⸃୭⇁◡̥ Samuel ⸃୭⇁◡̥Siempre me había gustado estar sobre su pecho, sentía una calidez la cual podía describir cómo simplemente perfecta que me daba ganas de no alejarme nunca de ella. Siempre fue así, desde que nos casamos, cuando disfrutamos el uno del otro, siendo buenos amigos, los cuales disfrutamos de cada pequeña cosa que tuviéramos, eso era lo mejor, como cuando luego de un largo día de trabajo nos sentábamos a cenar juntos, a hablar y reírnos de las cosas buenas o tontas que nos ocurrió durante el día, a reírnos de todo y de nada, de personas que ni siquiera conocíamos y solo vimos pasar una vez frente a nosotros, pero que a pesar de ser tonterías nos divertíamos al charlarlo.—¿Samuel? ¿Te dormiste?Su suave voz me hacía recordar a aquellos días, pero ahora me hacían sentir melancolía, la había cambiado, por miedo, miedo a enamorarme de algo que comenzó de una forma que no debió ser, un matrimonio falso, un papel que confirmaba que éramos esposos, pero nada más aparte de ello,
⸃୭⇁◡̥ Samuel ⸃୭⇁◡̥En el momento que la maestra comenzó con sus explicaciones, sobre los masajes que debía realizar hoy supe el porqué se encontraba de tan mal humor, su espalda estaba bastante tensa, eso pude notarlo con solo comenzar a masajear, aparte que desde donde me encontraba podía notar lo hinchado que se encontraban sus pies, había vuelto la hinchazón y con eso seguramente dolor e incomodidad. En el momento que se hizo el cambio de masajes y tocaba sus pechos, sonreí con maldad, le apego a mi pecho y suspiro a gusto al sentir su dulce aroma nuevamente contra mí, acomode mis manos en sus pechos y comencé los masajes, acariciando con delicadeza, mientras me preguntaba qué era lo que la tenía de tal forma.—¿Estás mejor? —sabía que aquella pregunta sutil me daría una amplia respuesta, por lo que estaba esperando saber más.—Sí, solo tenía náuseas, pero ahora me encuentro mejor.Asentí ante lo dicho observando como reposaba su cuerpo sobre el mío y mientras más tiempo pasaba más
ෞ ༊*·˚ Cristina ෞ ༊*·˚Mi llegada a la mansión del viñedo no había Sido muy conmovedora y linda que dijera, aunque tampoco era que me importará o algo que siquiera esperara, sabía que mi hijastra y su esposo me odiaba y lo único que quería era cumplir con mi cometido y eso era, justo en este momento que el matrimonio que mi no muy amada hijastra tenía con su muy rico e importante esposo se acabará lo más rápido posible. No es que me importará su felicidad, ni mucho menos, ni pensara si ese hombre la merecía o no, porque eso en esta vida no era lo importante, lo importante es, el poder, el dinero y lo que le quiero exprimir a Samuel Russo, el hijo heredero de las empresas y tierras Russo, nada más aparte de eso importaba tanto.Mientras uno de los empleados me guiaba a una de las habitaciones de huéspedes del primer piso, observaba con atención los mensajes que me había dejado mi buena amiga Susana, aquella que conocía desde hace un buen tiempo y a quien quería ayudar a conseguir lo qu
ෞ Susana ෞMi mirada se fijó en el mensaje que había llegado a mi móvil, luego de ser manipulada por la esposa del hombre que ahora me importa, tenía que buscar otra solución para volver a su vida, para conseguir lo que desde un principio desee: Fortuna, un buen título y un futuro asegurado.Eso era lo importante, y ahora entraría a esa mansión, haría el show más grande de mi vida y le quitaría a esa pobre e ingenua Leah a su muy amado esposo y tal vez a su preciado hijo, el cual espera en este instante.Me puse en pie relamiendo mis labios mientras observaba el atuendo con el que llegaría a su casa, el hermoso y extremadamente corto vestido rojo quedaba perfecto para resaltar ante los ojos de Samuel, siempre le había gustado mi cuerpo, por lo que dejarlo a su vista de tal forma sería lo indicado. Luego de admirarme por un momento más, a mi cabeza llegó el recuerdo de Leah, y como me vio la cara cuando le di la información que necesitaba en el hospital y no cumplió con su parte, por l
