Eva una chica de armas tomar, impulsiva, irreverente y divertida.
Eva tenía agarrada a Brenda de los cabellos y le decía.—¡Cómo se atreve a meterse en mis sueños!—¡Tú te metiste en mi camino, perra!El señor Fontaine intentaba calmar los ánimos de las mujeres, pero Brenda era muy tenaz.—Me quitaste a mi novio.—Yo no te quité nada. Él te alejó de su camino.—¡Vas a pagarme todo lo que me has hecho, perra!La tiraba al suelo y Eva comenzó a luchar con ella en el piso.—¡Bruja!—¡Perra!—¡Soy perra y muerdo!Eva la mordió en el brazo y Brenda soltó un grito y comenzó a chillar. Kasy decía.—Dale, manita, dale.Cuando Apolo llegó, vio a la gente alborotada y comentando el incidente. Llegó y vio a Brenda siendo agarrada del cabello por Eva.—¡Apolo, sálvame!—¡No te metas conmigo, bruja!Inmediatamente, fue hasta ellas y tomó a Eva de la cintura y la alzó separándola de Brenda.—¡Eva, suéltala!Brenda, sofocada, le dijo molesta.—¡Esa es la mujer que quieres en tu vida!—Brenda, ¿qué pasó aquí?Kasy le explicó entonces.—Ella vino a pagarle al señor F
Apolo estaba preocupado por el alcance que estaba dando Eva, no esperó que su camarera de club fuera tan chispeante y exasperante al mismo tiempo. Donald lo miró preocupado.—¿Te sientes mal?—Eva, con decir su nombre, mi presión sube.—Es toda una revelación.—Se toma lo de diva muy bien.—Tiene derecho, Brenda es muy abusiva.—Siento que todo se salió de control.—Tómalo con calma, al menos te alejó del compromiso con Brenda.Solo eso, ¡a qué precio!, por Dios. Su secretaria le llevó unos documentos y correspondencia.—Llegó esto del comité de Caridad de la ciudad.Revisó la invitación que era para el mentado evento de moda.—Ahora esto, evento de moda, ¿qué tengo que ver con la moda?—Señor Sanders, la señorita Monar del Valle será modelo en el desfile.Vio su sorpresa y la joven añadió.—La sigo en redes.Ahora Eva sería modelo de ese evento y Donald sonreía divertido por el giro que daban las cosas.**Roy compró las entradas en primera fila para él y para su hermosa compañera y l
Eva leía los comentarios de las redes, todos hablaban de ella, por un lado, eso era bueno y le daba relevancia, pero pensó en su padre y en que la idea de que la asociaran románticamente con Apolo no era nada loable.Kasy le servía un jugo.—Esa bruja de Novak te quiso arruinar y le salió todo mal.—Creo que mi ángel de la guarda hace horas extras conmigo.Recibió una llamada de Fontaine.—Eva, mi preciosa, tengo una propuesta de la revista Escena, te quieren en su portada.Eso sonaba fabuloso y entonces añadió.—Pero te quieren junto a Apolo Sanders.¡Qué!—Ambos impactaron, quieren una sesión de fotos juntos.—Suena genial.—Nos contactaremos con el agente de relaciones humanas del señor Sanders, divina.Eva pensó que siendo Apolo tan agrio no aceptaría y entonces revisó el contrato que le había enviado y estaba perfecto, firmó y se lo fue a dejar.**Apolo se daba masajes con un masajeador y le comentaba a su amigo sobre lo pasado.—Ahora está en todos los medios, me doy cuenta de q
Apolo maniobró de forma magistral el vehículo y evitó el choque orillándose momentos después. Eva estaba pálida viendo a Apolo con terror.—¡Casi nos matas!—¡Te volviste loca!—¡El loco eres tú!—¿Sida? ¿Pensaste que tenía sida?Eva lo miró con desconcierto.—Bueno, es una posibilidad.—Posibilidad y un cuerno.El corazón de Eva latía veloz y entonces le dijo molesta.—Es lo que pensé, nunca me dijiste nada.—Estoy enfermo, pero no es sida, es cáncer.No lo veía tan desmejorado como se esperaba.—¿Cuánto tiempo te dijeron que te quedaba?—Seis meses.Ella lo miró con sorpresa.—¡El tiempo de nuestro contrato!—Así es.Eva preguntó aterrada.—¿Quieres que te vea morir?—Jamás.La sola idea de que Eva estuviera presente en ese momento tan trascendental no lo concebía, pero parecía inevitable. Desde que lo supo en ese chequeo médico, su vida cambió.Solía hacerse un chequeo al año y completo. El doctor Clarence, era médico de la familia desde que tenía memoria y en ese momento esperaba l
