Alex no pudo conseguir terminar la pregunta.¿Qué significa si una chica estaba tan familiarizada con estos quehaceres?En realidad, después de despertarse, Alex sentía que desconocía este aspecto de su esposa.Pero también era muy razonable que no se sentía acostumbrado a una esposa que entró en su vida de repente, especialmente poco después de recuperarse de una gran enfermedad. Además, había muchas cosas por hacer en la empresa. Entonces, se dedicó al trabajo al sentirse mejor.Y no prestó mucha atención a Noa porque estaba muy ocupado por el trabajo.No era una persona sin conciencia. Esta chica estuvo casada con él durante tres años para ayudarlo, y se quedó en esta casa durante estos años. No tenía la intención de divorciarse de ella.Solo pensaba que los trabajos en la empresa eran más importantes. Las otras cosas las dejó para después.De todas formas, tendría mucho tiempo para llevarse con esta esposa en el futuro, ya que estaban casados.Sin embargo, Alex no esperaba que el
Noa vio que este las lavó de nuevo, pero de la misma manera que antes. –– Entonces, el gran jefe que domina el mundo del espectáculo, es un tonto que no sabe nada de la vida.Alex se quedó congelado por sus palabras. No esperaba que la palabra «tonto» sería un día un adjetivo para él. Giró la cabeza mirándole sin creerlo. –– ¿Por qué me miras así? –– Respondió Noa directamente a su mirada, –– ¿Acaso me he equivocado?Noa se acercó y se quedó al lado de Alex. –– Déjame a mí.El «tonto» se movió un poco, solo le dio un espacio muy pequeño a Noa.Noa sacó las coliflores desde el fregadero y separó una de las dos en unos ramilletes. Alex se quedó al lado y la observó.El agua se llevó la suciedad escondida dentro de la coliflor. Alex lo entendió ahora. –– Entendido. –– dijo Alex.Noa no quería responderle. No le devolvió el espacio porque ella creía que sería más rápido si lo hacía por sí misma.Unos segundos después, un par de manos se asomaron desde detrás de ella y tomaron la otra c
Después de tenerlo todo preparado, Noa tuvo todas las comidas empacadas y luego las puso en una caja termo.–– Ya están todas. Son comidas adecuadas para el abuelo. Llévaselas.Alex frunció el entrecejo y preguntó.–– ¿No vas conmigo? –– No, he dejado todas las comidas preparadas. –– ¿Cómo explicaré si el abuelo me preguntará por qué no ha ido conmigo? –– ¿Acaso no sabes cómo responderle?El aire se congeló otra vez. –– ¿Podemos hablar un poco?¿Hablar?Noa no sabía qué más podría hablar con Alex. Había logrado el acuerdo de divorcio, solo le faltaba el registro en la administración. –– Estos años el abuelo ha estado en situaciones complicadas de salud. Y esta vez, ha recaído en la enfermedad por saber solo un poco de información sobre nuestro divorcio. Entonces…Quería que Noa le ayudara a ocultar la verdad al abuelo, al menos, temporalmente.Sin embargo, mirando a la chica delante de él, no pudo abrir la boca y decirle lo que quería.Porque la chica había perdido tres años de su
Después de terminar la sopa, la abuela Hernández sacó una toallita y se limpió los labios con mucha elegancia. Se rio hacia Noa y dijo, –– La sopa está riquísima. Muchas gracias, mi querida niña.Noa también le respondió con una sonrisa. Era hora de salir. La cosa debería terminar así. –– Abuela, voy a… –– Querida, tengo algo para ti.Las palabras de despedida de Noa se detuvieron en su garganta.La abuela se quitó una pulsera de su muñeca, se la pasó a Noa y dijo, –– Toma.Era una pulsera de jade bastante pesada que valoraba mucho.Noa no había estado en comunicaciones muy cercanas con la abuela Hernández antes, pero esta pulsera era muy impresionante para ella, porque creía que la pulsera le convenía mucho a la abuela. En su impresión, la abuela era una persona muy amable y elegante, su pulsera también mostraba esta característica como su dueña.Noa se apresuró a rechazar cuando la abuela estaba a punto de ponerle la pulsera. ––Abuela, no, no puedo aceptarla. –– Por supuesto que
