Después de ver a la gente en el ascensor, la voz se detuvo de repente. Al mismo tiempo, Alex empujó a Noa hacia detrás de él.Pero la hablante, Alice Ibañez, no pudo evitar chocar con la mirada de Noa.¿Qué ojos eran esos? Con solo un vistazo, pero se podía decir que en el mundo no existía una tal palabra para expresar lo maravillosos que eran sus ojos, tan claros que eran como si subieran hablar, pero también un poco fríos como el hielo en una alta montaña.Lo más importante es que los ojos eran un poco familiares. «Parece que... ¿dónde los he visto?... No no... Ahora lo importante no es la linda, sino...»—Se... señor Hernández... —ante la mirada fría de Alex, comenzó a temblar Alice.«¿Qué... qué acabo de decir?, parece que ¿he hablado mal de otra actriz de la empresa frente al señor Hernández? Joder, él odia mucho que los actores maquiavélicos de su empresa se maldigan mutuamente.»Una vez descubierto, la empresa o canceraría el contrato, o dejaría de darle oportunidad a ser actor
—¿Por qué la pregunta? ¿Las dos no eramos las únicas en el ascensor?—Pero...—No hay un pero, a menos que quieras perder tu trabajo.La asistente ya entendió y se tragó todas las palabras que planeaban decir, bueno, el trabajo era lo más importante, y los chismes no.Al ver que dejó de preguntar, Alice se sintió aliviada. No quería que su asistente dijera tonterías. Después de todo, si lo hiciera, ella también se quedaría en problema. Ni siquiera pensar si Entrenamiento de Arte Próspera le cancelaría el contrato.Pero... también tenía un poco de curiosidad por saber quién era esa mujer... ¿Por qué esos ojos eran tan familiares? Pero Alice simplemente no podía recordar dónde los había visto.***Cuando el ascensor llegó al piso de su oficina, Alex por fin habló: —Ya estamos —su tono no era tan frío como hace un poco, con algo ternura.Noa solo pasó por él callada. Al principio ella planeó estado allí sin moverse, pues los dos estaban lejos dentro del ascensor, si ella fingió no conoce
¿Cómo podría ser posible que la abuela no subiera su divorcio si los dos ya estaban así?Para evitar que Noa pensara demasiado, Alex agregó: —Si de verdad no quieres guardar la pulsera, puedes devolvérsela a la abuela tú misma.Al escucharlo, Noa lo miró fijamente y dijo:—Si la abuela estuviera de acuerdo, no te pediría el favor.Alex murmuró: —Si es así, si la acepto hoy, me temo que me regañará.Noa se quedó sin palabras. ¿así que le rechazó por el miedo de ser regañado? Fue cierto, los abuelos no le trataban con cortesía a Alex, lo que era muy diferente a la actitud de su madre hacia él.Con la abuela estaba bien, después de todo, era una mujer con ternura. En cambio el abuelo no lo tomaba a Alex como un adulto en absoluto cuando lo regañaba.Al pensarlo, Noa se guardó la pulsera.Probablemente los dos no esperaban que podía llagar a un acuerdo tan pronto, ambos siempre hablaban dando en el clavo, sin una palabra de sobra, por lo que cuando los dos negociaron, se resolvió todo en
Noa aprendió de ayer y salió con un chándal suelto, una gorra con visera y una gran mascarilla. Así nadie podría reconocerla.Tan pronto como salió del hotel, Noa vio un coche de negocios Lincoln alargado que se estacionó no muy lejos. Al verla, Miguel de inmediato bajó la ventanilla del coche y la saludó con la mano.—Señorita García.Noa miró la reloj de su mano. Eran 10.55 a.m. No esperó que llegaron de antemano.Noa se acercó con la maleta. Miguel bajó del coche y la ayudó a poner la maleta en el maletero.—Gracias, Miguel.Al abrir la puerta y se inclinó para subir al coche, Noa se detuvo. Notó la mesita en el asiento frente a Alex, donde se colocó un portátil, y él llevaba un auricular bluetooth y miraba indiferente la pantalla para una videoconferencia.Al escuchar el movimiento, miró a Noa, se ojos se volvió con ternura y dijo en tono suave: —Ya llegas.Noa dudó un poco, asintió y se sentó a su lado. No emitió ningún sonido ni habló, después de todo, Alex estaba en una videoco
Probablemente debido a la suavidad en los ojos de Alex, sintieron que era fácil hablar con él en este momento. Por eso alguien no pudo evitar preguntar por la curiosidad:—Señor Hernández, ¿es su novia?Al escucharlo, la mirada de Alex se volvió indiferente, miró a la cámara y ajustó un poco el portátil, y luego ya no pudieron ver a la mujer apoyada en su hombro. Antes aun se podía ver la frente y el cabello de la mujer, pero ahora ni siquiera pudieron ver a su jefe.—Si no tienen trabajo que hacer, ¿por qué no cambian de trabajo y se unen en los paparazzi? —todos se quedaron callados. El jefe seguía siendo el jefe de antes, aunque mostraba a la mujer la ternura, que no les pertenecería—. Es casi la hora, la reunión termina aquí.Dicho esto, Alex terminó la videoconferencia antes de que pudieran responder. Después de cerrar el portátil y arreglar las cosas, la persona que se apoyaba en su hombro aún no se movía.Alex bajó la cabeza y echó una mirada a Noa. ¿Se durmió tan profundamente?
