Los ojos de Abigail no dejaban de parpadear, mientras su boca se acostumbraba a la forma en como su aire pasaba precipitado por su garganta. Desde hace unos minutos estuvo lista. Pero no sabía en qué momento iba a poder dar un paso fuera, donde Dominic la esperaba.
Un vestido negro que llegaba hasta la mitad de sus muslos, se ceñía en su cuerpo. Eso, aunado a que una abertura mediana rasgaba su pierna y lo hacía parecer algo… fuera de lo que ella se pondría.
Negó varias veces sin entender Cómo su cuerpo se había transformado con ese vestido, que descubrió hace una hora tendido en su cama, con una nota de Dominic que decía: “Hoy no te vestirás para nadie, sino para ti misma”
Y después de que los nervios se la comieron al ver la prenda, consiguió debajo de la misma, un juego de ropa íntima de encaje que estaba
Y no era la de Abby, porque ella tenía su mano entrelazada en el otro brazo. Su mirada poco a poco recorrió a la persona que lo había detenido, pero era inevitable no reconocer esa voz que lo había llamado por su nombre.Karen estaba de pie, mirándolo con los ojos abiertos para luego desviar la mirada a Jacob. Hunt evidenció que estaba muy sorprendida de verlo en este club, y después de que se cercioró que su amigo estaba con él, pasó la mirada a su mano entrelazada con Abby.Él no pudo moverse del lugar, porque, aunque le extrañaba en desmedida que su corazón no se alertara por verla, allí tampoco estaba esa rabia que identificaba sus encuentros.Karen seguía muy hermosa, la belleza que la caracterizaba y que hacía que todos los hombres se giraran hacia ella, seguía intacta, pero había algo dentro de &eacu
Tuvo que hacer un gran esfuerzo por pasar la saliva, porque ella lograba joderse en su aparente estabilidad y en esa insistencia por querer parecer fuerte a sus encantos. Estaba completamente vencido en las manos de Abigail, y ella ni siquiera se había dado cuenta del poder que llevaba a su favor.Se levantó de golpe del sofá, y la levantó con rapidez, mientras se despidió de Jacob de la manera más corta posible.—¿Qué?, ¡pero ni siquiera ha pasado una hora! —refutó su amigo mirando a ambos con miles de preguntas en su rostro.—Nos bastó solo un rato. Nos hablamos luego —Hunt le dio una palmada en su hombro y Abby le pasó una sonrisa a la pareja, para evitar que su rostro se sonrojara.Ambos caminaron rápido a la salida sintiendo lo helado que estaba el clima. Y antes de que Abby pudiera frotar sus brazos, Dominic se quitó
Pasado, hace un año con Karen…—¡Jacob, debes ayudarme! —la mujer limpió su rostro y se giró hacia Jacob con el rostro manchado de rímel.—¿Karen has visto la hora? ¿Por qué no llamaste? ¡Cálmate! Ella negó mientras un puchero volvió a aparecer en su rostro.—¡El maldito de Jack me amenazó con decirle a Dom…!El cuerpo de Hunt se tensó mientras su respiración comenzó a ser entre cortada. Jack Morrison, era un hombre de negocios que se codeaba con ellos en muchos asuntos, últimamente tuvieron algunos conflictos por unas acciones que Hunt ganó y que no quiso venderle. En una de sus reuniones acostumbradas trató de darle una especie de amenaza, pero Dominic nunca lo tomó como algo serio.
Al fondo había comenzado una música, su madre colgó la llamada y luego Abby entre sorprendida y confundida, vio que había una nueva llamada en su teléfono, pero esta vez con video.Su sonrisa se amplió, deslizó el dedo por el táctil, para luego ver a su pequeña y a su hermano junto con su madre, cantándole cumpleaños con un pastel de chocolate que ella no probaría.Todos cantaban con un gorro de cumpleaños, y le enviaron besos y felicidades. Su padre no estaba con ellos, y le parecía muy extraño que sus hermanos no estuvieran en la escuela. Entonces rápidamente fue a ver la hora en el extremo derecho de su móvil y casi se muere de un infarto al saber que eran las once y media de la mañana.Cuando terminaron la canción y dieron un aplauso, Abigail les envió un beso con la mano.&nbs
Hunt colocó la mano en su espalda y comenzó a deslizarla hasta lo último de su columna, apretó su trasero y con la otra mano, tomó su barbilla. Con sus dedos comenzó a trazar su boca mientras ella lo miraba con ensoñación.—No me mires de esa forma —le dijo en forma de gruñido muy cerca de su boca—. Me vuelves loco, y me haces pensar que…Por algún motivo, ambos dejaron de mover sus pies, mientras se miraron intensamente. La chica sabía que no estaba lúcida, y que en este preciso instante la cordura no estaba en ella.Hunt se reprimió mentalmente por sacar esas palabras que le hacían recodar lo estúpido que fue cuando conoció a Abigail,y le dijo que entre ellos no podía haber amor. Notó que los ojos de ella se cristalizaron, y vio como dio unos pasos torpemente, para tomar su copa y vaciarla en
Abby sintió que su estómago se enredó en un fuerte nudo al momento en que el avión aterrizó. Aunque al girar a su lado la sonrisa de Dominic aplacó un poco sus nervios, había una sensación dentro de ella que aceleraba su propia respiración. Le envió un gesto en respuesta para no preocuparlo, y luego de que el hombre tecleara rápido en su celular, soltó el aire tratando de decirse a sí misma que todo iba a salir bien.Llegó a la conclusión de que esta noche se quedaría con Dominic, porque él estaba pidiendo un auto, ya que era casi media noche; y aunque no quería despegarse del hombre que amaba ni por un segundo, sabía que el día de mañana necesitaba dar la cara a su familia revelándoles toda su verdad.Debía comenzar por recoger sus cosas, y necesitaba irse al piso que anteriormente estaba gestion
Dominic giró su muñeca para ver que marcaban la una de la tarde y Abby no daba una señal. Sabía que ella debería estar hablando con sus padres, y que todo esto tomaba tiempo, pero estas cinco horas en las que ni siquiera hablaron por un mensaje, le parecía un martirio.Ordenó unos papeles que estaba leyendo, algunas cosas se habían acumulado en la oficina y tampoco sabía si Jacob llegaría hoy por la noche. Se sentía como un tonto en estos momentos por querer tener el control de todo a su alrededor, pero también se sentía completo sabiendo que formaba parte de una persona, y que esta era también su mundo.Viendo la pantalla de su celular pensó en ordenar algo para comer, pero se retractó por un segundo al preferir esperar a Abigail para hacerlo. No podía negar que estaba ansioso por lo que tenía por decir, sabía que no era un
Sentado en su auto, y viendo como Abigail se montaba en otro con su marido, Dominic apretó el volante hasta que sus nudillos se pusieron blancos. El auto que estaba delante de él aceleró y se perdió de su vista, y solo pudo recostar su cabeza en el asiento, tratando de respirar y deshacer esa agonía que no lo estaba dejando vivir.Esto parecía una película de terror. No entendía cómo podía estar envuelto en este asunto de nuevo, no sabía cómo estaba aquí por el mismo hecho de confiar ciegamente en una persona que desde el principio había desarmado sus defensas. Aún no podía creer que esto fuera real, y que la mujer con la que había expuesto su parte más vulnerable, se hubiese jodido en él de esta forma.Después de que su garganta recibió un pinchazo ante las intensas ganas que quería de gritar, encendi&o