¡¡¡Era el señor Hernández!!! ¡Resultó que Noa no había guardado su número! ¡Pobre exmarido!—¿Se… señor Hernández? Soy… soy Sofía… Noa está duchándose y me pidió que contestara la llamada .Al notar el asombro en su voz, Alex entendió la razón del tono de duda de ella cuando se conectó la llamada.Noa no había guardado su número telefónico, y por eso su compañera de cuarto no había sabido de quién era la llamada.—Vale —respondió Alex.Aunque lo había supuesto así, después de saber la realidad, no podía evitar entristecerse. Al parecer, ella de verdad no quería volver a verlo e intentaba mantenerse alejada de él.Sofía notó la tristeza en su voz y se sintió muy avergonzada. Se arrepentía mucho de haber cogido la llamada por Noa. Si hubiera sabido que era el señor Hernández, la hubiera ignorado. Pero ella no era Noa y no se atrevía a ofenderlo. Por eso solo pudo animarse a preguntar:—Señor Hernández, ¿tiene algo que decirle a Noa? ¿Necesita que le transmita sus palabras? ¿O le digo a N
Después de salir de la ducha, Noa se secó el cabello.—¿De quién fue la llamada?Como había hecho un "trato" secretamente con Alex, al escuchar la pregunta de Noa, Sofía se sintió muy nerviosa y quería fingir que no había pasado nada.—Adivina.Noa no quería hacerlo y tomó el celular para mirar el historial de llamadas. Sofía se apresuró a contarle:—Fue del señor Hernández. No te he dicho porque tenía miedo de que estuvieras descontenta.Con el señor Hernández se refería a Alex. Noa lo sabía muy bien. ¿Por qué volvió a llamarla?Al ver que ella se quedó inmóvil sin responder, Sofía se asustó e hizo una mueca. Pero en realidad Noa solo estaba esperando a que siguiera hablando. Después de un tiempo de silencio, la miró por el rabillo del ojo y preguntó:—Entonces, ¿qué dijo?—No... no dijo nada —tartamudeó Sofía nerviosa.Noa la miraba fijamente con incredulidad:—Estás muy rara.—¿Por qué?—Normalmente tienes muchas preguntas, ¿no? Pero ahora no me has preguntado nada. Además, pareces
Simón siempre le había puesto un gesto serio en el set y también le había dificultado el trabajo. No había cambiado su impresión de ella hasta que ella le había dado el regalo y lo había invitado a cenar. Era imposible que estuviera enamorado de ella.—No lo he pensado demasiado. Si no sintiera nada, él no me habría agregado en WhatsApp para preguntarme cosas sobre ti.—Eso solo implica que no es indiferente. ¿No es normal que se preocupe por su colega? —comentó Noa y dio un suspiro—. Vamos, ya es tarde. Mañana tenemos que filmar y ahora debemos descansar.—Hablemos un poco más, no afectará tu descanso. Vamos a hacer una apuesta —otra apuesta… Noa no tenía ganas de responder—. Definitivamente, Simón siente algo por ti.Noa se dio cuenta de que, si no lo admitía, Sofía probablemente seguiría con el tema. Por eso se limitó a asentir.—Sí. —¿Ya lo admites?—Sí. Tienes toda la razón. Descansa y buenas noches.Sofía solo pudo callarse y aguantar las ganas de preguntar. “Olvídalo. Ha conqu
Noa observó los platos deliciosos por un rato y de pronto entendió todo.Sofía salió del baño y, al ver el desayuno en la mesa, se mostró muy sorprendida y preguntó:—¿Por qué hay tantos platos?Noa, que ya se había sentado y bebía un vaso de leche, le echó una mirada y cuestionó:—Creo que tú sabes la razón mejor que yo, ¿no?Al escuchar esto, Sofía se sintió tan culpable que no se atrevió a decir nada más. Se sentó junto a Noa para empezar el desayuno. Probablemente debido a lo ocurrido, Sofía no dijo nada mientras desayunaban. Era la primera vez desde que Noa vivía con ella que podía disfrutar de un desayuno en silencio.Después de terminar el desayuno, Noa se arregló un poco y salió con Sofía. Coincidentemente, se encontraron con Simón y Gabriel, que acababan de salir de su cuarto.Al verlas, Gabriel las saludó:—Hola, señorita García, señorita Sofía, buenos días. ¡Qué casualidad! ¿También van a salir?Noa asintió con la cabeza y respondió:—Sí —luego saludó a Simón—. Buenos días,
