Despierto en los brazos de Marlon, lo veo a mi lado con una sonrisa dibujada en sus labios, su rostro tiene una expresión de tranquilidad, de paz, me quedo mirando esos ojos cerrados, esos labios semi abiertos, ese perfil que tantas veces soñé, ahora lo tengo aquí nuevamente, pegado a mí, con sus brazos haciendo un cerco alrededor de mí como para que no me alejé de él. Abre sus ojos lentamente y me dice. —No es un sueño, estás aquí conmigo. Sus brazos los aprieta un poco más alrededor de mí. —Buenos días mi amor. —Buenos días. En eso me doy cuenta que pasamos toda la noche juntos y no fuimos a la conferencia. —¡Dios Santo! Marlon no asistimos a la conferencia. —No hay tal conferencia, anoche llamé a tu papá y me dijo que la conferencia fue algo que se le ocurrió para alejarnos de Milán, quería que estuviésemos solos, lejos de todo para que pudiésemos hablar. —Mi papá, siempre pendiente de mí. —Así es y pensar que tuve celos de él.
Pasamos un día inolvidable en Florencia. Por supuesto no podía irme de ese mágico lugar sin visitar nuevamente " El Ponte Vecchio" Llegamos al puente, este es el puente del amor, representa el romanticismo puro, el amor eterno de las parejas que vienen a colocar el candado, simbolizando de esta manera su gran amor, cierro mis ojos para recordar que en ese puente tuve una visión con Marlon, soñé que venía corriendo hacia mí, me levanta, me da varias vueltas en el aire, luego un niño pasa en una bicicleta vendiendo flores, él le compra un ramo de flores amarillas y me las entrega. —Fernanda, mi amor. Abro mis ojos y allí veo a Marlon de rodillas frente a mí, detrás tiene todo el escenario del Ponte Vecchio. Está de rodillas y en sus manos tiene un estuche, no sé en qué momento llegaron a Florencia, pero detrás de él está: mi papá, la señora Magda, la señora Isabella, Franco, Milángela, Gabriel y el que no podía faltar mii Marlon David. —Mi amor, ¿te quier
El estado civil no es algo que te define como mujer; eso depende del grado de madurez de cada quien. Hay muchas mujeres que toman su estado civil como una prenda de vestir que se la ponen y se la quitan, cuando ellas lo desean. Hay otras que le dan un valor incalculable, de su estado civil depende su vida, es un código del cual no pueden prescindir. También están las que ven su estado civil como un complemento que las ayuda a alcanzar metas para lograr sus objetivos. En fin, cada quien lo ve desde su punto de vista y lo asume de acuerdo a la madurez que la identifique. La historia de Fernanda, es muy común entre la gran cantidad de madres solteras que viven en este planeta, en su caso la bendición de tener un hijo sin el apoyo del padre del niño, no fue un obstáculo para lograr su sueño, al contrario él bebé la impulsó a seguir adelante aún a costa de los maltratos y de las humillaciones, a qué fue sometida. Apesar de ser madre soltera esa condición no h
Llueve a cántaros, sin importarme lo que hago camino como una autómata, mis lágrimas se confunden con el agua de lluvia que baña mi rostro. —¿Por qué me hizo esto? ¿Por qué tuve que enamorarme de ti? Por estúpida te perdoné muchas cosas, pero esto no, ¿por qué lloró? él no merece ni una de mis lágrimas. Siento frío, la lluvia golpea mi rostro, pero sigo caminando sin rumbo fijo, ya es de noche, las calles están vacías, de pronto tengo miedo, ¿para dónde voy?no sé, sólo camino, veo que dos hombres se me acercan, trato de no mirarlos y camino más aprisa, uno de ellos al pasar a mi lado me sujeta por el brazo, el otro se me puso al frente y entre los dos me llevan a rastra y me pegan de una pared. Trato de soltarme de esos brazos, pero mis fuerzas no me dan, me lanzan al piso, el más pesado se abalanza sobre mí, trata de quitarme la ropa, en eso escucho un disparo, veo la figura de un hombre que viene hacia nosotros con un arma en sus manos, los hombres al verlo huy
