“El amor verdadero no se encuentra donde no existe, ni se puede negar donde existe”. Torquato Tasso

—Quiero que me digas la verdad. ¿Qué hacía tu ex en tu oficina?

Mario permanece callado unos segundos, piensa que asomarle la posibilidad de que Mónica esté embarazada, no le agradará en lo más mínimo. Hoy estuvo a punto de perderla, mejor no correr el riesgo nuevamente.

—Quiso venir a manipularme con el pasado de nuestra relación. Pero le dejé en claro que ya no me interesa porque te amo a ti.

—Imagino la convenciste. Digo porque terminaron besándose. —le responde con exceso de sarcasmo que a ella se le da muy bien.

—No la besé, ella se lanzó sobre mí —dice visiblemente irritado.

María observa su comportamiento. No sabe si está enojado porque realmente dice la verdad o si es porque ella lo vio y no tiene escapatoria.

—Sólo te diré una cosa, no pienso perder mi tiempo con alguien que no puede sacar de su vida a una ex. No soy una mujer para juegos.

—Yo la saqué de mi maldita vida. Es el