❝♡ Leah ♡ ❞
—Entonces me cambiaste por un polvo — suspiré con asco mientras lo alejaba de mí sintiéndome más que herida, empujándolo —iré a caminar, sin ti, así que deja de fastidiarme la puta vida por un momento.—No lo haréIntento seguirme, pero me gire y le mire con los ojos llenos de lágrimas, no dije nada, pero entendió el mensaje, por lo que solo me dejó alejarme de él.Cuando me encontraba lo suficientemente lejos de la mansión, entre el viñedo suspiré tranquila observando los cultivos y sonriendo con calma ante lo hermoso que era el lugar. Lo verde que era todo, los colores preciosos de la naturaleza y respirar aire fresco me hacía bien, bien para pensar cómo fue que me terminó diciendo que no valía nada, que no era buena para satisfacerlo, que al parecer todo lo que había sentido durante los primeros dos años fueron viles mentiras y eso me hacía querer rendirme, olvidarme de todo sus maltratos psicológicos, de todo lo que luche para poder estar con él y ahora estaba que eso no serviría para nada, que él era quien era y no cambiaría por nadie, ni siquiera por mí.Camine sin ganas mientras me tocaba el vientre, no sé qué futuro absurdo me esperaba ahora, sabiendo que por más que quisiera no me podría escapar, no ahora, no mientras estuviera bajo el poder de mi patética familia, de aquella que ahora tanto odiaba por obligarme a destruirme sin parar solo para cumplir sus grandes deseos.—Señora Leah —gire al escuchar como me llamaban y suspiré pesadamente mientras arqueaba una de mis cejas —Ocurrió algo muy malo, venga conmigo. —¿Qué pasó? —le miré sin entender al verla tan asustada y la seguí mientras buscaba una respuesta a su sorpresa.—El señor, el señor Samuel, no sé que le ocurrió, llegó a la entrada de la casa con el rostro hinchado, mientras se ahogaba, lo subimos al auto, usted debe ir con él al hospital por favor.La observé por un momento escuchando lo ocurrido y en ese instante supe que lo tenía así, una avispa, era alérgico a las avispas, y si estaba de tal forma fue porque una se acercó lo suficiente a él, o viceversa y terminó siendo picado, no sabía dónde estaba su kit para las alergias, solo sabía a lo que era alérgico gracias a la información que me había dado su padre, pero no tenía nada más, no era de ninguna ayuda, y eso me inquietaba. Pero sabía que lo único que podía hacer, como su esposa era entrar en ese auto y acompañarlo al hospital.Fui casi corriendo hacia el coche y me senté atrás donde él se encontraba recostado, al verlo tan hinchado y con problemas para respirar mi corazón se estrujó, a pesar de todo el rencor que podía llegar a cargarle, le amaba aún, estaba como una tonta detrás de él y no podía controlarlo. Lo acomodé en mis piernas y le escuche quejarse leve mientras intentaba decir algo, negué ante los intentos fallidos acomodándolo como me enseñaron cuando tome clases de primeros auxilios, para que sus vías respiratorias estuviesen más despejadas y acaricie sus cabellos sabiendo que esto le gustaba.—Vamos, relájate, no ganarás nada con desesperarte e intentar hablar, iremos al hospital y mientras tanto necesito que te mantengas alerta.Mire por el retrovisor a Dante preocupada mientras este conduce lo más rápido que puede, Samuel ahora esta en peligro y sinceramente me preguntaba si eso lo haría cambiar de parecer respecto a su comportamiento conmigo. Eran pensamientos idiotas, eso lo tenía en cuenta, pero aun en el fondo la esperanza de que algo, que este algo en específico lo hiciera cambiar al menos un poco.En el momento que fue ingresado de urgencias me dejaron fuera mientras una enfermera me hacía algunas preguntas de rutina, los datos básicos de mi esposo y lo que conocía de su historial medio, lo cual era prácticamente nulo, así que cuando la enfermera me dejo a solas con la planilla para que terminara de llenar aquellos datos que había marcado llame a la persona que quisas mejor lo conociera, al menos más que yo. Primero, pensé en llamar a sus padres, pero eso no funciono, declinaban mis llamadas, seguramente estaban ocupados, o pensaban que llamaría exclusivamente para pedir que nos sacaran de ese tipo de experimento en el que nos tenían a los dos, así que recurrí al último número que pensé marcar en mi vida, Susana.—¿Bien? ¿Con quién tengo el gusto? —me quede en silencio al escuchar de nuevo la voz de ella, con quien había hablado tiempo atrás, solo para enterarme de la infidelidad de mi esposo, cuando me contaba como la tocaba, le prometía el cielo y las estrellas y me hacía quedar como una tonta ilusa delante de todo.