El señor Conrad suspiró profundamente como si le costara respirar, luego pronunció:"Hace veinte años, cuando apenas tenías nueve años, se acercaba nuestro aniversario de bodas y quería darle algo especial a tu madre ese día, así que pensé en comprar una joya única diseñada para ella, que llevara su nombre. No sé si en algún momento te enteraste, Max, pero tu madre sufría de depresión. Esta enfermedad es algo...""Sé de qué se trata la depresión", interrumpió Max. "Ahora ve al grano", gruñó, mirando impaciente la hora en su reloj.El señor Conrad continuó: "Ella había mejorado mucho en los últimos años, pero después de la muerte de tu abuelo, ella se sumió de nuevo en la oscuridad de su habitación. El doctor dijo que haciéndola sentir amada y necesitada por nosotros, por su familia, ella podría recuperarse de nuevo."Por eso quería sorprenderla. Le comenté esto a un amigo y él me recomendó a una joven diseñadora llamada Alicia Song para el diseño.""Ahora entiendo", dijo Max de forma
Yudith abrió los ojos y miró a su alrededor en la habitación; aquel lugar aún parecía tan extraño.Se movió para levantarse, pero sus nervios se tensaron sintiendo una punzada de dolor en el vientre y el abdomen. Yudith resopló un poco por la incomodidad del dolor y se obligó a sentarse en el borde de la cama. Luego de unos minutos, se separó para ir al baño, pero apenas podía caminar. Esto le recordó que por este mismo motivo fue al hospital en el pasado, solo para enterarse de que tenía cáncer.El dolor en aquel momento fue controlado con algunos medicamentos que Víctor le recetó, pero hacía un tiempo que Yudith olvidó tomarlos. Cuando salió del baño, vio a Pamela sentada en la cama, que al parecer la estaba esperando. Yudith se puso nerviosa de inmediato y se quedó paralizada, agarrándose el vientre, pues cada vez el dolor era más persistente.Pamela la miró y notó su incomodidad, y fue hacia ella. "¿Qué te sucede?" le preguntó Pamela, aunque trató de parecer que no estaba preocupad
Después de desahogarse, Yudith tenía tantas preguntas y Pamela también, pero Pamela se limitó a escuchar a Yudith y a despejar sus dudas."¿Estás segura de que no tuviste nada que ver con ese señor Hamilton?", volvió a preguntar Yudith para estar segura. Entonces, Pamela empezó a contarle cómo lo conoció y que solo planearon ser socios. Entonces, Yudith por fin se convenció. Pamela le acarició el rostro a su hija, incrédula, pensó que probablemente nunca la volvería a ver, pero ahí estaba frente a ella. aunque la felicidad solo era a medias porque que madre quisiera ver a su hija en un lugar como ése,."No te preocupes, Yudith, no permitiré que ningún bastardo te ponga un dedo encima mientras estés aquí. Te prometo que buscaré la forma de sacarte de este lugar, ¿entendiste?", le dijo Pamela. Yudith la miró y sintió con emociones encontradas, dándose cuenta de que el destino a veces es irónico. Porque allá afuera se sentía sola y desamparada, sin motivación para vivir, pero el destino
Dos hombres llevaron a Yudith y la dejaron en un parque donde Max ya la estaba esperando.Desde que Harris mencionó el nombre de Javier, Max supo enseguida de quién se trataba. Javier y Max, en el pasado, fueron socios, pero debido a los negocios ilegales y sucios que Javier hacía a espaldas de Max, él rompió.La sociedad con él, aunque Javier intentó quedarse con todo, ya que siempre ha sido un hombre avaricioso. Incluso intentó atacarlo en varias ocasiones, pero Max demostró que con él no se juega. Aunque. Max no es un hombre de atentar contra los más débiles sin motivo, alguno tampoco es alguien que se deja manipular ni tampoco le teme a nada ni a nadie. Max le dio a Javier una lección que jamás olvidaría y tomó su parte del negocio, decidiendo hacerse cargo de la empresa familiar que en ese tiempo estaba pasando por una crisis financiera debido a la ausencia de su padre.Cuando Yudith vio a Max salir del auto y acercarse a ella, su pecho le empezó a palpitar como loco. Fueron sol
