Después de que Abigail se cercioró de dejar todo en su lugar, tomó las hojas que había copiado y cerró la puerta, mientras se secaba las lágrimas con el dorso de su mano. Buscó sus cosas en el sofá y luego decidió salir en definitiva de la casa de sus padres.
Sus pasos eran lentos. Sentía kilos de peso en cada pierna al ir en dirección de la camioneta, donde Tom la esperaba, y para decir verdad, no sabía a donde ir ahora.
De forma silenciosa entró al auto y le ordenó a Tom volver a su casa. Era la única parte donde podía leer todo con calma, además porque estaba segura de que Marshal no iría en todo el día, y porque necesitaba resguardar esos documentos, donde solo ella supiera su paradero.
Una vez que llegó, fue de inmediato a la habitación y pasó el cerrojo de su puerta, mientras dej&oa
El aliento de Abby en su oído, más sus palabras cargadas de deseo y de euforia, solo hicieron que se volviera loco. Sí, la ira se lo estaba consumiendo, pero también debía aceptar que todo el deseo y los sentimientos mezclados, habían hecho que se cegara por poseerla, y por llenar cada centímetro de Abigail de su propio cuerpo. Deseaba impregnarse en ella, necesitaba marcar su piel y que, de alguna forma, más nunca alguien pudiera tocar lo que ya era suyo.Dominic comenzó a besarla frenéticamente, y en cuestión de segundos, cambió de posición, colocando a Abby debajo de su cuerpo. Quitó su blusa y comenzó a bajar su falda sin dejar de tocar su piel de forma insistente. Sus toques no eran suaves, eran más bien muy exigentes, rastrillaba su piel con la yema de los dedos, y podía sentir que ella hacia lo mismo con él.C
Los ojos de Abby parpadearon varias veces, cuando escuchó su reloj digital titilar vez tras vez, indicándole que debía levantarse para enfrentar lo que estaba por venir.Lentamente se sentó en la cama y restregó sus ojos, para visualizar cómo había dejado todas las bolsas de compras en el suelo, y en como su habitación estaba hecha un desastre.Después de que se dio un baño largo, y secó su pelo, revisó algunas de las bolsas y sacó un vestido lino color hueso que tenía botones a los lados. No era una vestimenta formal, de hecho, cuando se lo vio puesto en el espejo, evidenció que la prenda la hacía lucir joven y fresca, ni siquiera era algo que debía ser presentado en una reunión de negocios, pero dándose la vuelta, y viendo que se ceñía a su cuerpo y el corte de los hombros era manga sisa, Abby sintió q
El cuerpo de Dominic estaba vibrando en este momento, en solo minutos daría un anuncio que, a decir verdad, ni siquiera sabía cómo iba a tomarlo Abigail. Entonces pasó la mirada por su amigo Jacob, quien sabía con exactitud en qué estuvieron trabajando toda la semana, y aunque en muchos momentos no estuvo de acuerdo, allí se había quedado apoyándolo, en todo lo que él quería hacer.No pudo evitar soltar una risa que reprimió en su boca, mientras veía como el hombre negaba queriendo matarlo por la cantidad de dinero que habían perdido. Pero ese era su juego, si no colocaba esas sumas de dinero en el negocio, Marshal nunca aceptaría el trato con las personas con las que había pactado. Y para él era muy importante que el hombre, se quedara aquí, y aceptara a como dé lugar ese negocio. Nada podía salir mal.Hunt
Después de unos segundos de penumbra, la voz de Ezra cortó con un silencio que estaba siendo demasiado largo para todos.—No creo que tengas problema de acompañar a tu esposa, Marshal.El hombre se giró con el rostro muy tenso y su cuerpo a punto de estallar, luego se limpió la frente, pasando los ojos a todas las direcciones sin mirar a alguien en particular.—No puedo… —su voz salió en forma de susurro, pero la acentuó tanto que la piel de Abigail se estremeció mientras dio un giro inesperado.No pudo evitar pensar ¿qué estaba ocurriendo para que Marshal se negara a esto?, su confusión estaba matándola al punto de llevar sus ojos insistentes hacia el lugar de Dominic, y solo en ese entonces, él correspondió su gesto.Su rostro estaba sereno y feliz, Hunt soltó el aire, y Abby vio como miró
Abby estaba viendo por la ventana del avión, como las nubes parecían un mar espeso y denso; la sensación de profundidad, de tranquilidad y sobre todo de altitud la hicieron sentir inalcanzable. Ya tenían aproximadamente dos horas de vuelo, pero ella deseaba quedarse aquí arriba para siempre, sin ninguna preocupación.Los dedos entrelazados de Dominic en ella, solo le indicaban que estaba segura, que no tenía de que alarmarse por nada, y que, por un par de días, no debería pensar.Las palabras de Dominic aún estaban grabadas como acero caliente en su pecho, y cada vez que pensaba una y otra vez el momento en cómo dijo, que él era de ella, su sistema mandaba descargas indescriptibles que le cortaban el aire.No quería perderlo, no quería que se fuera después de que su situación se arreglara, independientemente de lo que pasara, lo
Ver la ciudad desde ese edificio le parecía estar contemplando una inmensidad. Eso, aunado a que Washington era bastante plano y arbóreo, donde no se contemplaban edificios tan modernos, sino estructuras más bien antiguas.El clima se sentía más templado, pero había algo que hacía sentir cómoda a Abigail. No podía explicar si el hecho se destacaba que aquí estaba muy lejos de sus problemas, pero el peso de sus hombros, y esa presión en su pecho que eran constantes, y que ya había perdido la cuenta desde cuando se sentía así, habían desaparecido por completo.Ella giró hacia la cama amplia donde Dominic estaba enrollado entre sábanas, y luego miró el reloj digital que daban las 7 de la mañana. Estaba muy acostumbrada a su rutina madrugadora y sabía muy bien que Hunt amaba dormir hasta tarde. Así que, aunque quer
Los ojos de Abigail no dejaban de parpadear, mientras su boca se acostumbraba a la forma en como su aire pasaba precipitado por su garganta. Desde hace unos minutos estuvo lista. Pero no sabía en qué momento iba a poder dar un paso fuera, donde Dominic la esperaba.Un vestido negro que llegaba hasta la mitad de sus muslos, se ceñía en su cuerpo. Eso, aunado a que una abertura mediana rasgaba su pierna y lo hacía parecer algo… fuera de lo que ella se pondría. Negó varias veces sin entender Cómo su cuerpo se había transformado con ese vestido, que descubrió hace una hora tendido en su cama, con una nota de Dominic que decía: “Hoy no te vestirás para nadie, sino para ti misma”Y después de que los nervios se la comieron al ver la prenda, consiguió debajo de la misma, un juego de ropa íntima de encaje que estaba
Y no era la de Abby, porque ella tenía su mano entrelazada en el otro brazo. Su mirada poco a poco recorrió a la persona que lo había detenido, pero era inevitable no reconocer esa voz que lo había llamado por su nombre.Karen estaba de pie, mirándolo con los ojos abiertos para luego desviar la mirada a Jacob. Hunt evidenció que estaba muy sorprendida de verlo en este club, y después de que se cercioró que su amigo estaba con él, pasó la mirada a su mano entrelazada con Abby.Él no pudo moverse del lugar, porque, aunque le extrañaba en desmedida que su corazón no se alertara por verla, allí tampoco estaba esa rabia que identificaba sus encuentros.Karen seguía muy hermosa, la belleza que la caracterizaba y que hacía que todos los hombres se giraran hacia ella, seguía intacta, pero había algo dentro de &eacu