Mar miró a su alrededor mientras aquellas palaras retumbaban en su cabeza. No era un maldit0 sádico al que le gustaba golpear a las mujeres, o al menos no era solo eso.Todos los rostros en aquella sala estaban fijos en un punto indeterminados, pensativos mientras intentaban encajar aquella información. Las palabras de Kainn resonaron en su mente y sintió que un sudor frío empezaba a correr por su frente. Enfrentarse a la mafia sería casi imposible.—No —dijo antes de que nadie despegara los labios.—¿Cómo? —preguntó Kainn.—Dije que no. Si esa "mafia" es como yo la imagino, entonces son hombres con armas, ¿verdad? Gente que puede llegar y tirotear una sede de la fundación, que pueden atacarnos o matarnos... o cosas peores —dijo Mar y no era solo miedo, era sentido común.—Mar, todos entendemos que esto es peligroso —sentenció Kainn—. Pero antes la agresión fue contra ti, ahora fue contra Alan, la siguiente será contra cualquiera que intente ayudarte, no lo dudes, esta gente no se va
Mar se alisó la ropa con un gesto inconsciente, intentando ocultar su nerviosismo mientras subía las escaleras del palacio de justicia. Sabía que Kali había reunido a muchas mujeres de la Fundación para que se aglomeraran fuera de aquel lugar a esperarla y que Jackson estaba grabando en algún lugar tras ella, así que cuando la puerta del auto se abrió, ella avanzó junto a Connor con paso firme y subió la escalinata dando la mano con un gesto de ayuda y de ánimo a todas las mujeres que se la extendían en el camino.Estaba asustada y estaba dolida, como si aquellas heridas se abrieran sin cesar, pero eso no iba a detenerla.La primera vista de la denuncia era frente al fiscal de distrito, Connor ya había hecho la cita correspondiente y el hombre fue tan amable y educado como correspondía.Este revisó el caso con expresión severa y luego asintió, fingiendo que no notaba la forma en que Mar se retorcía los dedos sobre la falda.—No es la primera vez que trabajamos con la Fundación Great S
Mar alargó la mano y abrió la puerta de la casa, mientras Alan se ponía un dedo sobre los labios para indicarle que hiciera silencio.—¡Shshshshshsh! Mitch y su tío Kainn están en el cuarto de juegos, y no queremos que se enteren de que mami y papi están en casa... al menos no todavía —le dijo y Mar ahogó la carcajada.—¿Sigues con eso de ser un semental?—Tú déjame mantener la ilusión. Vamos —susurró Alan—. Me muero por darme un baño en casa, ya traigo el olor a hospital hasta en los huesos.Se movieron despacio para evitar hacer ruido y se dirigieron al fondo del primer piso, donde ya Mar había mandado a preparar la habitación más grande para cuando él regresara.Entraron y Alan agradeció las paredes cálidas y las sábanas con olor a lavanda, era un cambio agradable con respecto al hospital.Aquel baño tenía un jacuzzi más pequeño que el del cuarto principal, pero cumplía su función, así que Mar llenó la bañera con agua tibia y añadió unas gotas de aceite aromático.—¿Quieres que lla
Mar gritaba, pero era como si los gritos no pudieran llegar a su garganta. Por la puerta abierta podía ver a Sandor, mientras Kainn y Connor trataban de contenerla mientras aquel monstruo tomaba a su hijo del brazo y se lo llevaba, dirigiéndole solamente una mirada de satisfacción, como si siempre hubiera sabido que se lo arrancaría de los brazos.La desesperación que sentía era tal que solo podía gritar por él, llamarlo, suplicar que se lo devolvieran, pero nadie la escuchaba, nadie podía oírla, nadie la ayudaba, nadie...—...Mar... —A través de una niebla de dolor y miedo, oyó una voz que la llamaba por su nombre—. ¡Mar, despierta! ¡Mar!Se incorporó de golpe en la cama y se vio en medio de la penumbra de aquella habitación, con la almohada empapada en lágrimas, y aquella pesadilla aún fresca y vívida en su mente.—Todo está bien, nena. Todo está bien —le aseguró Alan abrazándola y ella respiró pesadamente, diciéndose que todo era un mal sueño—. ¿Tuviste una pesadilla? ¿Quieres cont