––¡Margarita! –– Claudia miró a la sirvienta con mucha incredulidad––. ¿Tú, te atreves a hablar conmigo con esa actitud?Margarita había acompañado a la abuela durante mucho tiempo. Por eso, tenía mucha confianza en sus palabras. –– Si la señora Hernández no está contenta con el resultado, podemos preguntarle a la abuela juntas. La pulsera ya se la ha regalado a la señorita García. Señora, no vuelva a intentar quitársela, por favor.Claudia estaba súper enojada. Es una pulsera que valoraba y le gustaba mucho. Era aceptable que la vieja no se la diera, porque ella también tenía muchas otras joyas.Sin embargo, ¡la anciana se la dio a Noa!¡Era Noa! ¡La ex nuera más inútil y que más odiaba! La actitud de Margarita era dura, por eso Claudia se giró hacia Noa y le dijo fríamente, –– Noa, ¿por qué todavía estás ahí? ¡Dámela la pulsera ahora mismo!Estaba muy acostumbrada a dar órdenes a Noa como antes. Ahora también le dijo a Noa con el mismo tono de querer ordenarle. Creía que Noa sería
Después de un buen silencio, Noa abrió la puerta para subir al auto y dio una dirección.Miguel no dijo nada más y el auto arrancó.En ese tiempo del día, siempre hay atasco y no es fácil conducir en la calle. Como se tiene que esperar mucho tiempo ante un semáforo.Noa miró afuera de la ventana, los altos edificios, los coches yendo y viniendo, los árboles yendo hacia atrás, con el corazón lleno de sentimientos murmuró:—Él te dejó que me llevaras, ¿y él?Miguel sonrió y respondió:—Señorita García, no se preocupe, el Señor Hernández condujo el coche de la mansión vieja al hospital —Noa se quedó sin palabras.«Así es, no les faltan coches para conducir, y Alex no va a ser tan estúpido a tomar un taxi, y ¿de qué me preocupo?»Pero Miguel estaba un poco alegro por su pregunta. Antes pensó que la señorita García era tan indiferente ante el señor que tal vez lo ignoraría por siempre, pero ahora vino y había visitado al abuelo, le preparó la sopa, y ahora incluso se preocupó por si el seño
Tendría que verlo tarde o temprano, pues ella ya tomó la decisión.—Más tarde hablamos, ahora estoy en camino al hospital, calmas al abuelo primero y dile que he ido a comprarle regalo.—Bien —se notó la alegría en la voz de Alex aunque no fue obvio, sino muy reservada. La mayoría no podrían descubrirlo, pero Noa ya le conocía muy bien, por eso lo logró distinguir muy pronto al escuchar. Ella arqueó los labios y colgó rápido.Miguel la miró con mucha cautela y preguntó:—Señorita, ¿adónde vamos ahora?—Primero al supermercado, luego al hospital.Como ya le dijo que le compraría un regalo, lo tendría que hacer, si no, ¿cómo podría convencer al abuelo?—Vale, ahorito le llevo allí.***—¿Dónde está Noa? —preguntó el abuelo Camilo sentado en la cama del hospital deprimido—. Solo volvió a preparar la comida, pero ¿por qué aun no vino? Alex, ¿la maltrataste de nuevo?Al escucharlo, Alex se sintió impotente y gruñó:—¿Cuándo la he maltrato? Además, ¿no te dije que fue a comprarte un regalo?,
Noa se acercó con una sonrisa ternura y dijo:—Abuelo, vine sin haber traído ningún regalo cuando bajé del avión hoy. Acabo de pasar por el supermercado y compré algo para ti.—Hija, no tienes que gastar dinero para comprarme nada —el abuelo Camilo se conmovió y tomó la mano de Noa con los ojos rojos—, la comida que me preparaste es el mejor regalo para mí, gracias hija.Al ver a Noa por fin regresar, los ojos de Camilo estaban llorosos, aunque sabía que era un poco terco e insistente.Pero era una buena pareja, creía que no se podía romper así, y tenía que hacer todo lo posible para mantenerla para su nieto. En cuanto a si podrían seguir adelante, dependía del destino y lo que haría el carajo Alex.El abuelo Camilo habló mucho con Noa y dijo cada cosita sin importar nada. Como Camilo ya era mayor, poco a poco se quedó dormido apoyando en la cama.Al ver esto, el abuelo Adrían susurró:—Bueno, déjamelo a mí. Si tienen algo que hacer, ocúpense. Cuando Camilo se despierte, y si quiere ve