No lo sé, solo quería tomar un poco de aire, eso es todo. respondio' —Yudith Está bien Ya pasó, pero espero que hayas aprendido la lección y no vuelvas a escapar de mí. ¿Entiendes? le dijo Max en un tono serio Yudith solo asintió. Max le dio un beso en la frente, y uno en la punta de la nariz y, por último, bajó a su boca y la exploró cada rincón con un beso apasionado y ardiente que se prolongó por un largo tiempo. Al día siguiente, después de asegurarse de que Max no estaba en la casa, Yudith sacó el sobre nuevamente y extrajo el contenido del papel que tenía un nombre escrito y un número de teléfono. Yudith no tenía teléfono, ya que eso también era una de las restricciones que Max le había impuesto cuando la aisló del mundo. Yudith Bajó a la cocina y tomó prestado ' 'él teléfono de la señora Nani• Hola. • ¿Sí, con quién hablo? - dijo una voz masculina al otro lado de la línea. • ¿Usted es Richard Casado? • Sí, soy yo. ¿En qué puedo ayudarte? Yudith le explicó la situación y e
Yudith levantó una ceja con sorpresa y preguntó:— ¿Cuál es el motivo para darme esto?Max, que estaba de pie a su lado, la jaló por una muñeca. Yudith, impulsada por su agarre, se levantó de la silla, pero Max hizo el intento de abrazarla por la cintura para sentirla más cerca. Yudith esta vez fue más rápida y lo esquivó, caminó y se alejó de él unos cuantos pasos. Yudith quería mantener su distancia, de él pues siempre que su nariz absorbía el olor penetrante y seductor que emanaba del cuerpo de Max, ni su mente ni su cuerpo pensaban con claridad.— ¿Qué sucede? — Max inmediatamente frunció el ceño y arqueó una de sus perfectas cejas con evidente molestia. Se sentía tan atraído que no quería estar ni un centímetro lejos de ella. — ¿No te gusta? — le preguntó a Yudith con un tono de impaciencia.— Es hermoso, — expresó pero ¿por qué me lo das a mí? — Ella repitió la pregunta mientras lo miraba a los ojos, ansiosa por escuchar alguna respuesta clara. — Debe haber algún motivo para dar
—Sólo aflojó su agarre cuando su boca probó el sabor metálico de la sangre que brotaba de la herida que llevaba la forma de sus dientes justo en medio de la espalda de Max.Max entró en la habitación y aseguró la puerta con llave. Luego depositó a Yudith sobre la cama. Yudith forcejeó con él nuevamente, pero Max subió encima de ella y la dominó con facilidad.—¡Suéltame, bastardo, mentiroso! —le gritó mientras lo fulminaba con la mirada.Los dos respiraban con ahogo mientras se miraban con intensidad.—Dime qué te sucede, ¿por qué estás tan enojada? Ya te dije, si no te gusta el collar, puedes pedir cualquier otra cosa. Entonces, ¿por qué estás haciendo tanto drama?—Dame el divorcio, eso es lo único que quiero de ti. Quiero ser libre —expresó Yudith con la voz ronca. y muy seria,Sus rostros estaban tan cerca que cada uno podía ver su reflejo en los ojos del otro. Max arrugó las cejas con incomodidad y molestia cuando ella mencionó el tema del divorcio por segunda vez, pero trató de
Después de un rato, Max salió del baño. Tras tomar una ducha, buscó en la habitación con la mirada a Yudith. No la veía en la cama; la encontró sentada en un rincón, abrazándose a sí misma, completamente dormida.Después de ponerse unos bóxers, la cargó con cuidado de no despertarla y la llevó suavemente a la cama. Se sentó a su lado y la observó por un momento. Ante la luz tenue de la habitación, el rostro de Yudith parecía angelical; su piel, blanca como la leche, brillaba como una perla bajo la luz de la luna, y sus largos rizos, negros como la tinta, estaban esparcidos por toda la almohada. Max se inclinó lentamente y depositó un pequeño beso en su frente. Al mismo tiempo, inhaló profundamente, llenando sus fosas nasales con el adictivo aroma de su cuerpo, ese aroma que lo volvía completamente loco mientras la miraba de forma posesiva.Yudith se movió, pero solo se volteó hacia el otro lado y no despertó. Estaba muy agotada después de haber luchado con tanta ferocidad.Al día sigu