Charlie apretó los puños y maldijo por lo bajo mientras Michael escrutaba cada mueca en su expresión.—Oye, de verdad no sé qué diablos pasó entre ustedes, pero si de algo estoy seguro es de que Faith no tiene interés en molestarte o darte celos. De hecho su interés en ti es nulo, de lo contrario habría usado la fiesta de la fraternidad para buscar un chico, y en lugar de eso salió sola y con la mayor discreción —le dijo Mitch como si para él tuviera toda la lógica del mundo—. Ese barco ya zarpó para ti.Charlie sentía que la sangre le hervía en las venas. Sabía que era cierto, desde que había llegado Faith no había hecho otra cosa que apartarse de él, así que no podía acusarla de comportarse como una chiquilla.—Tengo que encontrarla. Grace... ¿Grace sabes a dónde fue tu hermana?—Charlie... —pero nada de lo que Mitch le dijera podía cambiar la forma en que se sentía.Había pasado los últimos cinco años intentando creer que había tomado la decisión correcta, intentando creer que Fait
Debían ser las cuatro o las cinco de la madrugada cuando por fin volvieron a abrir la puerta de aquella suite; Charlie iba adelante, arrastrando los pies como si le hubieran cortado las alas de una vez por todas; y Michael venía detrás mirando a todos lados, buscando a Grace, pero ella ya no estaba en el salón sobre el sofá.Mitch dejó escapar un suspiro de resignación y se giró hacia su primo, que parecía a punto del colapso.—¡Charlie, te tienes que calmar!—¿Calmarme? ¿Calmarme? ¿No la escuchaste, Mitch...? ¡Ella...!—Ella se fue con otro, posiblemente hayan tomado caminos separados por respeto, porque Faith es una mujer madura y educada, pero no tendría que sorprenderte si fueron a reunirse luego en el mismo lugar —le advirtió Mitch—. Lo que hiciste esta noche fue una estupidez, Charlie. ¿Llamar a tu tío, en serio? ¡Y encima para quedarte peor sabiendo que él apoya todo lo que ella haga!Mitch se dejó caer en una silla, acariciándose el tatuaje en el lado derecho de su cabeza, com
Charlie estaba en shock.No se movía. No hablaba. Ni siquiera sabía si estaba respirando. Sus pupilas estaban dilatadas al máximo y sentía como si estuviera en una montaña rusa, de esas que literalmente te suben el corazón a a garganta.Había esperado cualquier cosa menos que Grace le gritara que Faith se había quedado embarazada de él hacía cinco años.—No... no puede ser... —susurró desesperado mientras las lágrimas inundaban sus ojos—. Grace... no...—Súbete a un avión hoy mismo y desaparécete, porque te garantizo que mañana a primera hora mi padre va a estar rastreándote con todos sus malditos escorpiones —escupió la muchacha antes de darse la vuelta y salir de allí.—¡Grace! ¡Espera! ¡Grace! —Charlie corrió tras ella—. Espera, tienes que decirme... tengo que saber...—¡Yo no tengo que decirte nada! ¡Tú te fuiste, nadie te debe ninguna explicación! —sentenció ella saliendo con un portazo y cuando Charlie se giró ya tenía a Michael a su lado intentando sostenerlo, porque era eviden
No era solo Charlie. Faith también quería que la tierra se abriera y se la tragara al ver la expresión furiosa de su padre y la cara azorada de su tío, que no tenía ni idea de lo que estaban hablando.—¡Repite eso! —rugió Kainn acercándose y Faith se puso entre los dos.—¡Papá te tienes que calmar, por favor, escucha...!—¿¡FUISTE TÚ!? —le gritó a Charlie y a su lado Moe entró tambaleándose.—¡Charlie! ¿Qué significa esto? ¿¡Cómo que "hijo"!? ¿De qué están hablando? —Moe estaba pálido, tembloroso, tan a punto de un colapso como Kainn.Frente a ellos sus hijos los miraban horrorizados y ninguno se atrevía a abrir la boca porque sabían que el desastre había empezado ya.—¿Cómo pudiste, Charlie, cómo...? ¿Por eso te marchaste?—¡No, claro que no, papá...! —pero las palabras se le atoraban en la garganta porque sin importar la razón por la que se hubiera ido, había dejado atrás a una persona herida que no lo merecía.—¿Alguien me quiere explicar qué demonios está pasando? —los interrogó M
