Noa observó los platos deliciosos por un rato y de pronto entendió todo.Sofía salió del baño y, al ver el desayuno en la mesa, se mostró muy sorprendida y preguntó:—¿Por qué hay tantos platos?Noa, que ya se había sentado y bebía un vaso de leche, le echó una mirada y cuestionó:—Creo que tú sabes la razón mejor que yo, ¿no?Al escuchar esto, Sofía se sintió tan culpable que no se atrevió a decir nada más. Se sentó junto a Noa para empezar el desayuno. Probablemente debido a lo ocurrido, Sofía no dijo nada mientras desayunaban. Era la primera vez desde que Noa vivía con ella que podía disfrutar de un desayuno en silencio.Después de terminar el desayuno, Noa se arregló un poco y salió con Sofía. Coincidentemente, se encontraron con Simón y Gabriel, que acababan de salir de su cuarto.Al verlas, Gabriel las saludó:—Hola, señorita García, señorita Sofía, buenos días. ¡Qué casualidad! ¿También van a salir?Noa asintió con la cabeza y respondió:—Sí —luego saludó a Simón—. Buenos días,
Su burla no apuntaba a Noa, sino a los actores que habían expresado esas opiniones. Hablaban como si nunca hubieran visto a una mujer más bonita que Noa. Pero ahora, al recordarlo, le pareció normal que hablaran así de ella. Era de verdad hermosa y su belleza destacaba entre todas las actrices.Cuanto más pensaba en ello, más convencido estaba Simón de que tenía buen gusto en las mujeres.Después de salir del elevador, Simón preguntó:—Pueden tomar mi auto y les hago la compañía hasta el set. ¿Qué te parece, Noa?—Muchas gracias, pero no es necesario. Ya llegó el auto para llevarnos allí —respondió Noa.Simón se limitó a asentir y decir:—Bien, ten cuidado en el camino. Cuando termines el trabajo de hoy, házmelo saber.—Está bien, hasta luego.—Hasta luego.Simón se quedó allí mirando cómo Noa se alejaba. Después de que ella subió al auto, se dirigió hacia su propio vehículo. Gabriel lo seguía y de repente dijo:—Simón, ¿ya has considerado bien lo de anoche? —Simón se detuvo. Frunció e
A Noa le pareció lógico lo que había dicho Sofía y no sospechó de ella. Sin embargo, hacía poco, cuando la miró por el rabillo del ojo había descubierto que ella estaba charlando con alguien en Whatsapp y el perfil de la persona le resultaba un poco familiar.Como no recibió respuesta de Noa, Sofía volvió a preguntar con cautela:—¿Qué pasó? ¿Hay algún problema? —Noa solo negó con la cabeza—. Vale.Al ver la reacción de Noa, Sofía suspiró aliviada. Volvió a mirar su celular, pero no había recibido más mensaje de Alex. Se sintió extrañada y se preguntó, “¿Por qué no me ha respondido? ¿Acaso se enojó después de ver mis mensajes? ¿O es solo que no los ha visto? Bueno, ya no tengo que preocuparme por esto. Después de todo, le he contado lo que quería decirle. El señor Hernández sabrá qué hacer. Sobre esto, ya no puedo ayudar más.”Llegaron primero al set donde iba a filmar Sofía, quien terminaría la filmación de sus escenas dentro de unos días. Noa se despidió de ella y fue al set donde est
Por supuesto, Alice no le iba a decir esto a su ingenuo asistente. No quería gastar energías explicándole todo.Sin embargo, no esperaba que la brecha entre Noa y esa persona fuera tan profunda. Parecía que no podía ayudar en nada.Cuando Noa acababa de entrar en el camerino, se encontró con Juan, que salía en ese momento.—¡Hey, Noa, ven rápido! Tu hermano me había mandado ver si habías llegado.—Hola —le saludó ella y entró al camerino.Manuel estaba desayunando.Noa echó un vistazo y vio que él estaba comiendo un trozo de pan integral y una taza de café negro.—Tomar café tan temprano no es bueno para el estómago —dijo Noa.Al escuchar esto, Manuel se detuvo y luego dejó la taza de café. Noa continuó:—En el futuro, deberías beber leche.Juan, que iba detrás, sonrió y dijo:—No se lo pongas tan difícil a tu hermano. A él simplemente no le gusta la leche.Noa miró a Manuel y preguntó:—¿Es eso cierto?Manuel no sabía qué decir. Frunció los labios y dijo en voz baja: —Entonces, a pa
