Los CEOs de la asociación estaban preocupados. Sus sumisas se encontraban muy alteradas porque éstos comenzaron a prestarle más atención a Macarena que a ellas. Y como no funcionó lo de escracharla en las redes sociales (al contrario, le dieron más fama y prestigio, haciéndola lucir como una mujer capaz de crear sus propias reglas sin temor al peligro), entonces comenzaron a apuntar hacia sus parejas. Algunas aplicaron la ley del hielo. Otras, arrojaron las cosas de sus CEOs por la ventana. Y unas cuantas les confiscaban sus celulares para ver que no estuviesen conversando con otra mujer. Y una sumisa equis vio que su CEO predilecto estaba enfrascado en una conversación con una mujer de voz muy gruesa y madura. Cuando se lo reclamó, éste le dijo: - ¡Pero cariño! ¡Es mi mamá! ¿A poco crees que lo voy a hacer con ella? ¡Eso sería asqueroso! - ¡Ustedes los hombres son todos iguales! ¡Nosotras les damos amor y luego nos dejan por una tal “mamá”! - Ya, mi ci
Roberto fue al museo con su esposa. Ella quedó encantada con las obras que estaban ahí, tanto que se la pasaba señalando y comentando al respecto. - ¡Mira, amor! ¡Este cuadro tiene colores brillantes! ¿Qué significa eso? - Significa que nuestro amor está en pleno vigor y alegría, cariño. - ¡Oh! ¡El artista que plasmó nuestro amor es un genio! ¡Y eso que no nos conoce de nada! ¿Será un adivino? Roberto se llevó una mano al frente. Si bien le agradaba la mujer que eligió como su esposa, le parecía muy tonta. Así es que le era muy sencillo engañarla. Entre la gente que visitó el museo, vio a un hombre con corbata y sombrero de capo mafioso. El CEO encuerado le tocó el hombro a esposa y, señalándole una enorme escultura de extrañas proporciones y significado irrelevante, le dijo: - ¡Mira! ¿A qué es bonita esa obra? Apenas giró la cabeza para mirarla, Roberto se acercó rápidamente al hombre de corbata y sombrero, le entregó una nota y le indicó, en
Roberto pataleó una y otra vez al enterarse que el secuestro fue un fracaso. Y es que no previó que una de las mujeres más multimillonarias del mundo tendría un as bajo la manga para librarse de esa clase de situaciones penosas.Y ahora que hasta tenía guardaespaldas y todo, sería muchísimo más complicado el raptarla y forzarla a ser su juguete sexual.Dio varias vueltas alrededor de su oficina, donde no paraba de debatirse qué hacer para tener a Macarena a sus pies. Y mientras pensaba, entró su nueva secretaria contratada por su padre (de vuelta) en su oficina.- Señor, recibí una llamada de… ¡Oh, por Dios!La secretaria se quedó helada al ver a Roberto. Éste la miró y le dijo:- ¿Qué pasa? ¿Acaso no le informaron que regresé de la muerte para seguir siendo el CEO de esta empresa?- No es eso… - murmuró la mujer, cuyas mejillas comenzaron a sonrojarse – es que… ¿Cómo decirlo? ¡Es usted muy apuesto! Perdone el atrevimiento, sé que estás casado, pero…
Todos los integrantes de la asociación se enteraron que Roberto fue denunciado por acoso sexual. Esto nunca le había pasado y se preguntaban en qué fue lo que falló para recibir semejante acusación. Por su parte, Roberto no sabía qué hacer. Si bien consiguió que su esposa no se enterara, su padre si lo supo y no paraba de llamarlo una y otra vez para hablarle sobre el tema. En el fondo se preguntaba si Macarena no se enteró que fue él quien intentó secuestrarla para venderla en el mercado negro. Pero la cosa no terminó ahí porque, un poquito después, se publicó un video viral de una mujer con el rostro cubierto por una máscara, explicando todo sobre la asociación de CEOs encuerados, pero con la intención de darle una mala publicidad. - En esa Asociación, los CEOs se creen los dueños del mundo – aseguró la mujer del video – y son muy machistas, porque nunca aceptaron a una mujer CEO en su nefasta agrupación. Creen que una mujer solo debe ser una sumisa y ya, no ti