El abuelo Sao era la persona más noble y más amable que Charlie había conocido en su vida. Había fallecido cuando él y las gemelas tenían doce años, así que más de una vez había acompañado a la familia a celebrar el aniversario de su muerte, por eso sabía hacia dónde se dirigían aunque iban en silencio.Faith miraba al suelo lleno de hojas rojizas con expresión ausente y él sentía un vacío en el pecho tan grande que ni siquiera quedaba espacio para el dolor.Durante largos minutos recorrieron los intrincados caminos entre los jardines del cementerio, hasta que llegaron a la hermosa puerta de una parcela privada. El lugar estaba mudo y sólo se escuchaban los ruidos de la naturaleza.Finalmente, llegaron a la tumba de su abuelo Sao. Era sencilla y modesta, pero con una gran cantidad de flores otoñales a su alrededor.—La familia Parker ha tenido un lugar en Highgate desde tiempos inmemoriales —susurró Faith sentándose en un banco frente a las tumbas—. Esta es la parcela de la familia, y
—Tengo que reconocerlo, esto es nuevo —murmuró Michael con un suspiro—. Las guerras son para dividir a las familias, no para unirlas.Él y Charlie estaban sentados en el balcón del hotel porque con tantas cosas en la cabeza ninguno había tenido tiempo de conseguir un departamento. Charlie se mantenía solo y no quería regresar a vivir a la casa familiar, al menos no con todo lo que estaba pasando, y Michael amaba su independencia más que al cabello que le escondía el tatuaje.—Pues esto es lo que hay. Ya lo eché todo a perder, ya le fallé a Faith una vez y no voy a hacerlo de nuevo, así que tengo que encontrar la forma de nuestros padres no logren disolver la sociedad —dijo Michael.—El tío Kainn ya te quiere matar, la única razón por la que no tienes la boca llena de bichos en uno de los terrarios de esa casa es porque eres hijo de tu padre, Charlie, pero ¿estás seguro de que quieres ir contra su decisión? —lo reconvino Michael.—En este momento, no me importa nadie más que ella, Mitc
Charlie sentía que el corazón se le saldría por la boca mientras intentaba sacudir el cuerpo inerte de la muchacha. —¡Faith... Faith linda, por favor despierta... anda despierta, ¿sí?... ¡Faith! De su boca salió un jadeo desesperado mientras la levantaba en brazos y la llevaba a la habitación, acostándola sobre la cama antes de palmear sus mejillas con insistencia. —¡Faith despierta, por Dios, no me hagas esto...! ¡Linda! Se estremeció al pensar que podía tener algo grave, después de todo hacía cinco años que no la veía y no sabía si había quedado alguna secuela de todo lo que había pasado, así que intentó que ella reaccionara de cualquier forma. Unos segundos después la vio abrir un poco los ojos, aturdida. —No estoy borracha... —susurró y Charlie dejó caer la cabeza a su lado, jadeando de alivio y besando su cabeza antes de abrazarla. —¿Qué te sientes? Dime qué te sientes, por favor... Sin embargo no fue ella la que contestó. En su lugar, escucharon el estruendoso ruido de su
Era preciosa cuando estaba concentrada, pero era más linda todavía porque estaba sana, o al menos así le parecía a Charlie. La vio hacer operación tras operación sin detenerse hasta que finalmente se echó atrás en la silla y suspiró con nerviosismo. —Listo, oficialmente somos pobres hasta el mes que viene que logremos cobrar el salario de la empresa —murmuró ella—. Supongo que podemos usar la tarjeta corporativa mientras tanto. Charlie asintió, pero no se molestó en decirle que acababa de llegar y no le habían dado la suya. —Entonces ¿ahora qué? —le preguntó. —Ahora tenemos que poner estas acciones a nombre de un familiar que nos apoye —sentenció Faith y los dos dijeron al unísono—: Mitch. —Sí, Michael es la mejor opción. Sabe que al tío Kainn no le va a gustar pero todo sea por la familia. Los dos se quedaron en silencio por un largo momento hasta que ella se restregó la cara con las manos. —Está bien, entonces haremos eso. Mañana pondremos todo a nombre de Mitch y luego... lue