La casa del señor Robinson, ese día se llenó de alegría, mi Marlon David corría de un lado para otro, siempre bajo la mirada vigilante del señor Robinson. Al final del día, lo que quedó fueron los platos sucios medio llenos de comida, los vasos aún con pequeñas cantidades de bebidas. El señor Robinson con una vitalidad increíble todavía tiene fuerzas para correr detrás de mi niño. Alexánder por supuesto en todo el día no pierde oportunidad para halagarme, decirme lo bella que estoy, todos están contentos. —Amiga, que suerte tienes que este señor con tanto dinero te esté ayudando. El comentario lo hizo Gabriela que también asistió a la fiesta y trajo a su niña. —Sí, por eso tengo que estar agradecida de encontrarme con este señor, precisamente el mismo día que llegué a Italia. —Yo pensé que tú lo habías conocido aquí. —No, yo lo conocí en el avión que me trajo a Italia. —Ya estabas embarazada de Marlon David. —Por supuesto, mi niño fue
Italia -Roma- Empacando de nuevo, pero está vez lo hago con la certeza que voy a ver a Fernanda, ya la distancia entre nosotros se hace más corta, pero aún no sé qué es lo primero que voy a decirle, no sé cuál será su reacción al verme, mi amor se mantiene igual, pero el de ella, no lo sé. —Marlon, ¿ya hiciste maleta?, mañana en el primer vuelo salimos para Milán. —Si ya tengo todo listo. —Te lo dije amigo, te dije que iba averiguar dónde estaba, lo que no me imaginé es que la niña fuera tan famosita, es conocida por muchos y hay varias marcas que quieren que trabaje con ellas, usted no se queda atrás mi amigo, está gira nos dio un gran impulso, lo que hice fue asomar la posibilidad de ir a Milán a la semana de la Moda y aquí estamos preparando maleta. —No sólo yo, tú también eres muy solicitado. —Así es, según mis contactos ella ahorita está encargada de la agencia de modelaje del gran Wuillians Robinson, este señor es un duro en ese ramo, de pas
Esa voz, el calor de esos labios, esa mirada que me quema y a vez me reconforta, me suaviza, ¿estoy soñando? esto no es real, este hombre que está frente a mí, no puede ser Marlon; mis piernas están a punto de flaquear, como ya es normal en mí cuando algo me perturba, mi cuerpo comienza a temblar, pero ahora no Fernanda, tienes que controlarte, tú eres una profesional y estás en una cena de negocio. Rescato mi mano, trago en seco y me dirijo a los presentes. —Buenas noches señor Marlon, bienvenidos a Milán, para la agencia la cuál represento es un verdadero honor tenerlos aquí, hoy no vamos hablar de negocios, hoy quiero que se relajen, disfruten de la comida, disfruten de la noche, les ruego que disculpen nuestra tardanza. —No se preocupe, a las mujeres hermosas como ustedes se les puede esperar, no es así Marlon. Yo estaba como en otro mundo, no entiendo porque Fernanda habla como si no me conociera, estoy consciente que su primera reacción no era lanzarse e
Al día siguiente llego a la agencia muy temprano antes que todos los empleados, ni siquiera a Milángela esperé, llegué con mi cara bien lavada, pero con el corazón partido, pero no era el momento de ponerse a llorar, había mucho trabajo por hacer, así que me monte mi delantal de diseñadora y a trabajar. Me fuí para el taller y entre líneas, papeles, telas y tijeras dejo que el tiempo me atrape, estaba tan absorta en mi trabajo que no escucho a Milángela que me llama. —Fernanda, Fernanda, escúchame por favor. Paro lo que estoy haciendo y la miro. —¿Qué pasa, por qué me llamas? —Fernanda, no estás bien, ¿qué te pasa?, amiga aquí estoy puedes confiar en mí. Las lágrimas asomaron a mis ojos. —Amiga ven, vamos a sentarnos. Milángela me lleva hasta un rincón del taller dónde está una mesita con tres sillas a su alrededor. —Te escucho Fernanda. Sin pensarlo mucho se lo suelto. —Marlon es el padre de mi hijo. —Me lo suponía, lo
