6/ VUELVO A NUEVA YORK

CUATRO AÑOS DESPUES

Después de que mi padre y su esposa me echaran de su casa, mi mejor y única amiga y yo, nos marchamos de Nueva York a Seattle donde vivían los padres de mi amiga, Sara y Lucas

 acogiéndome ellos en su casa como si fuera una hija más, ya que me conocían desde que éramos muy pequeñas mi amiga y yo, además de que ellos eran amigos de mis padres cuando mi madre aún vivía, marchándome después con mi padre a vivir a Nueva York cuando por desgracia mi madre tuvo un accidente de tráfico que le costó la vida, casándose tiempo después mi padre con la arpía de esposa que tenia ahora. Cuando ya creía que mi vida estaba encauzada, ya que Aroa y yo conseguimos un trabajo en una pequeña empresa que nos contrató como ayudante de oficina a mi amiga y en el puesto de recepción en la empresa a mi y que aunque no ganábamos mucho, por lo menos yo no tenía que depender totalmente de los padres de mi amiga ya que a parte de mi amiga Aroa y yo las que vivíamos con los padres de Aroa, yo  tenía a mi cargo una personita muy pequeña que era mi ganas de seguir adelante por ella y a la que los padres de mi amiga me ayudaron mucho, llamándolos mi hija abuelos, viendo la cara de felicidad que se le ponía a Sara, ya que para ella mi hija era como si fuese su nieta, una bebe como yo la llamaba, aunque mi hija se enfadaba conmigo por llamarla así ya que mi hija tenía cuatro años y que fue fruto de aquella noche en que mi hermanastra y la que creía que también era mi amiga, me dejaron en una cama drogada a merced de un hombre que no conocía, pero ahora estabamos bien, pues teniamos una buena familia, un trabajo y toda una vida, aunque mi vida era mi hija, para ella vivia y era feliz, pero no todo seria felicidad a partir de la llamada que recibi de un hospital de Nueva York, donde me comunicaron que mi padre estaba luchando por su vida a causa de un infarto que sufrio y reclamaba mi presencia, hay pense que mi suerte se habia terminado ya que tenia que regresar a la ciudad donde me jure cuando me marche, rota, hundida y destrozada, que nunca mas volveria, pero no siempre salen las cosas como una quiere.

—- ¿Que vas a hacer cariño? ¿vas a volver a Nueva York? — me pregunto Sara, cuando le dije que me habían llamado del hospital

— Mi padre fue muy bueno conmigo, pero ese dia estaba ciego por culpa de su nueva esposa, me han dicho que quiere verme, y es mi padre por mucho que me doliera cuando me echó de su casa Sara — respondí

— Te entiendo muy bien hija, pero por favor vuelve, me va a doler mucho el que os marcheis Cintia y tu, pero es lo que debes de hacer, hija — me contestó,

Aunque me pude dar cuenta de que Lucas, el padre de mi amiga no le gustaba mucho que me marchara de su casa, tampoco dijo nada en contra de lo que yo aunque no lo deseaba, creía que era en parte mi obligación como hija, 

— ¿Cuándo te marchas? — me pregunto el padre de mi amiga

— Voy a reservar los billetes de avión por internet dentro de unos minutos, aun no se los horarios de los aviones que van a Nueva York —- respondí– Tambien tendre que hablar con mi jefe, ya que la llamada que he recibido ha sido casi cuando ya estabamos aqui en la puerta de casa —- les comente

— No creo que el señor Don Gordo te reserve el puesto ya que está muy solicitado por algunas de las que trabajan allí — me dijo mi amiga haciendome reir

— Aroa hija, ¿que te he dicho de los motes? no me gusta que hables así y lo sabes — le dijo Sara, acallando así a mi amiga 

Mientras Sara terminaba de preparar la mesa y Lucas entretenía a mi hija, mi amiga y yo nos metimos en el despacho de su padre para hacer las reservas del avión que me llevarán de vuelta a Nueva York, estuvimos mirando paginas para ver los horarios de los vuelos, hasta que me pare en una pagina que me llamó mucho la atención, ya que el hombre que salía en ella, tenía casi todos los rasgos de mi hija, mirándonos mi amiga y yo con extrañeza

— David O”Brien, heredero de las empresas O”Brien en Nueva York, Keira no puede ser ¿verdad? ¿Es el padre de Cintia?, ese hombre es más que millonario — me dijo mi amiga

— Me da igual, nadie por muy millonario que sea me va a quitar a mi hija, además ni se acordara de mi, seguramente estaría borracho esa noche, por eso se acostó con una mujer que estaba medio drogada en aquella cama de hotel — le dije temerosa, ya que cada vez que miraba a mi hija, podía ver los rasgos de su padre, aunque pensaba que nunca jamás, averiguara quién era aquel hombre

Después de reservar los billetes de avión, cerramos el portátil del padre de mi amiga marchandonos del despacho hacia el comedor, escuchando reirse a mi hija por las cosquillas que siempre le hacía Lucas.

— ¿Ya habéis reservado el vuelo? — nos preguntó Sara

— Si ya lo hemos hecho y mama no te lo vas a creer lo que hemos averiguado también — dijo Aroa

— Mamá, mami ¿es que os vais a algún sitio? — me pregunto mi hija

— Cintia cariño, mamá tiene una cosita que decirte, pero será mañana ¿vale mi cielo? — le dije a mi hija, acunandola en mis brazos

Ya no hablamos mas, solamente nos sentamos todos alrededor de la mesa a cenar, pero cada vez que mi amiga Aroa le quería decir a sus padres, que sabíamos quien era el padre de mi hija Cintia, yo le daba una pequeña patada por debajo de la mesa o un pellizquete en su brazo, mirandonos Sara de una forma tan extraña que acabamos mi amiga y yo riendo, hasta que las lágrimas hacían su presencia en nuestras mejillas

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