Noa recordó el día cuando le tomaron las fotos y solo dejó descubiertos sus ojos por el miedo de ser reconocido. Pero esta vez se quitó la mascarilla por cierta razón, se la guardó en el bolsillo y se acercó tranquila.Al pasar por algunos paparazzi, quien se sorprendieron un poco al ver su apariencia llamativa, pero como no la conocían, no levantaron la cámara hacia ella y solo la miraron un rato.Después de que Noa se fue lejos, varios paparazzi aun estaban hablando de ella.—¿La viste hace un poco? Uff, ¿por qué no hay más bellezas como ella en la industria del entretenimiento? Sería más agradable a la vista cuando les tomamos fotos.—Ni pensar, por su apariencia se puede saber que es una dama rica, no debería faltarle dinero y no será miembro de esta industria.—Así es. Después de todo, si lo es, ya debemos intentar tomarle fotos todos los días.Varios charlaban y no pudieron evitar reírse.—Por cierto, ¿han tomado algunas fotos útiles? Se dice que el abuelo del señor Hernández se
Al escuchar el escándalo afuera, el abuelo Camilo hizo la pregunta. Y luego se oyó la voz de Clara:—Abuelo Camilo, quizás vinieron los paparazzi para tomar fotos. No se preocupe. Déjelo a mí —se levantó y salió de la sala.Cuando vino, pidió a todos los guardaespaldas que se quedaran afuera de la sala para evitar que les molestaran los paparazzi o los medios sacando fotos. Aunque Clara lo quería para que se subiera su visita al abuelo Camilo, pero entendía bien la familia Hernández, y que en esto la prisa solo no ayudaría.Por eso Clara solo publicó la noticia de que vendría a visitarle, para que le tomaran fotos de ella entrando al hospital y hicieran publicaciones para difundir la noticia de un supuesto romance entre ella y el señor Hernández. Pero así ya fue suficiente, y debía conquistarlo con paciencia. Pensando en eso, Clara salió elegante. Al llegar a la puerta vio a Alex y dijo con alegría:—Alex, ya viniste, te estoy esperando... —se paró de golpe al notar a Noa parada detrá
Andrian estaba bebiendo té cuando escuchó sus palabras. Le lanzó una mirada a Camilo y dijo:—¿Puede que estés tan preocupado por Noa que estás teniendo alucinaciones auditivas?—¿Tú crees?Camilo mostró asombro y preguntó :—¿Estoy teniendo alucinaciones ahora? ¿Podría tener alucinaciones en el siguiente segundo?Justo cuando terminaba de hablar, vio a Noa entrar por la puerta. Camilo se frotó los ojos y dijo:—Creo que realmente estoy alucinando porque acabo de ver a Noa.Andrian dijo: —... viejo despistado, Noa de verdad vino.—¿Realmente es Noa?Camilo miró muy emocionado a Noa y ella sonrió ligeramente para saludarle:—Hola, abuelo. ¿Cómo está?—Acabo de oír una voz afuera de la habitación, ¿era la tuya, Noa? Noa asintió con la cabeza y Camilo dijo entusiasmado: —¡Lo sabía! Pero tu abuelo decía que eran alucinaciones.Después de decir eso, Camilo hizo un gesto a Noa.—Ven, cariño.Noa se acercó y se sentó junto a la cama.—He oído decir a Alex que has encontrado trabajo y tiene