No se que hora era, cuando de pronto empecé a encontrarme algo mal, siendo mi amiga Loren la que me ayudó a llegar al cuarto de baño del Club, pues mis ganas de vomitar eran tan fuertes que si no llega a ser por ella, allí mismo hubiera tirado todo lo que mi estomago tenia. Cerca del cuarto de baño, había una especie de pasillo que llevaba a un gran almacén que estaba completamente oscuro, mi amiga abrió la puerta dándome cuenta casi inmediatamente que aquello no era el cuarto de baño, haciendo que las dos nos riéramos a carcajadas ya que habíamos bebido demasiado y nos era algo difícil ver por dónde íbamos, tropezando con todo lo que nos encontrábamos mientras andábamos
— Espérame aquí, ahora vengo con Adrian y que nos ayude, no te muevas ¿eh? — me dijo Loren, dejándome apoyada de pie en la pared.
Ni siquiera me acordaba porque estaba de pie en esa pared, iba tan bebida que ya no comprendia porque mi amiga me había dejado allí sola, haciéndome sentir las miradas y las risas de toda la gente que por allí entraba y salía, sintiéndome pequeñita. Una de las chicas que en ese momento salía de aquel cuarto de baño, me dio un empujón haciendo que me tambaleara de tal manera que casi me caigo al suelo, pero de pronto pude notar como un brazo me cogia de mi cintura evitando lo que pensé que ya era inevitable, caerme al suelo de cara.
— Señorita ¿se encuentra bien? — escuche hablar a un hombre con una voz suave y muy tranquilizadora
— La verdad es que no, lo que necesito es volver con mis amigos, ellos están sentados cerca de la pista de baile — le dije como pude, ya que casi no me salían las palabras y ni yo misma entendía lo que estaba diciendo
— Vamos yo la acompaño, — me dijo rodeando mi cintura con su brazo, haciéndome subir por una escalera que yo no había visto antes
— ¿Dónde me lleva? no me encuentro nada bien — le dije, pero me fije que entrabamos en una especie de cuarto oscuro, sin que aquel hombre me hablara
— ¿Quién es usted?¿dónde me lleva? por favor llame a mis amigos — le repetí varias veces asustada, sin obtener ninguna contestación por su parte, notando como me tumbaba en una especie de cama
—- Vamos preciosa, tus amigos me han dicho que eres muy buena en la cama, no te resistas ahora conmigo, voy a hacer que grites hasta quedarte afónica preciosa — lo escuche entre nieblas
— No por favor, yo no soy de esa clase de mujer, déjeme por favor, quiero irme con mis amigos — le suplique
De pronto empecé a sentir frío por todo mi cuerpo, dándome cuenta de que estaba casi desnuda, sintiendo como las manos de aquel hombre me acariciaban mi cuerpo sin poder hacer yo absolutamente nada.
— ¿Se puede saber que coño estas haciendo con esa mujer? — escuche la voz de otro hombre, sintiendo el calor poco después de sus brazos rodeando mi hombros con ellos, agarrándome con mis manos a su cuello, como si mi vida dependiera de eso
— David es una puta, largate de aquí para que me la pueda follar, a ti no te importa lo que le pase, les he pagado a sus amigos para divertirme con ella un rato .---- escuche decir a aquel hombre
—- Marcus, largate de aqui ahora mismo si no quieres que te parta la cara, nadie la tocara mientras este yo aqui — le contestó el hombre que me tenía abrazada
— Vale tio, ¿la quieres para ti solito? adelante, yo ya me marcho, espero que disfrutes con ella — contestó
Levante la cabeza, quedandonos aquel hombre y yo mrandonos fijamente a los ojos, dandome cuenta de que, a pesar de lo mal que me encontraba, pude ver unos preciosos ojos de color esmeralda que me estaban mirando con un brillo especial hipnotizandome con su mirada, las facciones de su cara eran perfecctas y sus labios puede ver perfectamente que era carnosos y muy deseables. Nos quedamos los dos mirándonos fijamente, sintiendo como me acunaba en sus brazos mientras su mano acariciaba mi mejilla como si quisiera tranquilizarme, dándome cuenta de cómo nuestros labios encajaban perfectamente en ese beso que nunca me olvidaría. Me puse a horcajadas encima suya, quitando uno por uno los botones de su camisa, donde me pude dar cuenta y pude ver un torso duro y unos abdominales perfectos.