—Soy… —la voz me temblaba mientras creía una y otra vez si esto era lo correcto —soy Leah, necesito tu ayuda, estoy en el hospital con Samuel y necesito algunos datos que no conozco… supuse que tú podrías ayudarme con alguno de ellos.—Sabía que necesitarían de mi ayuda en cualquier momento, bien linda, si en serio deseas tanto mi ayuda, deberás ayudarme tú a mí, necesito que consigas un nuevo móvil en donde me pueda comunicar con Samuel, si no estas de acuerdo con lo que te pido, puedes colgar.Maldije en voz baja ante lo que pedía, se notaba por encima lo interesada que era, ni siquiera se estaba preocupando del porqué nos encontrábamos en el hospital, de por qué Samuel, quien se supone amaba y que me había confesado que lo hacía, su amado samuel se encontraba enfermo en el hospital. Ardía en cólera ante la idea, pero no tenía otra opción que aceptar a lo que ella quería, aunque principalmente intentaría convencerla de otra forma.—Mira, Samuel esta muy enfermo, necesito los jodidos datos o podría morir ¿ayúdame bien? — suspiré comenzando a desesperarme por la curva que estaba tomando la conversación en este momento —se supone que lo amas, ayuda y sé buena para algo aparte de joder una familia de una puta vez ¿bien?—Y tú ayúdame con lo que te estoy pidiendo, si no no hay nada, ni garantía que te ayude sin algo a cambio, así que, te escucho.—Bien —maldigo en voz baja al haber caído en su trampa —te daré lo que quieres.❝♡ Leah ♡ ❞Cuando me dieron acceso a la habitación de Samuel me sentí más tranquila, ya no estaba tan hinchado como antes, aunque sabía que con tantos medicamentos se sentiría bastante mal en el momento que despertara, al menos eso fue lo que me explico el doctor que lo atendió antes de permitirme ingresar a la habitación. Luego de mirarlo durante un momento dormido sobre la camilla tome asiento junto a esta y al notar que movía mucho los dedos tome su mano entre la mía para darle calor y mantenerlo calmado en caso de que se tratara de alguna pesadilla.—Susana —balbuceo abriendo los ojos, haciendo que sintiera un fuerte dolor en el pecho, a pesar de todo, a pesar de lo que aquella chica le tuvo que haber ocultado él seguía pensando en ella, tal vez lo que me había dicho en lo que parecía una discusión en la mañana fue mentira, solo que no quería admitir su amor por ella.—No, soy Leah — suspiré mientras deslizaba delicadamente mis manos de la suya para dejar el contacto que tenía con
❝♡ Leah ♡ ❞Al regresar a su habitación él se encontraba entretenido en la televisión frente a él, en la pared, supuse que notaria mi presencia, pero apenas ingresé giro a observarme y su mirada parecía como si le fueran quitado un peso de encima. Apreté mis labios algo avergonzada por haberlo dejado sola, aunque era algo necesario y me acerque a él con el pay de limón entre las manos y los extendí entregándolo en silencio.—Fui a comer algo, y bueno, pensé que si te traía algo que te gustaba si pensarías en comer.Le sonreí intentando ser lo más amable posible, ya que en su situación a mí me gustaría que fueran así conmigo. —Estaba preocupado por ti —fue lo único que soltó mientras me atraía a él y me abrazaba haciendo que me quedará atónita.—Lo lamento, solo necesitaba algo de aire fresco, pero ahora sí me quedaré aquí contigoDije tranquila separándome de él, se sentía extraño que fuera tan cariñoso conmigo.—¿Me das? —sabía que hablaba del pay, así que asentí y me senté en la ca
❝♡ Leah ♡ ❞Samuel seguía con su tontería pesar que intentara hacer hasta lo imposible para que dejara de tontear y mejor se cambiara para poder irnos rápido de dicho lugar, no quería estar mucho tiempo más aquí, odiaba el lugar, nunca, como la mayoría tuve buenas experiencias en este lugar y la única que podría llegar a tener sería el nacimiento del niño que ahora esperaba.—No me parece justo que yo sea el único que estuvo desnudo, así que consideró pertinente desnudarte al llegar a casa —negué mientras lo sujetaba del brazo y ayudaba a que subiera a la silla de ruedas —¿no me crees? puedo desnudarte aquí mismo y demostrarte que estoy hablando en serio.—No necesito esa demostración, pero gracias —sonrió suavemente mientras empujo la silla de ruedas —ahora solo cállate y volvamos a la mansión, tengo los pies hinchados y quiero dormir, tú también lo necesitas, así que deja los juegos tontos.Este se quedó en silencio por lo que suspire agradecida, en todo el camino parecía un niño pe
