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4/ EN LA CASA DE LAS HERMANAS

- Cariño, me he encontrado este test de embarazo en el baño — dijo mi madrastra a mi padre, dándole a él, un test de embarazo

Mi padre cogió aquel palito con la mano muy sorprendido mirando a mi madrastra y a mi que entraba en ese momento en su despacho. Yo me quede inerte en la puerta, aunque no estaba tranquila por ver a mi padre tan sorprendido, pero sabía que yo era su preferida, ya que era dulce y muy inocente y mi padre sabía que nunca me metia en ningún problema, ya que yo era lo contrario a mi hermanastra, que era una chica un tanto alocada. 

— Keira hija, quiero que me digas ¿de quién es este test? y espero que no me mientas — m—e dijo mi padre, en el momento que entraba mi hermanastra en el despacho

— Papa a mi no me mires ¿por quien me has tomado? yo soy muy decente y tu lo sabes — le respondió Melody

— Entonces quedas solo tu Keira, dime ¿es tuyo este test? .-- me pregunto mi padre

No me atreví en ese momento a contestarle a mi padre, porque aunque sabía que era su querida hija, estar embarazada de un desconocido, sabía que eso a mi padre no le gustaría y temía que se enfadara conmigo.

— Ves querido, esa hija tuya ha salido a su madre, le gusta mucho seducir a los hombres sin pensar en las consecuencias, pero ha pasado, ha habido esta vez una consecuencia muy adusta para nuestra familia — comentó mi madrastra

-

— Deja a mi madre en paz, ella no tiene nada que ver, tu hija y mi amiga me drogaron y me dejaron en una habitación sola —- les grite

— Pero qué estás diciendo, ¿estás culpando a tu hermana, porque tu tengas malas costumbres? además, a mi no me hables así, yo no tengo culpa de que te gusten los hombres — me grito mi madrastra

— Keira, discúlpate ahora mismo con tu hermana y con tu madre — me grito mi padre

— No papá, lo siento, pero no pienso hacerlo — respondí

— M****a Keira, hablare con Adrian, se tiene que hacer cargo de t y de su hijo — dijo mi padre

— Adrian no es el padre de mi bebe — respondí

— Entonces ¿dime quien es el padre de ese bastardo? — me pregunto mi padre, 

— Papa no se quien es el padre, me echaron droja en la bebida, y cuando me desperté, estaba desnuda en la cama y había un desconocido a mi lado durmiendo— le dije a mi padre llorando, ya que aquello era lo  más difícil que me había tocado hacer.

— Keira eres la vergüenza de la familia, no voy a permitir que sigas en la casa, quiero que te marches hoy mismo, no puedo permitir que nuestras amistades sepan que mi hija, es una …., me cuesta hasta decirlo, lárgate de mi casa hoy mismo — me gritó mi padre muy enfadado

                                                           ¿SERA AMOR? NO, NO PUEDE SER ESO

 No sabía qué hacía en esa habitación con aquella jovencita, Solo podía ver la silueta desnuda de ella tumbada en aquella gran cama, sonriendo mientras me iba vistiendo. Haberme acostado con una mujer virgen se podría decir que yo era un triunfador aunque no me sentía muy bien por haberlo hecho, ya que sabía que estaba bebida, pero esa mujer me volvio loco cuando sus manos empezaron a quitarme la ropa mientras nos besabamos, sintiendo que ella era mía esa noche y quien sabe si nos volveríamos a encontrar después. Pero lo que tenía muy seguro que yo David O”brien, era un hombre de negocios con mucho éxito en mis negocios y no podía jugarmela con una jovencita que además de hermosa, era virgen, pero a pesar de que no hablamos mucho, se puede decir que ella misma me había dicho que yo era el único hombre con quien esa noche tendría relación, Me fui del cuarto de baño dirigiendome seguidamente hacia una silla que había en aquella habitación donde tenía colgada mi chaqueta, me la puse por encima de la camisa que llevaba, sin apartar mi mirada de esa joven hermosa que aun dormía en aquella cama. Después de ponerme los zapatos, me di cuenta de que la ropa de aquella muchacha estaba tirada por todo el suelo de la habitación, recordando como si fuera un flash el momento en que empecé a desnudarla. Contemplar a esa mujer desnuda me hizo tener más confianza en mí ya que no recordaba haber pasado una noche tan romántica con otra mujer como la que acababa de pasar con ella, preguntándome por un momento

¿Con cuantas mujeres me había acostado quedando satisfecho como he quedado con la mujer que había ahora en aquella cama? creo que ninguna, sabiendo que esa mujer iba a representar algo más que una noche loca con su cuerpo desnudo encima y debajo de mi, mientras la escuchaba gemir y gritar por el placer que yo le estaba dando, ya que tenía la sensación de que algo más nos tenía preparado el futuro, pero no sabia el que

Antes de marcharme de aquella habitación, me quedé por un momento en la puerta observándola por última vez, era una mujer bellísima, aún podía revivir en mi memoria cada centímetro de su piel y que toque con mis manos y mis labios, pero yo David O”Brien no se enamoraba me dijo a mi mismo. Antes de salir de aquella habitación, moví mi cabeza negativamente ante la idea que por un momento se me pasó por la cabeza, ¿atarme a aquella mujer? pero no, ese no era yo, yo no me puedo enamorar de nadie, me intento convencer a mi mismo.

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