El silencio fue instantáneo y sepulcral. Nadie podía creer que Lizetta hubiera dicho semejante estupidez, sobre todo porque se notaba demasiado que el comentario estaba dirigido como una mala flecha a la autoestima de Mar. Había ahí mujeres más "damas" y con más glamour que ella y a ninguna se le había ocurrido despreciar a la prometida de Alan solo por ser asistente.Sin embargo, si Lizetta creía que podía herir a Mar recordándole a todos que era solo una empleada con puesto básico, muy pronto se dio cuenta de que había atacado a la persona equivocada.—Pues es que a mi novia cualquier ropa le queda bien ¿no te has fijado en el cuerpazo que tiene? —le dijo Alan con una sonrisa resplandeciente mientras rodeaba la cintura de Mar con uno de sus brazos—. Además tengo que confesarlo: ese uniforme fue lo primero que me cautivó. ¿Te imaginas? La conocí linda y sexy, pero encima ¿una mujer trabajadora? ¿Una mujer capaz de salir adelante? ¿Una mujer que no se cuelga del dinero de su marido ni
El resto de los invitados no tardó ni cinco minutos en marcharse, y los que todavía estaban para ver la severa ubicada que Mar le daba a Lizetta Wayland salieron aguantándose la carcajada, entre ellos Harris y su señora.—Alan, no tenías que hacerlo, no me siento tan mal... quizás solo sea una gripe —lo reconvino Mar y él levantó una ceja divertida.—¡Por favor, no puedes decirme que no disfrutaste poniendo a Lizetta Wayland en su lugar! —aseveró—. ¡Es más, esto merece un brindis, voy por la champaña!Alan salió disparado hacia la cocina y Gus se rio de lo feliz que se veía por primera vez en muchos meses. Lo que había pasado con Soraia lo había dejado en un muy mal lugar, pero verlo entusiasmado con otra mujer -incluso aunque él mismo no se diera cuenta-, lo llenaba de alivio.—Gus... —Mar se acercó a él con una sonrisa sincera—. Solo quería ofrecerte una disculpa si todo esto te incomoda un poco. Pero tienes que saber que solo es teatro. Creo que Alan tuvo un momento de "entre la es
Alan salió del dormitorio llevándose a Michael y se dirigió a su propia habitación. No sabía explicar aquel dolor oscuro que lo invadía por no poder estar ahí para ayudar a Mar, pero entendía que el niño estaba primero y se veía realmente agitado. No podía dejarse arrastrar por el miedo y la incertidumbre porque de lo contrario no lograría calmar al pequeño.—A ver campeón, ya no llores. La mami va a estar muy bien...—No no no no no —negó Michael con las lagrimitas corriendo por su rostro—. ¡El mostgo moldio a la mami! ¡El mostgo enfemó a la mami...!Alan respiró hondo varias veces y le limpió las lágrimas mientras lo invadía un sentimiento de amor y protección. Haría lo que fuera necesario para mantener a aquel niño feliz, costara lo que costara.—Escucha, campeón, la mami enfermó porque no toma mucha agüita, solo eso, te lo prometo. Pero quiero que sepas que estoy aquí y, pase lo que pase, no dejaré que nadie le haga daño a la mami. Te lo prometo.—¿Y el mostgo...?—¡Lo atacaremos
Alan estaba confundido. Nadie le había dicho nada sobre una presentación y Mar tampoco había mencionado nada al respecto.—¿Disfraz? —preguntó a la maestra.—Sí, mañana en la noche tenemos la obra escolar y los niños se han estado esforzando mucho. Michael tiene un papel muy importante en la obra y necesita su disfraz.Alan se agachó frente al niño y lo miró con curiosidad.—Eso es excelente, campeón, ¿y quién vas a ser en la obra?—So un albol —respondió el niño y él hizo un puchero.—¿En serio? ¿Y qué hace un árbol?Michael levantó las manitos y se balanceó de un lado a otro.—¡Así!—¡Wow! ¡Excelente! Creo que serás un magnífico árbol, así que vamos a buscarte tu disfraz —declaró.No tenía ni la más mínima idea de dónde encontraría un traje un árbol, pero definitivamente iba a conseguir el mejor disfraz para Michael.—Vendré por ti en unas horas —le dijo besando su cabeza con un gesto cariñoso y le recordó a la maestra que vendría temprano por él.Apenas llegó al hospital avisó que