— Quieta no me gusta aprovecharme de las chicas que estan bebidas — me dijo haciendo que me riera
Pero estaba hipnotizada por aquel perfecto hombre, entregando a los pocos minutos nuestros cuerpos en un deseo irrefrenable, haciéndonos esa noche el amor como dos personas que se desean y que no había nada ni nadie a nuestro alrededor, haciéndome sentir a veces lo que era el placer y el dolor por unos minutos,, pero no me importaba sentir aquello, ya que el deseo era más fuerte que aquel dolor momentáneo. De pronto me despertó un sonido muy brusco, como de alguien que cierra fuerte una puerta. Estire el brazo pensando que estaba en mi cama, para intentar levantarme, pero el fuerte dolor de cabeza que tenía me hizo volver a tumbarme tapandome la cara con el almohadón, sintiendo que el aroma que tenía aquello, no era ni mío ni de mi novio Adrian, incorporandome enseguida para saber cierto donde me encontraba. Aunque me costó un poco, abrió de pronto los ojos, restregandome con mis puños, ya que lo estaba viendo todo en forma de neblina, comprobando así que aquel lugar ni era mi cama, en mi casa. Cuando me levante, me tape con la sábana acercándome hacia lo que me pareció un cuarto de baño, entre y deje la sabana en el suelo, fijandome en las manchas de sangre que tenía asustandome por un momento, ya que aunque tenía novio nunca llegamos a acostarnos y yo era hasta la noche anterior virgen. Me meti en la ducha cuando abrí los grifos, pasandome las uñas por mi piel intentando quitarme aquel olor tan embriagadora de mi cuerpo dejando que el agua golpeara mi cuerpo para relajarme, nada más terminar de ducharme, me sequé con una de las toallas que habían, volviendo a aquel dormitorio para ponerme mi ropa.
Busque mi ropa por toda la habitación, encontrando mi ropa bien doblada encima de un sillon que habia, dejándome algo sorprendida, porque aunque no me acordaba de nada de lo que pasó la noche anterior, quién me quitó la ropa, tuvo bastante gusto en dejarmela bien colocada en aquel asiento, ya que tenía vagos recuerdos de con quien había pasado aquella, tocándome los labios con mis dedos porque aun tenia la sensacion calida de los labios de aquel hombre que aquella noche, me hizo el amor, haciendo que tuviera sensaciones que nunca había tenido. Una vez que ya estaba vestida, mire por toda aquella habitación buscando mi bolso, ya que estaba escuchando la melodía de móvil, imaginándome que serian mis amigas llamándome, hasta que por fin lo encontré sacando de mi bolso mi móvil, viendo que era mi amiga Melody la que me estaba llamando.— ¿Keira, se puede saber dónde estás? — me respondió la voz femenina de mi hermana Melody al otro lado de la línea— No te lo vas a creer, pero no tengo n
- Cariño, me he encontrado este test de embarazo en el baño — dijo mi madrastra a mi padre, dándole a él, un test de embarazoMi padre cogió aquel palito con la mano muy sorprendido mirando a mi madrastra y a mi que entraba en ese momento en su despacho. Yo me quede inerte en la puerta, aunque no estaba tranquila por ver a mi padre tan sorprendido, pero sabía que yo era su preferida, ya que era dulce y muy inocente y mi padre sabía que nunca me metia en ningún problema, ya que yo era lo contrario a mi hermanastra, que era una chica un tanto alocada. — Keira hija, quiero que me digas ¿de quién es este test? y espero que no me mientas — m—e dijo mi padre, en el momento que entraba mi hermanastra en el despacho— Papa a mi no me mires ¿por quien me has tomado? yo soy muy decente y tu lo sabes — le respondió Melody— Entonces quedas solo tu Keira, dime ¿es tuyo este test? .-- me pregunto mi padreNo me atreví en ese momento a contestarle a mi padre, porque aunque sabía que era su querida
Nada más llegar a mi empresa, entré en mi despacho sentándome en el sillón que había detrás de mi mesa, entrando de pronto mi asistente, dejándome encima de la mesa una serie de documentos que tenía que revisar para la supuesta reunión que tenía más tarde. Dejé el bolígrafo a un lado de mi mesa y apoyé mis codos encima, apretando con mis dedos el puente de mi nariz recordando a la mujer que la noche anterior me volvió loco en aquella cama. No puedo negar que lo pase muy bien con ella, pero sentía en mi cuerpo cansancio ya que no había dormido lo suficiente y ahora me sentía muy cansado. Mientras intentaba relajarme pensando en esa mujer, en cómo nos amamos, y como recorrimos nuestros cuerpos, centímetro a centímetro, besandonos, saboreando nuestros cuerpos con un deseo irrefrenable, escuche como de pronto abrieron la puerta de mi despacho, sabiendo que sería mi amigo Carlos, ya que era el único al que le permitía entrar de esa formaCuando por fin abrí los ojos, vi la sonrisa de mi am