⸃୭⇁◡̥ Samuel ⸃୭⇁◡̥Escuchar la voz de Susana luego de cinco largos días era algo bastante asombroso y terrorífico a la vez, nunca pensé escucharla de nuevo, tampoco es que quisiera saber nada más de ella, no después de saber que había abortado, nunca la obligue a hacer tal cosa, ni siquiera habló conmigo para ponerse de acuerdo de que haríamos con el bebé, sabía que a ratos era un tonto, pero ella sabía más que nadie, como siempre desee tener un hijo y una familia propia, tal vez, nunca planee tenerla con ella, ya que después de todo, solo era una chica con la que estaba pasando el rato, pero de igual forma, lo que había llevado en su vientre era mi hijo, ahora estaba como un completo idiota, sabiendo que había Sido engañado por la mujer que más confíe en un momento, por la que pensé abandonar todo y por quién jodí a la mujer que lleva a mi hijo en el vientre, eso era suficiente para mí, para hacerme sentir miserable por un gran periodo de tiempo. Por otra parte, no entendía qué era l
❝♡ Leah ♡ ❞ Observar aquellos ojos grises, esa piel tan pálida y aquel cabello rojo fuego tintado me trajo muy malos recuerdos, no pensé volver a ver a Susana, no luego de que me provoco un aborto, luego que la encontré en la casa que compartía con mi esposo sobre ella, tantos malos recuerdos me traía esa sonrisa de oreja a oreja que ella llevaba siempre que sufría de constantes náuseas desde que supe que se encontraba aquí. —Leah —levante la mirada al escuchar la llamada de mi madrastra sin mucho ánimo, no tenía humor para discutir con ella ahora mismo —¿Todo bien? ¿cómo va ese bebe? ¿cuánto es que tienes ya?—Quince semanas —dije luego de hacer cuentas de cuánto era lo que tenía exactamente.—Cuatro meses, no es que se te note mucho en el vientre ¿En serio te encuentras embarazada? —me cuestiono mientras se acercaba cada vez más a mí.—La ropa ayuda a ocultarlo, no soy como tu buen amiga, la cual trajiste que tiene una colección de ropa reveladora para cada momento, ahora deja de
⸃୭⇁◡̥ Samuel ⸃୭⇁◡̥Ahora que tenía un poco de mi medicina, sabía lo que ella había estado sintiendo durante esos ocho meses, me sentía como un grandísimo idiota en este instante, más que cuando le intente explicar el porqué le fui infiel, sabiendo que sin importar que explicación tuviera en todo esto, no era una respuesta buena para lo que hice y lo que ahora me hacía sentir como un tonto que no valía nada, arrepentido por el mal que hice.—Buenos días —le susurré a Leah al verla despertar, quejándose mientras se quita las sábanas de encima, aquel acto se me hacía bastante gracioso.—Son las cinco de la mañana —me regaño mientras observaba la hora en su móvil y lo volvía a dejar a un lado para abrazar una de las almohadas.—Dijiste que querías trabajar conmigo hoy, me levanto siempre a esta ahora, así que deja de quejarte y ve a tomar un baño para comenzar el día.Le miré con gracia cuando se acurruca entre las sábanas, al parecer sería difícil levantarla de la cama.—No, ya no quiero
༘ 🌨 ༘ Dante ༘ 🌨 ༘ La discusión que inicie con Samuel solo fue un impulso, uno que terminó en golpes de parte en parte. No sabía qué me había pasado, solo que me encontraba bastante enojado, tanto con Samuel, como conmigo mismo, le había Sido infiel a mi esposa en múltiples ocasiones, no por gusto, como lo hizo él, sino por dinero, el dinero, lo que más necesitaba para poder mantener a mis dos hijos, a mi esposa moribunda con cáncer en los pulmones y a mi madre la cual estaba lo suficientemente anciana como para cuidar de ella misma. Al ver el rostro de miedo de Leah, lamente haber hecho aquello, había Sido un completo idiota, eso lo admitía, aparte de no haberme comportado bien, había golpeado al cuñado de mi jefe y tanto él como yo sabríamos que no reportaríamos esto, perdería mi trabajo, la oportunidad de enamorar a Leah y conseguir el dinero extra que necesitaba para poder mantener a mi familia y eso no era una buena opción, para nada una opción en realidad, por lo que, con la