Noa se sorprendió e intentó soltarse de su agarre.Pero Alex sabía muy bien qué quería hacer y presionó la mano de Noa con más fuerza hacia sus labios. Dijo con una sonrisa maliciosa:—Ahora me estás tapando la boca, ¿no?Noa usó más fuerza intentando liberar la mano.Como había logrado su objetivo, Alex dejó de sujetar su muñeca con fuerza, así que Noa logró la libertad de su mano. Luego lo miró con el rabillo del ojo enojada.—¡Estás loco!Sin embargo, la sonrisa de Alex se volvió más amplia. —Así es. Porque he sufrido tanto por la enfermedad del amor.“¡Tú no sabes lo que dices! ¡Idiota! ¡Estás realmente loco!”, maldijo Noa en silencio. Tenía muchas ganas de bajar del auto en ese instante. En los asientos delanteros, Sofía y el chófer estaban totalmente estupefactos y se mantuvieron paralizados durante toda la conversación. Nunca habían esperado que el arrogante Alex actuara así. ¿No era una ilusión, cierto?Pensando en esto, y por el rabillo del ojo, los dos sintieron la mirada f
Simón se paró a su lado y le lanzó una mirada indescriptible. Respondió secamente:—Hola.Seguía siendo el arrogante Simón.Desde que supo que era hermana carnal de Manuel, Simón se había estado hundiendo en los malos pensamientos, sin saber cómo enfrentarse con su parentesco. Luego había salido de su estado al verla bajarse del Rolls-Royce hace un rato. Le había llevado unos minutos aclarar sus propias emociones. Después de lograr una respuesta, había acelerado sus pasos para alcanzarla y pudo tomar el mismo elevador que ella.El asistente de Simón, Gabriel, después de entrar al elevador, las saludó a las dos:—Hola, señorita García, señorita Sofía.Noa le respondió con una sonrisa. Luego preguntó:—¿Acaban de volver del set?Gabriel asintió con la cabeza y dijo:—Cierto. La filmación de hoy ha tardado mucho en terminar. Señorita García, ¿por qué sigues llevando la ropa para filmar?—Es que me he olvidado de cambiarme de ropa y no me di cuenta de eso hasta haber salido del set.—No pa
“¿En qué está pensando ella? ¿Por qué de repente se le ocurrió invitarme a cenar? ¿Y el regalo? ¿Así que aún no sabe que ella me gusta?”Simón estaba un poco ansioso, porque Noa no había mencionado nada de sus propios sentimientos después de ver el vídeo. Pero no era fácil tener una oportunidad de cenar con ella, así que asintió rápido. Era mejor que ella tomara la iniciativa de citarlo para la cena.Al ver el gesto de Simón, Noa dijo:—Entonces, cuando tengas tiempo, me avisas. Luego buscaré un restaurante y reservaré mesa.Al escuchar esto, Simón iba a asentir de nuevo, pero de repente recordó el auto que Noa había tomado. Volvió a sentirse disgustado y respondió:—Tendré tiempo libre mañana.—Simón, mañana... —dijo Gabriel intentando recordarle.Pero Simón lo interrumpió:—Prefiero mañana, ¿bien?Gabriel se sorprendió, pero se dijo a sí mismo: "Olvídalo, solo eres su asistente y no puedes cambiar su decisión."—¿Mañana? Déjame revisar mi horario. Si mañana tengo tiempo, te escribiré
Inesperadamente, Simón respondió con cara de arrogancia:—¿Te parece una casualidad? Si hubiera sabido que vives en la habitación de enfrente, no me habría mudado aquí.Después de escuchar esto, Gabriel y Sofía, perplejos, miraron a la vez hacia él. No esperaban que fuera tan hipócrita y que le dijera algo tan duro a Noa.Noa parpadeó avergonzada y no respondió. ¿Él seguía enojado con ella por ese asunto?Al notar la mirada fija de ella, Simón se sintió culpable y empezó a preocuparse de que sus palabras hubieran sido demasiado duras y la hubieran lastimado. Por eso agregó:—Fue la verdad. Si lo hubiera hecho después de saber que estabas viviendo aquí, habría causado un malentendido, ¿no?Noa se quedó un poco aturdida y luego asintió.—Tienes razón.Los demás no sabían qué decir. Pronto llegaron a sus habitaciones.—Simón, hasta luego —se despidió Noa y luego abrió la puerta de su habitación.Simón no quería separarse de ella tan rápido y la llamó:—Espera.—Dime.Simón la miró. Quería
