“Los niños comienzan amando a sus padres, después de un tiempo los juzgan, y raramente, si es que nunca, los perdonan”

Oscar Wilde

Aquellos días juntos han sido grandiosos para María y para Mario también. Convivir juntos le ha dado la oportunidad no sólo de disfrutar de sus cuerpos sino de conectar sus almas.

—¿Nos vemos en el trabajo o quieres que lleguemos juntos? —le pregunta Mario.

—De ser por mí, no tengo problema, pero sé que no sería conveniente que hagan comentarios dañinos y sobre todo que las normas que impusiste, sean precisamente infringidas por ti.

—¡Gracias por comprender mi situación, mi amor!

—No estoy en tu vida para ser un accidente, aunque así nos hayamos conocido. Ni creo que tú seas eso en mi vida. Mejor nos apuramos para llegar al trabajo. —lo abraza, le da un beso escueto y se pone de pie para arreglarse.

Mario la contempla desnuda, sus formas, su piel suave, su perfume, su cabello largo. Ella es la mujer más inusual que ha conocido, pero es también la más perfe