Mis días con Marlon son: inquietantes, excitantes, perturbadores, cada vez que lo veo entrar por la puerta del apartamento, mi mundo se tambalea, jamás he sentido esto por nadie y eso me atemoriza. Pero soy incapaz de insinuar lo que siento, esto me lo guardo, él es inalcanzable y con esa novia tan bonita, es imposible que se fije en mí, en la muchacha que trabaja para él Mi pasión por la moda me invita a entrar en su habitación y revisar su clóset, imaginándome su novia o su esposa para combinarle el traje con el cual se va a vestir. Un día dejo que mi imaginación vuele y coloco sobre su cama, un pantalón, una camisa y una chaqueta, luego selecciono un par de zapatos. —Señora Laura -era Marlon qué acababa de llegar- No voy a almorzar, no tengo tiempo, me doy un baño y luego me voy. —Muy bien joven. Al escuchar la voz, salgo rápidamente, pero se me olvida la ropa que había dejado en la cama. Al poco rato recibo una gran sorpresa, veo a Marlo
A partir de esa noche trato por todos los medios de no encontrarme con Marlon, nos evitamos y son muy pocos los encuentros. —Esto no puede seguir así, yo me tengo que ir de este apartamento, está visto que Marlon no quiere verme. Empiezo a buscar en la prensa un sitio para mudarme. —Fernandita, ¿ qué te pasa, te quieres ir de aquí? —¿Por qué lo dice? —Yo no soy tonta, veo que lees mucho la prensa, sobre todo la página de los alquileres de casas. —Dime hija, puedes confiar en mí, ¿qué te sucede?. Se sienta a mi lado y me dice: —¿Pusiste tus ojos en quién no debías? No podía hablar, sólo lloraba. — Desde que entraste a esta casa presentí que algo iba a cambiar, mi niño también anda mal, aunque no lo creas él es muy noble y no quiere hacerte daño, en el amor no se manda, ustedes se enamoraron, pero la cosa no está fácil. —Yo pienso mudarme. —¿Tú crees que esa sea la solución? —No sé, pero algo tengo que hacer.
Dejo a Marlon en la sala y me voy a la habitación, esa fue una noche donde el amanecer llega y lo recibo con los ojos abiertos, en toda la noche no pude cerrarlos. El sonido del teléfono me saca de mis pensamientos, ( Marlon me había regalado uno, para reponer el que había perdido) cosa rara ya tenía una semana con el teléfono y nadie me había llamado. —Hola, buenos días. —Fernanda, soy Brenda. —¿Brenda? —Si, amiga, perdona que no te haya llamado, pero tú sabes cómo es tu padrastro, no le gusta que te llamen, pero dime ¿cómo estás? —Yo estoy bien. —¿Y qué piensas hacer para tu cumpleaños? me imagino que Elías te tiene una sorpresa. —¿Mi cumpleaños? —Si amiga, tú siempre estás despistada, hoy estás de cumpleaños. Me quedé sin hablar, hoy estoy cumpliendo veintiún años. —Brenda ya no estoy con Elías, eso se terminó. —¿Qué? y eso, ¿por qué terminaron? —Amiga, Elías me estaba engañando con Natalia. —¿Natalia su ant
En la oscuridad de mi habitación escucho los pasos de Marlon que se detienen en mi puerta, quiero correr para abrir la puerta y a la vez quiero gritarle que se vaya. —Tranquila Fernanda, mejor te quedas en tu cama sin hacer ruido para que piense que estás dormida. Le hago caso a mi consciencia y me quedo callada, al rato los pasos de Marlon se alejaron. —Ya amaneció, me tengo que levantar, pero no quiero encontrarme con Marlon, seguro está furioso porque estaba con unos amigos, pero él no tiene ningún derecho a reclamarme nada, él andaba con su novia de lo más feliz, está sonando mi teléfono ¿ Quién será? —Fernanda, perdona si te desperté, pero anoche casi no pude dormir pensando en lo que me contaste. —Tranquila amiga, ya estoy despierta. —Dime, ¿el hombre que entró con la pelirroja es tu modelo? —Sí amiga. —¿Esa es su novia? —Si. —Tú eres más bonita, lo que te falta es ropa de marca. —Brenda deja los chistes. —No es un