Eva preparaba un batido de algunas legumbres que le habían dicho que eran buenas para ciertas enfermedades.—Zanahoria, remolacha y naranja, suben defensas.Sonrió cuando vio todo mezclado y se veía muy colorado.—¿Lo debo de cernir? —pensó un poco y entonces—, se le irían los nutrientes.Se lo llevó a Apolo que miraba una de sus plantas con tristeza.—Te hice un batido de algunas cosas.—¿Batido?—Escuché que eso ayuda en tu condición.Vio una masa y se lo llevó a la boca.—Esto es intomable.—¿Quieres que lo cierna?Entonces le dijo pacientemente.—Eva, gracias, pero esto no es necesario.Ella se cruzó de brazos y le preguntó.—¿Piensas que ese coctel de pastillas te hará mejor que lo natural?—Tengo cáncer terminal, no hay vuelta atrás.Eva se llevó el jugo y lo coló y se lo volvió a dar.—Al menos no me rindo.—Quisiera que te rindieras.—No puedo hacer eso.—Eva, me desesperas —se tomó el jugo—, sabe a rayos.Lo bueno siempre sabía mal, eso lo leyó por ahí. Intentaba darle ánimo p
Eva modelaba su tentadora ante él.—¿Y bien?—Te ves…Era una bella diosa encarnada en el cuerpo de una mujer. Ella se le acercó sensual.—¿Me veo?—Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida.Y era cierto, la belleza de Eva era hechizante. Ella lo tomó por la corbata y lo llevó cerca de la cama.—Eva, pasó algo y…—Quiero que te olvides de todo.—¿De todo?—De todo menos de mí.—Estás loca —dijo con una sonrisa.—Tal vez, esta camita y estos chocolates son para engreír a mi precioso, Apolo.Ahora era precioso y ella lo tiró en la cama y se dio cuenta de que era suave y fragante.—Siento que es la primera vez que me acuesto con placer en mucho tiempo.Ella le desabotonaba la camisa y él reía.—Eres una loca.—Ajá.Besaba su pecho y admiró su musculatura.—Una vez te vi en la piscina y siempre creí que tenías el mejor cuerpo de todos los poderosos del lugar.—Yo también te veía con las charolas de bebidas y no sabía lo loca que estabas.Ambos rieron y ella le sirvió una copa de c
Regresaron al hotel y Apolo comentaba sobre lo pasado con la gitana.—Por eso no creo en esas cosas, el destino no puede ser leído y tampoco cambiado.Eva entonces comentó lo dicho por la mujer.—Ella dijo que tendrás larga vida.—Puras bobadas.—Hablas como si no desearás vivir.Apolo le dijo lo que pensaba sobre el tema.—El cáncer no puede cambiarse, es una realidad y cuando es terminal, es terminal.—Eres un hombre de poca fe.Apolo se acercó a la recepción y dijo su nombre.—Sanders.—¿Gastón Sanders?Eso lo sacó de onda y le aclaró al encargado.—Ese es mi padre y murió hace varios años, soy Apolo Sanders.El sujeto revisó y comentó.—Tenemos al señor Gastón Sanders y su esposa registrada y a Apolo Sanders y su esposa registrada.Eso molestó a Apolo, que de un salto llegó del otro lado y Eva lo miró tan vital.—Deje ver eso.—Señor, esto es impropio.—Impropio y una m****a.Miró el monitor y ahí decía eso, su padre estaba en ese sitio, habitación 1616, negó con la cabeza y dijo d
Dallas tocó a la puerta, había ensayado su lado firme para tratar con su hermano; sin embargo, una bella señora le abrió la puerta sacándola de onda.—Disculpe, me equivoqué de habitación, pensé que era la de mi hermano.—¿Apolo es tu hermano?—Sí.Ella le dio pase y Dallas entró y vio a su padre frente a ella y cayó como un fardo en el suelo. Roy la ayudó a levantar y la colocó en un mueble cerca.—Dallas, cariño.Apolo fue a ella y la tocó.—Hermanita, por favor, hermanita.Gastón se acercó al sujeto que era muy fornido y le preguntó.—¿Qué hace usted con mi hija?Roy se quedó mudo, no entendía nada.**Eva esquivaba a su madre, se sentía en un quilombo lleno de personas y nada gratas.—¿Podemos hablar?—Ya hablaste muy alto con tus acciones.—No te pido que lo entiendas, solo pasó. Conocí a Gastón cuando vivía un momento oscuro de mi vida.Dios, no deseaba escuchar cómo se ennovió con el rico y dejó a su pobre padre solo.—Quieres callarte, hiciste suficiente, Evelin.—No todo es co