Su burla no apuntaba a Noa, sino a los actores que habían expresado esas opiniones. Hablaban como si nunca hubieran visto a una mujer más bonita que Noa. Pero ahora, al recordarlo, le pareció normal que hablaran así de ella. Era de verdad hermosa y su belleza destacaba entre todas las actrices.Cuanto más pensaba en ello, más convencido estaba Simón de que tenía buen gusto en las mujeres.Después de salir del elevador, Simón preguntó:—Pueden tomar mi auto y les hago la compañía hasta el set. ¿Qué te parece, Noa?—Muchas gracias, pero no es necesario. Ya llegó el auto para llevarnos allí —respondió Noa.Simón se limitó a asentir y decir:—Bien, ten cuidado en el camino. Cuando termines el trabajo de hoy, házmelo saber.—Está bien, hasta luego.—Hasta luego.Simón se quedó allí mirando cómo Noa se alejaba. Después de que ella subió al auto, se dirigió hacia su propio vehículo. Gabriel lo seguía y de repente dijo:—Simón, ¿ya has considerado bien lo de anoche? —Simón se detuvo. Frunció e
A Noa le pareció lógico lo que había dicho Sofía y no sospechó de ella. Sin embargo, hacía poco, cuando la miró por el rabillo del ojo había descubierto que ella estaba charlando con alguien en Whatsapp y el perfil de la persona le resultaba un poco familiar.Como no recibió respuesta de Noa, Sofía volvió a preguntar con cautela:—¿Qué pasó? ¿Hay algún problema? —Noa solo negó con la cabeza—. Vale.Al ver la reacción de Noa, Sofía suspiró aliviada. Volvió a mirar su celular, pero no había recibido más mensaje de Alex. Se sintió extrañada y se preguntó, “¿Por qué no me ha respondido? ¿Acaso se enojó después de ver mis mensajes? ¿O es solo que no los ha visto? Bueno, ya no tengo que preocuparme por esto. Después de todo, le he contado lo que quería decirle. El señor Hernández sabrá qué hacer. Sobre esto, ya no puedo ayudar más.”Llegaron primero al set donde iba a filmar Sofía, quien terminaría la filmación de sus escenas dentro de unos días. Noa se despidió de ella y fue al set donde est
Por supuesto, Alice no le iba a decir esto a su ingenuo asistente. No quería gastar energías explicándole todo.Sin embargo, no esperaba que la brecha entre Noa y esa persona fuera tan profunda. Parecía que no podía ayudar en nada.Cuando Noa acababa de entrar en el camerino, se encontró con Juan, que salía en ese momento.—¡Hey, Noa, ven rápido! Tu hermano me había mandado ver si habías llegado.—Hola —le saludó ella y entró al camerino.Manuel estaba desayunando.Noa echó un vistazo y vio que él estaba comiendo un trozo de pan integral y una taza de café negro.—Tomar café tan temprano no es bueno para el estómago —dijo Noa.Al escuchar esto, Manuel se detuvo y luego dejó la taza de café. Noa continuó:—En el futuro, deberías beber leche.Juan, que iba detrás, sonrió y dijo:—No se lo pongas tan difícil a tu hermano. A él simplemente no le gusta la leche.Noa miró a Manuel y preguntó:—¿Es eso cierto?Manuel no sabía qué decir. Frunció los labios y dijo en voz baja: —Entonces, a pa
Después de que Juan se marchara, Noa no pudo contenerse y dijo:—Hermano, tu agente es bastante interesante.Al escuchar esto, Manuel le lanzó una mirada impasible.—¿En serio? Entonces puedes dejar tu antigua agencia y unirte a la mía —le dijocon una sonrisa en los labios.La sonrisa de Noa se volvió rígida al instante.—Puedo cuidar de ti —siguió Manuel.—No. —Noa negó con la cabeza—. Me siento bien ahora, y si voy contigo, el sexto hermano podría causarme problemas y preguntarme por qué solo estoy contigo y no con él. Y luego los otros hermanos...Podría ser un problema muy grande. Si aceptaba a uno, los demás se pondrían celosos.—Tienes razón. —Manuel reflexionó y llegó a la misma conclusión, así que decidió no mencionar de nuevo ese asunto.Comió lo que quedaba de su pan tranquilamente, aunque no volvió a beber café. Noa le sirvió una taza de agua y le dio algunas advertencias.—No te descuides con la comida solo porque eres joven. Te arrepentirás cuando seas mayor.Mientras escu