El pequeño CEO se sintió intimidado por la infraestructura de la empresa de Macarena. El edificio era incluso más grande que el suyo y, también, tenía robots y sistemas sofisticados de seguridad que sobrepasaban su imaginación. Toda esa exageración le hizo preguntarse: “¿Acaso es la reina de Saba?” Vio que la joven CEO salió de su oficina, acompañada con al menos cuatro guardaespaldas que la rodeaban de frente y detrás. No dejaban ninguna apertura libre, como si se tratase de un cofre que le encargaron proteger con sus vidas. A pesar de todo, Richard no estaba dispuesto a rendirse, por lo que se acercó a ella, dispuesto a hablarle. Pero apenas dio unos pasos, los guardaespaldas lo apuntaron con sus pistolas y le dijeron: - ¿Quién eres y qué quieres con nuestra clienta? - ¡Soy su amigo! ¡Solo quiero hablar con ella! – respondió Richard. Los guardaespaldas miraron a Macarena. Ésta, con una fría indiferencia, les dijo: - No lo conozco. Dos de los
Tal como se lo indicó Macarena, Richard se presentó a su oficina con la intención de tomar el puesto de secretario. Se vistió con un sencillo traje negro con corbata y camisa blanca. Se recortó la barba para mantenerla prolija y se peinó los cabellos hacia atrás con un gel. Por suerte, Sonia aún seguía durmiendo y el bebé estaba bien atendido por la niñera. Pero, por las dudas, le dejó una nota a su esposa que decía: “Fui a una reunión urgente. Regresaré al anochecer. Te quiero, amor” Por suerte, Macarena lo atendió enseguida. Pero en lugar de abrazarlo y besarlo, solo permaneció en el escritorio, con cara de póker, mientras le miraba de arriba abajo. Luego, con una voz de tremendo aburrimiento, le preguntó: -¿Qué desea, buen hombre? ¿En qué le puedo ayudar? -Vine aquí por el puesto de secretario que requiere para su empresa – respondió Richard, mostrándole su curriculum. Macarena lo tomó y lo abrió. Le dio una ojeada rápida y lo cerró, dejándol
Apenas llegaron, entraron rápidamente a la habitación y Macarena procedió a desvestirle a Richard. Éste se dejó hacer, sintiendo que su amiguito volvía a parársele tal cual bandera flameante. -No sé cómo lo haces, pero cada día estás más exquisito – le susurró Macarena al oído, mientras procedía a presionarle sus masculinos pezones. -Esto se siente tan… extraño – dijo Richard, sintiendo un extraño calor en su interior. Richard se acostó boca arriba en la cama, completamente desnudo. Macarena tomó su miembro y procedió a hacerle una oral, metiendo y sacando lascivamente de su boca tal cual si fuese una banana. El pequeño CEO se aferró al colchón y comenzó a gritar como nunca antes, ya sin temor de que algún empleado curioso lo pillase en la oficina. En un momento, Macarena se levantó y se separó de él. Richard, aún acostado, levantó la cabeza y le preguntó: -¿Ya terminamos? -Aún no – respondió Macarena, quien tomó su bolso y sacó de ahí el jugu
- Macarena es sumisa… ¡Y dominante a la vez! ¡Es la mujer perfecta! Y yo, un idiota, la he perdido. Richard regresó a su casa, todo traumatizado por la experiencia de ser sometido por su ex amor. Y lo que más le intrigó era que le gustó. Adoró la forma en que Macarena lo tomó y domó, llenando su cuerpo de placer y despertándole el deseo de querer disfrutar más de su ardiente pasión. Llegó a la entrada, tomó la llave electrónica con que abría la puerta de su casa activada con IA, entró y se encontró ahí con Sonia, quien lo recibía con los brazos cruzados y el ceño fruncido. - ¡Sonia! ¡Cariño! ¿Qué tal va todo con el bebé? – le saludó Richard, fingiendo estar calmado, aunque, en el fondo, se sentía muy nervioso. - ¿Qué tal te fue en la reunión? – le preguntó Sonia, sin cambiar su semblante. - Me fue bien. Algo… agotador. Pero bien. Richard se dirigió a su habitación y se sacó la corbata. Luego, procedió a sacarse su camisa y lo arrojó a la cama. Y mientras se vestía con una ropa má