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FILOFOBIA
FILOFOBIA
Por: Mini-kiss
Capítulo 001

❝♡ Leah ♡ ❞

La cena que había preparado Samuel para nosotros esta noche me tenía un tanto nerviosa, la tensión entre nosotros el último mes había aumentado—Aún más que durante el último año luego de saber lo de su infidelidad— y eso no era que me agradará demasiado, aparte que los tres meses de embarazo comenzaban a notarse y tenía que decírselo más rápido, antes que él lo notara por sí solo y se enojara por ocultarlo, así que está era la hora.

Las discusiones constantes ya me estaban hartando un tanto de todo, me hacían sentir patética al intentar volver a nuestros dos primeros años de matrimonio, en dónde parecíamos un par de enamorados a pesar de haber sido comprometidos a la fuerza. Todo esto comenzó con una estupidez, bueno, dependiendo del punto de vista que se tuviera, para mí no lo era, para él sí, decía que, de todos modos nos habíamos casado a la fuerza, por lo que debía dejarlo ser feliz, feliz con ella; su amante, una mujer que había tenido que soportar durante meses, ya prácticamente un año, con tal de tenerlo aún a mi lado, estaba enamorada de él, aparte que estábamos casados y nuestro matrimonio era importante en muchos aspectos. Pero estaba harta de haber perdido aquella sensación de calidez que tuve alguna vez cuando recién nos habíamos casado, cuando encontrábamos el apoyo que necesitábamos el uno en el otro, cuando el sexo no era solo una obligación para procrear un heredero para las grandes empresas que ahora era una de las pocas cosas que nos unían, aparte del embarazo y el papel que firmaba nuestro matrimonio, claro está.

Tres años de matrimonio, muy pocos y ya no nos soportábamos, o al menos él no me soportaba a mí, ya que yo a duras penas lo veía en el día, y teniendo en cuenta sus palabras explícitas en la última pelea que tuvimos luego un momento pasional, soltó como era que trabajaba hasta la madrugada o dormía en un apartamento que le rentaba a su amante para no tener que verme la cara, lo cual me hirió de una manera que creo no poder superar tan rápidamente, o tal vez nunca, sus palabras siempre tenían esa intención, herirme, alejarme cada día más de él y hacer que las cenizas de lo que alguna vez sentí por él, se esfuman cada vez más rápido.

—Buenas noches.

Hablé ingresando al comedor, se encontraba sentado ya, con unos papeles en manos y ni siquiera se tomó la prudencia de ponerse en pie para recibirme.

—Siéntate y seamos rápidos en esto, tengo algo más importante que hacer esta noche —Suspiro exasperado.

—Con tu amante —respondo con calma sentándome —Tengo que decirte algo, algo importante —hablo mientras buscaba entre el bolso que traía la prueba clínica de embarazo positivo.

—No más relevante de lo que tengo que decirte yo —hablo y me extendió unos papeles que como título tenía, Acuerdo de divorcio.

Eso era, se quería divorciar de mí, seguramente para casarse con su amante.

—Entonces eso es lo que quieres —respondí sintiendo un gran nudo en mi garganta y sujeté los papeles leyendo estos, intentando evitar las lágrimas que amenazaban con comenzar a caer por mis mejillas.

Los bienes serían separados, su empresa de la que manejaba mi padre, todas las cosas a su nombre sin importar que los haya obsequiados alguna vez para mí le pertenecían. Sentí náuseas justo en ese momento por lo que toque mi vientre bajo y respire profundo. Seguía con algo que parecía una orden de alejamiento, aunque no lo era exactamente, era más bien otro tipo de acuerdo en el que no podía acercarme a él ni él a mí, para así mantener las cosas en calma o no volverme a ver la cara nunca más, al menos eso era lo qué yo suponía, aunque estaba loco si creía que lo quería siquiera ver luego de esto. Por otro lado, estaba que las empresas guardarán un contrato como aliados, una ayuda mutua, una que compensara el matrimonio fallido que fue el que funcionó en un principio como acuerdo, pero nada más allá de eso.

—Bien.

Respondo con calma intentando no llorar ante la decepción que sentía en ese momento.

Sujete el bolígrafo que tenía en su mano logrando ver su impresión, seguro el muy idiota suponía que le suplicara, pero él sería el quién me suplicaría luego, y haría lo que fuera para que eso se cumpliera, no sabía con quién carajos estaba tratando ahora mismo.

—Al parecer no sientes nada por mí tampoco —respondió con calma —Pensé que seguías con esa idea infantil de hace tres meses que podríamos amarnos cuando sabes cómo fue nuestra unión, sin amor, y cuando solo tenías cortos veintiún años, y yo con veinticinco, eres una mujer muy inteligente al firmar sin meter problemas.

Reí con amargura y le entregué los papeles del divorcio, junto a la prueba de embarazo, junto a las ecografías que me había realizado la semana pasada y me puse en pie, harta de escucharlo y soportarlo por esta noche.

—Estoy embarazada, tengo tres meses —le entregué un par de ecografías más del segundo mes de gestación y sonreí con calma —no sabes lo que has perdido Samuel, eres más idiota que lo que sueles aparentar.

—¿Cómo? —observó los papeles en silencio y luego levantó la mirada, su rostro había cambiado, sabía que lo había jodido todo, aunque los papeles no estuvieran aún en la corte, para mí ya esta relación estaba perdida.

—Adiós Samuel, fue un placer dejarte a manos de tu amante —me alejé con rapidez.

—¡Esto aún no es oficial Leah! —grito haciendo que el corazón se me encogiera mientras corría a tomar las pertenencias que había comprado con mi propio dinero —¡No me alejarlas de mi hijo!

Lo escuché en la puerta de la habitación lo que me hizo parar un momento, me quite los tacones que tenía puestos y gire tirándoselos, los esquivo sin problema, tampoco es que quisiera hacerle daño, así se lo mereciera.

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