Capítulo499
Noa se sorprendió e intentó soltarse de su agarre.

Pero Alex sabía muy bien qué quería hacer y presionó la mano de Noa con más fuerza hacia sus labios. Dijo con una sonrisa maliciosa:

—Ahora me estás tapando la boca, ¿no?

Noa usó más fuerza intentando liberar la mano.

Como había logrado su objetivo, Alex dejó de sujetar su muñeca con fuerza, así que Noa logró la libertad de su mano. Luego lo miró con el rabillo del ojo enojada.

—¡Estás loco!

Sin embargo, la sonrisa de Alex se volvió más amplia.

—Así es. Porque he sufrido tanto por la enfermedad del amor.

“¡Tú no sabes lo que dices! ¡Idiota! ¡Estás realmente loco!”, maldijo Noa en silencio. Tenía muchas ganas de bajar del auto en ese instante.

En los asientos delanteros, Sofía y el chófer estaban totalmente estupefactos y se mantuvieron paralizados durante toda la conversación. Nunca habían esperado que el arrogante Alex actuara así. ¿No era una ilusión, cierto?

Pensando en esto, y por el rabillo del ojo, los dos sintieron la mirada f
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