Mar se quedó inmóvil viendo todo lo que Alan había comprado para el disfraz, y con cada cosa que veía el recuerdo de su olvido la atormentaba. Pocas veces había sentido tanta culpa. ¡Se había olvidado de hacer el disfraz de Michael!—¡Dios, debo ser la peor madre del mundo! —susurró con voz ahogada mientras Alan la arrinconaba contra una pared y levantaba su barbilla.—No no no, señorita, mírame, mírame. Nada de llorar, menos frente al nene... Nada de llorar, a ver...Mar subió los ojos para clavarlos en los suyos y no pudo evitar que la barbilla le temblara un poco.—Tenía cosas en casa para su disfraz... cajas y pinturas... no sé cómo lo olvidé... ¿Cómo pude olvidarlo...?—Oye, no tienes que ser la mamá perfecta, está bien si algunas cosas se te olvidan, hemos tenido unos días muy locos. Michael no necesita una mamá perfecta, solo una mamá sana y feliz y es en esa dirección que tenemos que hacer el esfuerzo, ¿está bien?Mar asintió pasando saliva, y el ambiente volvió a cargarse de
Alan sintió que Mar estaba a punto de echarse a temblar. Sus colegas estaban riendo emocionados y la verdad los creía bastante capaces de ponerse a animarlos para que se besaran; así que antes de que las cosas se pusieran peor, se inclinó hacia ella con una sonrisa nerviosa y le dio un beso rápido y sorpresivo en los labios.Un segundo. Solo duró un segundo, como besito de adolescente que los hizo dar un respingo cuando aquella electricidad pareció sacudirlos a los dos. Alan contuvo el aliento, los labios de Mar se sentían extremadamente suaves a pesar de ser fugaces. Por desgracia fue más que suficiente para provocar un grito detrás de ellos.—¡Lalan! —La voz de Michael estaba llena de reproche y cuando Alan lo miró se dio cuenta de que aquel puchero estaba a punto de convertirse en lágrimas.—Mitch... —Pero no hubo forma de explicarle porque el niño salió corriendo hacia la parte trasera del escenario—. ¡Mitch! —gritó y luego se giró hacia Mar—. Yo me encargo, ya vuelvo.Alan corrió
Alan sintió un nudo tan pesado en el estómago, como si aquello que solo era una suposición de su parte, se hubiera convertido de repente en una realidad que lo abofeteaba en el rostro. Desde que Michael había insinuado que él podía convertirse en un monstruo, Alan había imaginado que quien fuera que los hubiera lastimado, tenía que ser alguien cercano a Mar que solía hacer demostraciones de afecto frente al niño. Sin embargo escucharlo decir que había sido su papá, definitivamente era algo que volvía real la pesadilla, y sobre todo sabía que no estaba mintiendo en eso.Se despidió de Michael con la mayor ecuanimidad que pudo y se dirigió al hospital, dispuesto a perder la poca calma que le quedaba.Mar estaba en ese momento dentro del laboratorio, hablando con el especialista que había llegado para revisar los equipos. Se detuvo frente a los cristales y pasó los siguientes diez minutos caminando de un lado a otro, esperando a que ella terminara porque le urgía hablarle.Tan obcecado e
Alan no podía creer lo que sus ojos estaban viendo. Las fotos de las máquinas para él no significaban nada, pero aquellas dos etiquetas superpuestas gritaban por sí solas.—Esto es grave, Alan, muy grave. Alguien cambió las máquinas por otros modelos de marcas inferiores. Las etiquetas que ves abajo son de la manufactura original, y el hecho de que no tengan logo significa que son genéricas. El hospital ha estado recibiendo equipos de marca inferior —le comentó Mar, pero aquella no era precisamente la hipótesis que estaba en la cabeza del médico.—No lo creo —murmuró Alan retrocediendo—. Hay algo más aquí, algo... El hospital siempre debería comprar los mejores equipos, eso significa trabajar con grandes productoras como Abbot, BD, Stryker, Medtronik, Terumo... Son marcas sólidas, ¿crees que se arriesgarían a enviar equipos de baja calidad, o a sustituir las máquinas de sus marcas por otras inferiores?Mar se abrazó el cuerpo y suspiró pensativa.—No, ¿verdad? —murmuró—. Entonces...—