Él no la conocía, eso era evidente, pero Rose lo había visto muchas veces antes. Desde que estaba ocupándose de Charlie y de su depresión casi siempre estaba cerca de Grace cuando esta hablaba con su hermana, así que lo había visto, había escuchado su voz, y comprendía por qué era el pretendiente perfecto para Faith, lo habría sido para cualquiera.El maldit0 árabe le había provocado lo que ningún chico le había provocado a su edad y odiaba eso. Con dieciocho años y a punto de entrar a la universidad, sus amigas cercanas pensaban que era lesbiana porque ni había tenido novio ni la intención de tenerlos.Rose jamás se lo había cuestionado, simplemente nadie le había llamado la atención lo suficiente, pero había bastado un puñetero audio de aquel hombre para que su piel se erizara por primera vez y un millón de mariposa saltaran en su estómago. Verlo había sido todavía peor, y unos meses después estaba con el "crush" adolescente más violento de la historia, sin entender por qué.Si era
No lo sabía. La verdad era que no sabía si quería irse, quedarse, matarlo o volverlo a besar, así que dejó que su instinto decidiera y por supuesto que decidió por lo más agresivo. Su boca volvió a encontrarse con la de Karim y esta vez fue como si todo realmente estallara, como si las estrellas allá arriba estuvieran desintegrándose y su cerebro se apagara solo para dejar paso a esa sensación de caer al abismo que era ser besada por aquel hombre. "Estás loca... Rose... estás loca...", pensó mientras se le escapaba el primer gemido. "Pero te viene de familia... no puedes hacer nada..." Un segundo después sus brazos se cruzaban detrás del cuello de Karim para atraerlo con más fuerza. Podía sentir su respiración pesada y poderosa, soltándose de su boca y bajando por su garganta, besando, mordiendo, suspirando mientras le abría el vestido con un movimiento feroz y su mano iba a acariciar aquella línea clara entre sus pechos, jugando con el cierre del brasier antes de desprenderlo con fa
Karim ya tenía el plan muy bien trazado.Paso número uno: Quedarse.Miró a la pantalla de su teléfono y pasó aquel mensaje a su amiga:"Princesa, ¿recuerdas que te dije que me iba temprano?... ¿Me puedo quedar?”Diez segundos después recibía exactamente la respuesta que esperaba."Claro que te puedes quedar. ¿Qué pregunta es esa? Pero te haces el desayuno solo porque me puse "happy" y me quedo en casa de mis padres. Te amo. Chau"Karim sonrió porque así era mejor, ya tendría tiempo de andarle explicando por qué su jardín estaba anegado en agua y posiblemente encontrara los restos de alguna braga en él.Se dio un baño, se echó en la cama y trató de dormir, pero parecía imposible porque cada vez que sus ojos se cerraban, su mente volvía instantáneamente a ella.Paso número dos: Tenía que averiguar quién era.Ella se sabía su nombre, y tenía acceso a la casa de Faith así que debían conocerse. No podía ser tan difícil encontrarla, solo bastaría preguntarle a su amiga quién era la loca del
Decir que a Karim se le estaban saliendo los ojos de la impresión era poco. ¿Pero ella no le tenía miedo a nada?Se echó atrás y la miró como si fuera una pequeña y preciosa alien.—¡Pues fíjate que ya estoy aquí, y no me voy a ir a ningún lado así que más te vale comportarte, o de lo contrario tus padres se van a enterar de lo que estabas haciendo anoche! —siseó con fiereza y por toda respuesta ella dio dos pasos hacia él y se quedó a veinte centímetros de su cuerpo, levantando la barbilla con una sonrisa socarrona.—¿Y crees que eso va a salir mal para mí, muñeco? —le preguntó—. ¿Crees que mis padres son unos retrógrados que van a poner el grito en el cielo solo porque tuve relaciones sexuales? ¿En qué siglo vives?—¡Pues en este, niña, pero no viene mal un mínimo de decoro!—¡Sí, sí... ya me imagino...! ¡Doy fe de que anoche se te salió todo el... "decoro", y era mucho!A Karim le dio un ataque de tos ahí mismo sin que pudiera evitarlo y cuando ella se dio la vuelta la tomó del bra