Las palabras de Gabriel sumieron a Simón en sombríos. Su expresión se volvió triste y frunció los labios.—Entonces, Simón, si aún no lo has considerado bien, te aconsejo que no te metas con la señorita García. Podrías complicarle las cosas a ella.Simón le lanzó una mirada y dijo de mala gana:—¿Qué diablos estás pensando? Incluso si la provocara, ¿se enamoraría de mí tan fácilmente? Aunque yo estuviera dispuesto a estar con ella, probablemente ella no lo estaría.Todavía estaba un poco disgustado por haberla visto bajar de ese auto. Aunque no sabía quién era el dueño del auto, al ser un Rolls-Royce, su dueño definitivamente era rico.Además, el gesto de Noa era diferente al habitual en aquel momento, así que su acompañante no sería uno de sus hermanos......Después de entrar en la habitación, Noa fue a cambiarse de ropa y luego se quitó el maquillaje ante el espejo. Sofía estaba de pie detrás de ella para ayudarla con el peinado.Noa se limpió el maquillaje de los ojos primero.—Noa
Al escucharla, Noa se sintió un poco molesta y volvió a corregírselo:—¡Fue! ¡Ya no es mi esposo!Pero Sofía parecía perdida en sus pensamientos sin saber qué estaba diciendo:—Es igual, ¿no?Noa se sintió impotente y no respondió. La pronunciación de la palabra “fue” era muy diferente a la de “es”. Y el sentido también era diferente. —Entonces, ¿ahora qué quiere él? ¿Acaso no puede aceptar el divorcio y quiere recuperarte? ¿Y quiere casarse contigo otra vez?—No sé qué mierda quiere hacer —maldijo Noa.Antes, Noa pensaba que no tendría nada que ver con él después de divorciarse de él y que él no volvería a buscarla. Pero no esperaba que ahora, los dos, divorciados, tuvieran tanto contacto.—Definitivamente, se arrepiente del divorcio y quiere recuperarte. ¿Por qué se divorciaron? ¿Pediste el divorcio y él aceptó? ¿Cuánto dinero te dio como recompensa del divorcio? Es tan rico, ¿te dio muchas propiedades, verdad?Noa miraba a Sofía, quien acababa de prometerle que no volvería a pregun
¡¡¡Era el señor Hernández!!! ¡Resultó que Noa no había guardado su número! ¡Pobre exmarido!—¿Se… señor Hernández? Soy… soy Sofía… Noa está duchándose y me pidió que contestara la llamada .Al notar el asombro en su voz, Alex entendió la razón del tono de duda de ella cuando se conectó la llamada.Noa no había guardado su número telefónico, y por eso su compañera de cuarto no había sabido de quién era la llamada.—Vale —respondió Alex.Aunque lo había supuesto así, después de saber la realidad, no podía evitar entristecerse. Al parecer, ella de verdad no quería volver a verlo e intentaba mantenerse alejada de él.Sofía notó la tristeza en su voz y se sintió muy avergonzada. Se arrepentía mucho de haber cogido la llamada por Noa. Si hubiera sabido que era el señor Hernández, la hubiera ignorado. Pero ella no era Noa y no se atrevía a ofenderlo. Por eso solo pudo animarse a preguntar:—Señor Hernández, ¿tiene algo que decirle a Noa? ¿Necesita que le transmita sus palabras? ¿O le digo a N
Después de salir de la ducha, Noa se secó el cabello.—¿De quién fue la llamada?Como había hecho un "trato" secretamente con Alex, al escuchar la pregunta de Noa, Sofía se sintió muy nerviosa y quería fingir que no había pasado nada.—Adivina.Noa no quería hacerlo y tomó el celular para mirar el historial de llamadas. Sofía se apresuró a contarle:—Fue del señor Hernández. No te he dicho porque tenía miedo de que estuvieras descontenta.Con el señor Hernández se refería a Alex. Noa lo sabía muy bien. ¿Por qué volvió a llamarla?Al ver que ella se quedó inmóvil sin responder, Sofía se asustó e hizo una mueca. Pero en realidad Noa solo estaba esperando a que siguiera hablando. Después de un tiempo de silencio, la miró por el rabillo del ojo y preguntó:—Entonces, ¿qué dijo?—No... no dijo nada —tartamudeó Sofía nerviosa.Noa la miraba fijamente con incredulidad:—Estás muy rara.—¿Por qué?—Normalmente tienes muchas preguntas, ¿no? Pero ahora no me has preguntado nada. Además, pareces