⸃୭⇁◡̥ Samuel ⸃୭⇁◡̥Siempre me había gustado estar sobre su pecho, sentía una calidez la cual podía describir cómo simplemente perfecta que me daba ganas de no alejarme nunca de ella. Siempre fue así, desde que nos casamos, cuando disfrutamos el uno del otro, siendo buenos amigos, los cuales disfrutamos de cada pequeña cosa que tuviéramos, eso era lo mejor, como cuando luego de un largo día de trabajo nos sentábamos a cenar juntos, a hablar y reírnos de las cosas buenas o tontas que nos ocurrió durante el día, a reírnos de todo y de nada, de personas que ni siquiera conocíamos y solo vimos pasar una vez frente a nosotros, pero que a pesar de ser tonterías nos divertíamos al charlarlo.—¿Samuel? ¿Te dormiste?Su suave voz me hacía recordar a aquellos días, pero ahora me hacían sentir melancolía, la había cambiado, por miedo, miedo a enamorarme de algo que comenzó de una forma que no debió ser, un matrimonio falso, un papel que confirmaba que éramos esposos, pero nada más aparte de ello,
⸃୭⇁◡̥ Samuel ⸃୭⇁◡̥En el momento que la maestra comenzó con sus explicaciones, sobre los masajes que debía realizar hoy supe el porqué se encontraba de tan mal humor, su espalda estaba bastante tensa, eso pude notarlo con solo comenzar a masajear, aparte que desde donde me encontraba podía notar lo hinchado que se encontraban sus pies, había vuelto la hinchazón y con eso seguramente dolor e incomodidad. En el momento que se hizo el cambio de masajes y tocaba sus pechos, sonreí con maldad, le apego a mi pecho y suspiro a gusto al sentir su dulce aroma nuevamente contra mí, acomode mis manos en sus pechos y comencé los masajes, acariciando con delicadeza, mientras me preguntaba qué era lo que la tenía de tal forma.—¿Estás mejor? —sabía que aquella pregunta sutil me daría una amplia respuesta, por lo que estaba esperando saber más.—Sí, solo tenía náuseas, pero ahora me encuentro mejor.Asentí ante lo dicho observando como reposaba su cuerpo sobre el mío y mientras más tiempo pasaba más
ෞ ༊*·˚ Cristina ෞ ༊*·˚Mi llegada a la mansión del viñedo no había Sido muy conmovedora y linda que dijera, aunque tampoco era que me importará o algo que siquiera esperara, sabía que mi hijastra y su esposo me odiaba y lo único que quería era cumplir con mi cometido y eso era, justo en este momento que el matrimonio que mi no muy amada hijastra tenía con su muy rico e importante esposo se acabará lo más rápido posible. No es que me importará su felicidad, ni mucho menos, ni pensara si ese hombre la merecía o no, porque eso en esta vida no era lo importante, lo importante es, el poder, el dinero y lo que le quiero exprimir a Samuel Russo, el hijo heredero de las empresas y tierras Russo, nada más aparte de eso importaba tanto.Mientras uno de los empleados me guiaba a una de las habitaciones de huéspedes del primer piso, observaba con atención los mensajes que me había dejado mi buena amiga Susana, aquella que conocía desde hace un buen tiempo y a quien quería ayudar a conseguir lo qu
ෞ Susana ෞMi mirada se fijó en el mensaje que había llegado a mi móvil, luego de ser manipulada por la esposa del hombre que ahora me importa, tenía que buscar otra solución para volver a su vida, para conseguir lo que desde un principio desee: Fortuna, un buen título y un futuro asegurado.Eso era lo importante, y ahora entraría a esa mansión, haría el show más grande de mi vida y le quitaría a esa pobre e ingenua Leah a su muy amado esposo y tal vez a su preciado hijo, el cual espera en este instante.Me puse en pie relamiendo mis labios mientras observaba el atuendo con el que llegaría a su casa, el hermoso y extremadamente corto vestido rojo quedaba perfecto para resaltar ante los ojos de Samuel, siempre le había gustado mi cuerpo, por lo que dejarlo a su vista de tal forma sería lo indicado. Luego de admirarme por un momento más, a mi cabeza llegó el recuerdo de Leah, y como me vio la cara cuando le di la información que necesitaba en el hospital y no cumplió con su parte, por l
⸃୭⇁◡̥ Samuel ⸃୭⇁◡̥Escuchar la voz de Susana luego de cinco largos días era algo bastante asombroso y terrorífico a la vez, nunca pensé escucharla de nuevo, tampoco es que quisiera saber nada más de ella, no después de saber que había abortado, nunca la obligue a hacer tal cosa, ni siquiera habló conmigo para ponerse de acuerdo de que haríamos con el bebé, sabía que a ratos era un tonto, pero ella sabía más que nadie, como siempre desee tener un hijo y una familia propia, tal vez, nunca planee tenerla con ella, ya que después de todo, solo era una chica con la que estaba pasando el rato, pero de igual forma, lo que había llevado en su vientre era mi hijo, ahora estaba como un completo idiota, sabiendo que había Sido engañado por la mujer que más confíe en un momento, por la que pensé abandonar todo y por quién jodí a la mujer que lleva a mi hijo en el vientre, eso era suficiente para mí, para hacerme sentir miserable por un gran periodo de tiempo. Por otra parte, no entendía qué era l