Después del almuerzo regresamos a la agencia, la actitud de Marlon cuando se levantó de la mesa por supuesto no fue del agrado del señor Robinson, Gabriel quiso disculparse, en nombre de Marlon diciendo que él no se sentía bien, que estaba teniendo problemas con el estómago, el señor Robinson comentó que seguramente es por el cambio de clima al cual se han sometido durante sus giras. Pero conociendo a Marlon, sé que su retiro de la mesa no fue por el estómago, fue por el brindis del señor Robinson y por lo poco que conozco al señor Robinson, sé que no le gustó la manera como Marlon se retiró del almuerzo. El señor Robinson se fue un poco temprano de la agencia, me dijo que iba a acompañar a Magda a seleccionar el diseño de su torta de bodas. Ya habían seleccionado la fecha, se casaban una semana después del evento de La Semana de la Moda. Milángela a la hora de la salida de todos los empleados también se fue, tiene que salir a hacer unas compras con la seño
Estoy en una camilla de un hospital, la señora Isabella está sentada a mi lado. —Hija ¿cómo te sientes? —Estoy bien, ¿ya me puedo ir? —El doctor dijo que esperaras unas horas y después nos vamos. —No puedo esperar mucho, ya mañana es el desfile, todavía tengo cosas que organizar. —Tranquilízate, así cómo estás tan estresada no puedes trabajar, espera unas dos horitas y luego nos vamos. —Señora Isabella, ¿usted lo sabía? —Sí. —¿Y por qué se calló? —Primero no me correspondía a mí revelarte ese secreto, segundo llegamos a la conclusión que era mejor para ti que te enteraras después del desfile, cuando estuvieses más calmada. —Estoy confundida, aturdida, no entiendo, mi mamá cuando me tuvo a mí, vivía en los Ángeles, ella me aseguró que mi papá estaba muerto, ¿de donde salió esto que el señor Robinson es mi padre? —Yo creo que deberías hablar con él. —No, yo no tengo nada que hablar con ese señor, si es verdad lo que dicen
La invitación a la boda está en la cómoda de mi habitación, no quiero abrirla, todavía las dudas me atormentan, ¿será que voy? Por Milángela me entero que Marlon y Gabriel aún no se habían ido, el señor Robinson los invitó a su boda, Gabriel le comentó a Milángela que Marlon habló con el señor Robinson y ahora los dos se la llevaban muy bien. El señor Robinson habló con la agencia de Roma y les concedieron una semana más en Milán. Gabriel se enamoró de Milángela, le dijo que por ella estaba dispuesto a quedarse en Roma, eso me alegra mucho, mi amiga se merece a alguien que la quiera y Gabriel ha demostrado que está muy enamorado de ella, a pesar del poco tiempo que tienen conociéndose, pero es lo de menos, hay personas que se conocen de toda una vida y cuando deciden vivir juntos la relación se termina, mientras existen otras parejas que no tienen mucho tiempo conociéndose, deciden formalizar la relación, lo hacen y su relación se vuelve eterna. Milángela si va par
Marlon me vio en el preciso momento que Alexánder me tomaba en sus brazos y yo me recostaba en su pecho para llorar, me refugié en esos brazos porque me siento agotada, el señor Robinson tiene razón tengo que tomarme un respiro. Los brazos de Alexánder me acogieron en el momento justo, necesito descargar todas mis penas a través de mi llanto, pero eso no lo va a entender Marlon, por su expresión, quizás dedujo otra cosa, pero estoy cansada, no quiero seguir luchando en contra de la corriente, que piense lo que él quiera, total muy pronto se marchará a su país, allí lo está esperando su familia, su esposa, su hijo o sus hijos y yo me quedo aquí con mi niño, pero ya no más llanto, ya no más recuerdos,no sé cómo, pero voy a buscar la manera de olvidarlo, está es mi vida y tengo que vivirla. —¿Te sientes mejor? —Sí, gracias, necesitaba esto. —Te entiendo, a veces es bueno llorar, las lágrimas en ocasiones nos limpian, nos refrescan, no creas yo también he llorad