—¿Marshal? —Abby preguntó con voz temblorosa pasando un trago rápido.
La chica podía ver el rostro encolerizado de su marido. Estaba segura de que si no fuera por Dominic, el hombre no hubiese perdido el tiempo en arrojarle toda su furia de inmediato.
En el instante Marshal giró hacia Dominic para ver una postura amenazante en su persona, y decidió por carraspear en seguida.
—Cariño… vine por ti, no has contestado tu celular en todo el día… —en unos pasos se acercó hacia Abigail y luego se giró hacia Hunt saludando con antipatía—. Señor Hunt.
No hubo una respuesta, Dominic solo lo miraba con el ceño fruncido y su expresión le daba más miedo a la chica.
Y aunque estaba acostumbrada a que esta era la forma en que su marido actuaba frente a la gente, nunca dejaba de sorprenderse con su capac
Abby golpeó varias veces los brazos de Marshal, incluso se rastrilló ella misma buscando quitar los dedos que estaban ahogándola, y cuando sintió que iba a perder la conciencia ella fue arrojada duramente al suelo.Cuando cayó al suelo sintió un pinchazo que ardió en su palma y rápidamente se dio cuenta de que algún vidrió que quedó se había incrustado en su palma. Sin embargo, ahora por lo que luchaba era por el aire. Tosió varias veces, mientras gateó un poco para sentarse, pero nuevamente fue tomada y como si fuera una muñeca de trapo fue levantada del suelo.Su boca temblaba mucho, pero su miedo cambió en el instante en que el rostro de Marshal se transformó a uno con pena.—Abby… te has cortado… yo… —ella desvió la mirada a su palma y vio que la sangre estaba literalmente corriendo por s
Cuando soltó el aire de su cuerpo, Abigail lo miró directamente a los ojos y luego puso sus dos manos en la mesa. Dominic bajó la mirada y vio como ella se quitó un guante negro dejando ver una venda que tenía varios círculos de sangre.Su mirada se oscureció tanto que Abby temió un poco, vio como el pecho de Dominic subía y bajaba en desmedida, levantándose de golpe para ir a agacharse cerca de ella. Hunt tomó sus manos entre las suyas y luego deslizó su mirada a la de Abigail.—¿Cómo pasó esto? —aunque trató de preguntar con tranquilidad, Abby escuchó como se esforzó por mantener la calma, y cuando ella tomó su mano para responder, la mirada del hombre fue directamente a su cuello, viendo como sobresalían algunas marcas a pesar de que ella usaba una blusa con botones.Una tormenta se apoderó
De camino, Abigail notó que se encontraban en la zona donde estaba ubicada la empresa, pero en esta ocasión en la parte residencial. La chica sabía que era una parte costosa, así que luego que pasó un camino que estaba formado por arbustos a los lados, divisó que una hermosa casa blanca aparecía ante sus ojos.No era enorme, pero era dos veces más grande que la suya y la de sus padres. Ninguna casa estaba alrededor, y la grama que divisaba en todo su paraje, estaba más cuidada que su propia ropa.Dominic estacionó frente a la propiedad y sin mirarla abrió la puerta. Ella se apresuró por salir, dejó su bolso en el automóvil y cerró la puerta para recostarse en el mismo.—¿Quién vive aquí? —preguntó detallando cada parte de la casa.—Nadie. Creo que la compraré… —Abby gir&oac
Hunt pasó los brazos y la abrazó pegándola nuevamente a su cuerpo. Puso un beso en su cabeza mientras se quedaron en silencio y miraban a la nada.Las palabras de Abby de cierta forma le habían trastocado un poco: “Hasta que la vida decida que debamos tomar nuestro propio rumbo.”. No deseaba tener un compromiso con alguien, no planeaba tener un futuro, ni casarse ni tener una familia. Pero ahora que lo pensaba y meditaba en la oración que Abigail había lanzado, le preocupaba el hecho de que en algún momento de su vida ellos tomaran un rumbo, en donde no se vieran más.Estaba deseoso de sacar a Abby de toda la montaña de problemas en la que se encontraba. Ahora que la tenía en sus brazos quería quedarse con ella sin preguntarse lo que tenía que hacer o donde debía ir. Pero debía recordarse que, como lo dijo Abigail
Dominic dejó el vaso en la mesa y fue directo para abrir. Su amigo estaba de pie con los brazos cruzados y sin decir una palabra, caminó metiéndose en su suite y fue a servirse un trago.—¿Quieres algo de comer? —preguntó Hunt cuando vio que se llenó el vaso de licor.Pero su amigo negó y luego se fue a recostar tomando un largo sorbo.—Después de una mentada de madre, pude hablar civilizadamente con Connor…Dominic sonrió y luego se sentó frente a su amigo.—Sabes que la mereces…—Kamil nunca dijo que estaba saliendo con Connor, ella fue la que jodió todo.—Sabes que Connor no puede decir que sale con nadie, puede poner en peligro todo lo que esté junto a él.Jacob subió sus hombros.—Pues no soy adivino. Además, le hice un favor, allí ella
Hunt no pudo dejar de mirarla. Allí estaba ella de pie, con un sin fin de problemas, decidida a meterse en otro, solo por salvaguardar la integridad de una persona que apenas conocía.Tenía preparada una mesa para comer junto a ella, hablar de lo que se viniera en gana, y relajarse un poco en su compañía. Pero la palabra “tranquilidad” definitivamente no lo estaba describiendo ahora.Las palmas de sus manos literalmente le picaban. Su cuerpo estaba a punto de estallar con todas las sensaciones que ella misma le había insertado con esas palabras, y lo que más deseaba hacer, era comérsela ahora mismo.Dominic vio que la chica iba a hablar de nuevo, entonces tomó su cuello, metió los dedos en su cabello y la unió a su boca con desesperación. Abby se aferró a sus brazos mientras le daba la entrada a su boca. Podía sentir la calidez y a
Tom se despidió de Abby y ella no esperó ver qué cara podía tener. Caminó rápido a su casa viendo que habían pasado muy rápido las horas sin haberse dado cuenta, que, de seguro, Marshal ya estaría en casa.Abrió la puerta con un poco de nervios, su plan era encerrarse en su cuarto e irse mañana por la mañana a la casa de su padre, como todos los domingos. Evitaría todo lo que pudiera a Marshal, sin embargo, cuando cerró su puerta todo su plan se vino abajo.En la mesa principal estaban Cedric y Ada Hayes, los padres de Marshal, por supuesto con su hijo teniendo una conversación ligera. Todos hicieron silencio cuando la vieron aparecer, y su cuerpo sintió un fuerte rechazo cuando su esposo se levantó, y fue rápidamente hacia su lugar.—Cariño… —la voz de Marshal salió tan cínica que ell
Abby pasó un trago forzado, si él decidía presionar más la lastimaría. Así que hizo un esfuerzo por tratar de no conmocionarse con su amenaza. Necesitaba comenzar a demostrarle a su marido que ella no tenía miedo de él.—Buenos días, Marshal.Emma llegó con los platos, y obligatoriamente ellos tuvieron que retirar sus manos.—Puedes retirarte Emma —Anunció el hombre mientras que la mujer dudó por un momento.—Si señor… —respondió por fin y se fue del lugar.Abby bajó la mirada mientras el aire salía de ella.“No tengas miedo”Su rostro se alzó y luego tomó el vaso de jugo que estaba en su frente.—Anoche dejamos nuestra conversación incompleta…El rostro de la chica se giró mientras le enviaba una mi