clayton se quedó observando al hombre un momento, volvió su mirada hacia Nathaniel que estaba esperando con los brazos cruzados como queriendo proteger algo muy preciado, al fin el hombre se decidió a decir:— Yo se que ustedes no están buscando a esa señora y a su hijo, si no a la señora Charlotte y a su bebé— la voz del ex agente se escuchó clara y sin temor. Para un hombre que hasta hace unos segundos atrás se sentía acorralado, fue aliviado saber que tenía seguridad al hablar. Nathaniel se puso de pie de un salto había estado sentado en uno de los sofás retirado del escritorio de caoba, pero muy rápido se colocó al frente del hombre diciendo:— ¿Usted sabe dónde está mi esposa Clayton? Este cabeceó afirmativame
Charlotte estuvo inquieta toda esa tarde, se prometió no comer nada de lo que le trajeran, guardó algo del almuerzo para dar a su bebé más tarde, pero de alguna manera resistiría la maldad de Meredith. La mujer que había seguido a Benjamín y a su madre, la verdad tenía dotes de detective, fue muy prudente en ir a una distancia prudencial, vió la dirección exacta y se dirigió al puesto policial más cercano; era una mujer robusta, de un metro sesenta y cuatro de estatura,cabello algo desarreglado, rostro bondadoso, ojos muy brillantes y mirada astuta e inteligente, una vez allí preguntó:— ¿Quién es el que está al mando acá? — ¿Qué desea la señora? ¿En qué podemos servirla? — dijo un policía detrás de un escritorio. — Necesito conversar con su jefe o si usted es, entonces será con quien hable— dijo ella. — El jefe salió hace un momento, vendrá más tarde, si es para hacer alguna denuncia puede escribir acá y yo se lo hago saber, ahora si es algo personal, debe esperarlo— dijo el poli
Clayton, apenas vió el movimiento con la policía y lo que sucedía, se mezcló entre los curiosos que estaban merodeando y enterarse de lo que veían, rodeó la casa y entró por la puerta trasera, tenía que esperar a que bajara la intensidad de la gente que estaba comentando lo sucedido. Buscó la llave, sabía dónde la tenía guardada Meredith, no quiso avisar a Nathaniel, pues vendría hasta el lugar y podrían complicarse las cosas para él, así que decidió actuar por sí mismo, esperó a que llegara la noche y bajó al sótano, abrió la puerta, allí estaba Charlotte esperando abrazada a su bebé. — ¿Qué fue ése ruido más temprano?— se atrevió a preguntar. — Vino la policía y se llevó a la señora y a su hijo, no tengo idea de cómo no la buscaron a usted, al parecer no saben que la tenían acá— dijo Clayton— voy a llevarla con su esposo señora Hastings, ya hablé con él, por eso le dije que ésta noche saldría de acá, venga conmigo por favor, él buscó el auto de ella que estaba en la vieja cocher
Todos sonrieron, había picardía sana en aquel comentario Christopher fue el primero en hablar:— Emma y yo hemos estado avanzando en nuestra amistad, aunque no me he atrevido a hablar de mis sentimientos, siento que se acerca el momento de dar otro paso. — ¡Mi amigo quien no arriesga no gana!— dijo Gabriel— yo creo que tengo muy buenas posibilidades con Rosemary, así que apuesto a que ya me gané su corazón. — La verdad yo los felicito a ambos, ami suegro quien ha hecho una excelente labor con Emma, la verdad es otra mujer, me imagino que aprendió la lección— dijo Nathan y a tí Gabriel, esa muchacha es de origen humilde como mi Charlie, pero su corazón pesa en oro sólido. — Si se que Rosemary es única en su especie, por lo menos para mí— dijo Gabriel. — Bueno yo no estoy en esa onda del romanticismo ni enamoramientos, así que me voy a averiguar lo sucedido con ese par de joyas — dijo el viejo abogado. — Por favor mantenme informado con lujo de detalles— dijo Nathaniel. — Cuenta
Esa mañana Phillips Browning se ocupó de averiguar cada detalle de la captura de Meredith y su hijo, tenía demasiada influencia a nivel policial y los usó para lograr información. Ya en la tarde visitaba el lugar donde se encontraba recluida la madre. — Hola, ¿como está señora Archer? Ella lo miró con desafío y respondió:— Estoy super bien, ¿no me ve? Él hizo un gesto irónico y sonrió con desdén. — Me imagino que no la pasa usted bien, pero cada acción tiene su consecuencia señora, no entiendo cual era su afán de ir dejando muertos solo para obtener dinero— dijo el abogado. — Realmente ese no es su problema señor— respondió ella llena de amargura— quien me estorba lo saco de en medio. — Es increible que usted no tenga aprecio por la vida de las personas— el crimen es terrible ¿Sabe? Le espera una vida muy larga en prisión tanto a usted como a su hijo. — Ya lo veremos— respondió ella altiva. — ¿Aún cree que pueda ganar esta guerra?— preguntó él sin poder creer la actitud que te