Después de que Juan se marchara, Noa no pudo contenerse y dijo:—Hermano, tu agente es bastante interesante.Al escuchar esto, Manuel le lanzó una mirada impasible.—¿En serio? Entonces puedes dejar tu antigua agencia y unirte a la mía —le dijocon una sonrisa en los labios.La sonrisa de Noa se volvió rígida al instante.—Puedo cuidar de ti —siguió Manuel.—No. —Noa negó con la cabeza—. Me siento bien ahora, y si voy contigo, el sexto hermano podría causarme problemas y preguntarme por qué solo estoy contigo y no con él. Y luego los otros hermanos...Podría ser un problema muy grande. Si aceptaba a uno, los demás se pondrían celosos.—Tienes razón. —Manuel reflexionó y llegó a la misma conclusión, así que decidió no mencionar de nuevo ese asunto.Comió lo que quedaba de su pan tranquilamente, aunque no volvió a beber café. Noa le sirvió una taza de agua y le dio algunas advertencias.—No te descuides con la comida solo porque eres joven. Te arrepentirás cuando seas mayor.Mientras escu
Después de escucharla, Simón guardó silencio por un momento y repitió sus palabras: —Acabas de terminar el trabajo.Noa asintió:—Sí.—¿No necesitas volver al hotel a arreglarte?—¿Arreglarme? —Noa estaba confundida. ¿Por qué tendría que arreglarse solo para comer? Pero pronto se dio cuenta de lo que Simón estaba tratando de recordarle. Sí, el regalo de jade que le iba a dar todavía estaba en el hotel, tenía que ir a buscarlo.—De acuerdo, también tengo que arreglarme un poco.—De acuerdo.Después de colgar el teléfono, Simón ya se había cambiado de ropa. Sin embargo, una vez que confirmó su decisión, se puso nervioso de repente. Miró su reflejo en el espejo por un momento y luego miró a su asistente que estaba sentado a un lado. —¿Este conjunto está bien?El asistente estaba sentado. Un poco aturdido, asintió con la cabeza.Simón entrecerró los ojos:—¿Qué expresión es esa? ¿Te disgusta? ¿Este conjunto no es bonito?El asistente:—No, solo...Antes de que el asistente pudiera termin
Noa se encontró inesperadamente con unos ojos fríos como el hielo. Su ligera sonrisa desapareció al instante.¿Alex? ¿Cómo podía estar aquí?Noa había pensado que uno de los dos caballeros a los que se refería el camarero debía ser un amigo de Simón. Nunca se le ocurrió que esa persona sería Alex.¿Estos dos se conocen? ¿O había pasado algo que ella no sabía?Mientras reflexionaba sobre ello, Alex habló:—¿Por qué te quedas parada en la puerta? ¿No vas a entrar?Su voz y tono eran mucho más fríos que los de la noche anterior, y su ceño fruncido mostraba claramente su disgusto.Simón tampoco estaba de buen humor. A pesar de haberse vestido cuidadosamente, ahora también tenía una cara de perros.Los dos hombres ya habían tenido un enfrentamiento antes de la llegada de Noa.Cuando Noa llegó, la expresión en el rostro de Simón empeoró aún más. Después de que Alex dijo esas palabras, él también habló.—¿Lo has llamado aquí?Noa no sabía qué decir. ¿Cómo podría haberlo llamado ella sin motiv
El camarero recibió el menú sin atreverse a respirar y observó el incómodo ambiente de la habitación. Desde que había entrado, había sentido que algo no iba bien. Cuando los dos comenzaron a pedir juntos, la presencia del atractivo hombre que estaba a su lado se volvió extremadamente extraña. La temperatura en la habitación también se había vuelto cada vez más fría...El camarero estaba parado allí y sentía que la piel de su mano se erizada. No se atrevía a irse así, así que miró cautelosamente a Alex.—Señor, ¿necesita el menú...?Simón levantó las comisuras de los labios y sonrió sin expresión:—La temperatura del aire acondicionado aquí no es lo suficientemente alta. Súbanlo un poco.—De acuerdo.El camarero aumentó la temperatura en la habitación y luego se fue rápidamente, sin atreverse a quedarse allí mucho tiempo más.Mientras tanto, Noa seguía hablando con Simón, como si Alex no estuviera. Simón empezó a darse cuenta de que su pequeña hermana no quería prestar atención a ese ho