La jueza intentó no decir nada, la verdad era que era asunto del abogado si quería echarse la soga al cuello él solito, pero de buena fuente sabía que Connor Sheffield no era de los que daban puntada sin hilo; así que si estaba permitiendo a la contraparte tomar la palabra.Lester Willougby se adelantó hacia el estrado y relató con voz muy teatral todas esas faltas terribles que había cometido Mar en contra de su cliente, desde dejarlo triste solo y abandonado, hasta impedirle ver a su hijo.—Como puede ver, esta demanda por agresión de la señora Guerrero es solo una estrategia barata para esconder la verdad, y la verdad es el hecho de que abandonó el hogar familiar, secuestrando a su hijo sin consentimiento del padre, ¡negándole que pudiera ver a su querido hijo y sumiéndolo en la más absoluta desesperación! Por esto solicitamos la custodia permanente del niño para el padre, Sandor Dragonov, y que le sea retirada permanentemente la patria potestad a la madre.Sus palabras eran altas,
A la cara de espanto de Lester Willougby le siguió una carcajada estentórea de parte de Sandor Dragonov.—¡Tiene que ser una maldit@ broma! —se rio Sandor sin poder contenerse, haciendo que hasta la jueza lo mirara feo—. ¡Pero ¿usted de verdad es abogado!? ¡El que no me lo puedo creer! —espetó mirando a Connor como si fuera idiota—. ¿Bigamia? ¿¡Bigamia!? ¡Usted es obviamente el que no tiene ni idea de cómo funcionan las leyes! ¿Y así lo dejan ejercer? ¡La bigamia es cuando uno se casa con dos mujeres, las amantes no cuentan como bigamia!Sandor parecía completamente divertido, hasta que Connor levantó un dedo para detenerlo.—No, no, no, no, señor Dragonov, pero usted mismo acaba de decir que la señora Mar Guerrero no era su amante —le dijo con un tono que lo hizo tragarse aquella risa de inmediato—. ¡Usted mismo acaba de decir que era su mujer, su familia! ¡Usted mismo acaba de aportar evidencias suficientes y necesarias de que vivían con ella desde hacía cuatro años!—Pero es que no
No era sorpresa. Era consternación, rabia, incredulidad. Era el choque violento de un hombre contra la realidad, porque ni en sus peores pesadillas Sandro Dragonov había esperado que aquel juicio lo llevara directamente a la boca del FBI. Su padre lo colgaría de uno de los cedros del jardín de su mansión solo por aquello. —¡Esto es inaudito! —gritó mirando a Connor y dándose cuenta de que sabía perfectamente a qué lo había expuesto—. ¡No pueden hacerlo! ¡Su señoría, si lo que quiere es dinero yo...! ¡¿Pero por qué tengo que darle dinero?! —rugió Sandor sin poder contenerse—. ¿¡Por qué tengo que darle la mitad de mis bienes a una mujer que me abandonó!? ¡La estoy denunciando precisamente por eso! —se giró hacia su abogado y los otros nueve que estaban detrás, mirándolos significativamente—. ¡Haz algo, inútil! ¡Estoy haciendo yo todo el trabajo! Pero antes de que Willougby pudiera siquiera despegar los labios, Connor se adelantó con una sonrisa satisfecha. —Señor Dragonov, no deberí
Nadie lo vio venir. Cuando habían entrado al juicio había muchas personas en la escalinata, pero el juicio era un acto público y al parecer Jackson se estaba encargando de cubrirlo y transmitirlo demasiado bien, porque cuando salieron de aquella primera vista, las personas afuera del tribunal podían contarse por miles ya... e indudablemente no todas iban por la paz.Antes de que nadie se lo imaginara siquiera, aquel huevo salió del anonimato de la multitud y golpeó a Sandor a un lado de la cabeza. Ese acto simple exacerbó a los demás y muy pronto aquella lluvia de huevos, la mayoría no en su mejor estado, cayeron como una avalancha sobre Sandor.Tardó solo un segundo en que el caos se desatara. No podía ver a todos, pero al más cercano que vio con un huevo en la mano Sandor se le echó encima y le cayó a puñetazos.Gritos. Reclamos. Maldiciones. Sus abogados tratando de contenerlo, el público atacando y al final la policía del juzgado se vio obligada a intervenir, mandando a Sandor y a