CUATRO AÑOS DESPUESDespués de que mi padre y su esposa me echaran de su casa, mi mejor y única amiga y yo, nos marchamos de Nueva York a Seattle donde vivían los padres de mi amiga, Sara y Lucas acogiéndome ellos en su casa como si fuera una hija más, ya que me conocían desde que éramos muy pequeñas mi amiga y yo, además de que ellos eran amigos de mis padres cuando mi madre aún vivía, marchándome después con mi padre a vivir a Nueva York cuando por desgracia mi madre tuvo un accidente de tráfico que le costó la vida, casándose tiempo después mi padre con la arpía de esposa que tenia ahora. Cuando ya creía que mi vida estaba encauzada, ya que Aroa y yo conseguimos un trabajo en una pequeña empresa que nos contrató como ayudante de oficina a mi amiga y en el puesto de recepción en la empresa a mi y que aunque no ganábamos mucho, por lo menos yo no tenía que depender totalmente de los padres de mi amiga ya que a parte de mi amiga Aroa y yo las que vivíamos con los padres de Aroa, yo t
A la mañana siguiente cuando me desperté vi que todavía era muy temprano, estaba nerviosa y no pude dormir esa noche bien pensando en mi regreso a la gran ciudad, la que tuve que abandonar al ser repudiada por mi propio padre porque mi madrastra descubrió el dichoso palito rosa, donde estaban las dos rayitas rosas diciendome que un ser muy pequeño estaba creciendo dentro de mi vientre y no tardó mucho en decírselo a mi padre. Me levanté de la cama y me acerque hasta la cocina para tomarme una taza de café caliente, marchándome después hacia la terraza sentándome en uno de los sillones que allí habían. Me quedé mirando hacia el vacío de aquella preciosa noche pensando y temiendo en lo que me esperaría cuando volviera a Nueva York, haciéndome, varias preguntas mientras le daba un sorbo a mi taza de café y recostaba mi cabeza con los ojos cerrados en el respaldo de aquel cómodo sillón donde yo estaba sentada. ¿que pasaria cuando fuera a visitar a mi moribundo padre en el hospital?¿y cuan
Con nuestras maletas en nuestras manos y mi hija pequeña en mis brazos muy emocionada, nos marchamos de la terminal del aeropuerto de Nueva York, hacia la entrada para subirnos a un taxi que me llevara a mi primero hacia la clínica donde estaba mi padre ingresado, y así marcharse después mi amiga Aroa con mi hija hacia la gran manzana donde ya la esperaba la amiga de Sara, ya que cuando nos marchamos de su casa llamó a Keit la agente de la inmobiliaria y esperaba a mi amiga, para enseñar un piso que ya tenía preparado para que las tres nos acomodamos en el y darle las llaves del piso. Cuando el taxista paró en la misma entrada de la clínica, baje del coche muy nerviosa ya que no sabía que me iba a encontrar, pero pensando que debía de no importarme nada mi madrastra, ya que el que estaba muy mal era mi padre y hasta que se casó con esa malvada mujer, lo fui todo para el. Entré en la clínica y me dirigí hacia la recepción, donde pude darme cuenta que había una enfermera atendiendo a los
Un rato después ya me encontraba en el salón de nuestra casa, sentadas en el sofá mi amiga Aroa y yo, tomándonos un refresco, dándome tiempo a mi amiga para analizar lo que me había pasado en el aparcamiento con David.—- ¿Cómo he sido tan tonta y dejar que ese hombre me besara? allí mismo Aroa, en el aparcamiento, delante de todo el mundo — le dije a mi amiga, ya que mi hija estaba en su cuarto de juegos jugando con sus juguetes—- ¿Y qué te preocupa Keira? la culpable fue tu hermana, ahora que le den y si os ha visto mejor para ti, por su culpa estas en la situación en que te encuentras, por cierto mi madre me ha llamado mientras estabas fuera, mañana tengo una entrevista de trabajo — me dijo mi amiga—- No Aroa, si alguien tiene que trabajar aquí, soy yo, vosotros ya habéis hecho bastante por mi hija y por mí — respondí—- Eso lo tengo que decidir yo, ¿no te parece?, Cintia necesita a su madre más que a su madrina — me dijo mi amiga— Tenemos que ir a los colegios entonces, mi peq
Cuando baje del taxi que pedí en la misma puerta del edificio donde vivía con mi amiga, fui a entrar en la clínica pero me quedé por un momento paralizada al ver al padre de mi hija en el mismo hall, me fui corriendo hacia los ascensores para subir a la planta donde estaba mi padre, pero como si ese hombre me hubiera visto correr, me hizo que las palpitaciones de mi corazón fueran a más de mil por horas al ver como su mano paraba la puerta del ascensor que estaba ya apunto de cerrarse. Me quedé mirándolo de reojo pero pensando en, porque aquella aventura en aquel hotel, se convirtió en mi peor pesadilla cuando me enteré de que estaba embarazada de él y aunque en un primer momento no sabía como ponerme en contacto con ese hombre,por eso preferí elegir criar yo sola a mi bebe, lo que no me suponía era que al volver a la gran ciudad me encontraría con el padre de mi hija y de la forma más inesperada. Me quedé mirándolo dándome cuenta de que él parecía diferente aunque seguía estando tan