Lo iba a matar. Lo iba a asfixiar aunque fuera con sus bragas, pero definitivamente iba a hacer que se arrepintiera de aquel jueguito.Sus padres regresaron un segundo después y enseguida se pusieron a planificar todo lo que harían en la siguiente semana. Karim se despidió bien entrada la noche y por más que Rose tenía ganas de amenazarlo, simplemente no se podía, porque Mala y Moe estaban presentes.Rose se pasó toda la noche rezongando, y al día siguiente procuró irse temprano a la universidad para ni encontrarse con él cuando llegara a buscar a su padre.Pasó toda la mañana pensando en qué tan seria tendría que ponerse con él como para que no se le ocurriera mencionar nada de lo que había pasado entre ellos, pero luego se dijo que él no sería tan estúpido como para soltarle todo a su padre sin habérselo ganado primero.Sin embargo, definitivamente no estaba preparada para lo que vio cuando llegó a su casa.—¿Ya está aquí el engendro del mal? —preguntó sin darse cuenta de las palabr
Quería asfixiarlo salvajemente con sus propias manos. Ahogarlo lentamente, así... así...—¡Rose! ¿Qué te hizo ese pobre ramo de flores?—¡Jooooder qué susto! —se sobresaltó ella viendo entrar a su madre y tras ella un muy limpio y oloroso Karim que intentaba contener la risa por todos los medios.—Ya pon las flores en agua antes de termines de matarlas, y ve a cambiarte que en un rato vamos a tener una clase privada de cocina italiana con Karim.—No me jodas... —murmuró ella entre dientes mientras su madre dejaba el salón y solo entonces sintió el calor del árabe contra su espalda.—Solo porque no me dejas...—¡Muy graciosito, Karim!—No, graciosa eres tú desquitándote con las pobres flores —sonrió él—. ¿Sabes? Yo nunca he sido masoquista pero si a ti te va la asfixia erótica, pues yo me apunto para la experimentación.—¡Ooooo jo jo jo jo! ¡No te pases de la raya, bonito! Que el hecho de que no haya dado guerra hasta ahora no significa que no tenga la intención —gruñó ella—. ¿Crees qu
Rose apartó suavemente un mechón de su cabello para ver el rostro suave de Karim. Era todavía más sexy mientras dormía, incluso parecía un niño bueno... ¡Nada más lejos de la realidad!Apoyó el codo en la almohada y la barbilla en el puño mientras con su otra mano delineaba la línea de su mandíbula. Tenía una barba tupida y suave de un par de días, unos labios carnosos y lindos, y una propensión especial a meter la nariz entre sus pechos incluso dormido."Cómo me gustaría que me padre se apareciera por esa puerta y viera este espectáculo", pensó porque Karim parecía un pulpo a su alrededor, agarrándola por todos lados. "Pues mejor no porque posiblemente me acuse de corromper al distinguido invitado", rezongó mentalmente antes de cerrar los ojos y tratar de dormir.Lo consiguió bien entrada la madrugada, así que para cuando amaneció estaba rendida y él despertó para quedarse viendo su cuerpecito despatarrado."Hasta babea bonito la condenada, lástima que no sea por mí... ¡pero ya será!
Rose se sentó en la cama con una sonrisa mientras veía a los cachorros. Dos mastines italianos de unos seis meses, evidentemente no preparados para el entrenamiento porque no traían cortadas las orejas ni las colas, ¡así que les castigarían las pantorrillas a toda la familia como venganza! Eran juguetones, alborotadores y parecían dos pequeños osos regordetes.—Ya sabía yo que no eras tan dura. —Lo escuchó decir desde la puerta y levantó una ceja desafiante en su dirección.—Pues no, no soy tan dura porque ellos son unos amores precioso. ¿Verdad cosita linda, quieres un besito? ¿Sí, y tú también? —Por un instante Karim la miró como si quisiera ser uno de esos cachorros para que ella lo abrazara—. ¿Esta fue idea tuya?—Cien por ciento —respondió él.—Me encantan —sonrió Rose saliendo de la cama y acercándose a él despacio—, pero esto no significa nada, ni por asomo.—¡Qué terca eres! —rezongó él y la respuesta fue una carcajada traviesa.—¡Qué bueno que me vas conociendo! —le dijo ante