Capítulo107
Noa aprendió de ayer y salió con un chándal suelto, una gorra con visera y una gran mascarilla. Así nadie podría reconocerla.

Tan pronto como salió del hotel, Noa vio un coche de negocios Lincoln alargado que se estacionó no muy lejos. Al verla, Miguel de inmediato bajó la ventanilla del coche y la saludó con la mano.

—Señorita García.

Noa miró la reloj de su mano. Eran 10.55 a.m. No esperó que llegaron de antemano.

Noa se acercó con la maleta. Miguel bajó del coche y la ayudó a poner la maleta en el maletero.

—Gracias, Miguel.

Al abrir la puerta y se inclinó para subir al coche, Noa se detuvo. Notó la mesita en el asiento frente a Alex, donde se colocó un portátil, y él llevaba un auricular bluetooth y miraba indiferente la pantalla para una videoconferencia.

Al escuchar el movimiento, miró a Noa, se ojos se volvió con ternura y dijo en tono suave:

—Ya llegas.

Noa dudó un poco, asintió y se sentó a su lado. No emitió ningún sonido ni habló, después de todo, Alex estaba en una videoco
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