Terminó el fin de semana, tengo que volver al trabajo, estoy un poco nerviosa, si Richard no está en la casa, me dedico a trabajar, ahora me llevo el almuerzo para no tener que ir a la casa grande a cocinar, como en el anexo hay microondas lo que hago es calentar. Pero si Richard está trabajando en el anexo, se complica más la cuestión, voy a tener que mirarlo a la cara y sé que no me voy a controlar, le voy a echar en cara todas sus mentiras, no sé qué irá a pasar después de esto, no me gustaría dejar el trabajo todavía, ya el año está terminando apenas faltan dos meses para que culmine el año, mis planes eran trabajar todo el año y para el próximo comenzar mis estudios, pero surgió este imprevisto entonces hay que echarle frente. —Fernanda llegó la hora, vaya a su trabajo y que sea lo que Dios quiera. Franco me dejó en la entrada de la casa grande, ella tiene un portón, donde siempre permanece un vigilante, tengo que caminar por todo un sendero para llegar a la c
Me siento libre, liviana, ligera, como si de mi cuerpo se hubiera desprendido un gran peso, la conversación que sostuve con Richard me ayudó a aclarar muchas cosas, en cuestiones del amor no debe haber dudas y ahora no las tengo. Dicen que la distancia mata el amor, puede ser, pero por ahora ese amor se mantiene intacto, quizás con el tiempo decida abrir mi corazón y albergar en él a otro amor, quizás Marlon ya decidió ser feliz con el amor de otra, si es así me alegro por él, todos tenemos derecho a buscar la felicidad. Franco va a mi lado conduciendo su auto, me ve, luego mira la carretera, vuelve a mirarme y sus ojos vuelven a la carretera. —Oye mi hermana, ¿qué te pasa? te estoy observando y te sonríes, te vuelves a enseriar, te vuelves a sonreír, tu mirada se entristece y luego vuelves a sonreír, mi mamá me dice: "que él que se ríe solo de su picardía se acuerda" y tú cara es todo un poema. —Mi hermano, recordando que en esta vida no hay nada oculto y la
—Fernanda toma mi mano, Fernanda no te alejes, no, no, no te vayas, no me dejes, Fernanda, Fernanda. —Marlon, despierta, Marlon vamos hombre despierta. —¡ EPA! Gabriel, ¿qué pasa, por qué me despiertas? —Porque estabas gritando como loco, tenías una pesadilla con Fernanda, ¿qué soñabas? —Mi hermano, soñé algo espantoso, soñé que Fernanda estaba frente a mí, tenía sus manos extendidas para que yo las tomara, en eso cuando voy a tomar sus manos un hombre aparece y la toma por la cintura, ella no quiere irse, pero él la agarra con fuerza y se la lleva, ella se aleja llamándome y yo no me puedo mover de dónde estoy. —Caramba amigo ese sueño es bien extraño, eso no fue un sueño, fue una pesadilla. Bueno ya pasó, ahora duérmete mañana tenemos que ir a la agencia bien temprano. Noche de insomnio, di vueltas y vueltas en la cama sin poder dormir. Decido sentarme en un sillón de la habitación, tomo una manta para cubrirme, el frío que está haciendo es t
Es la mañana del domingo, Gabriela me llama para encontrarnos en un café del centro de la ciudad. En una mesa está sentada, una hermosa dama, con un traje sencillo, pero que le queda muy bien, un poco holgado, su maquillaje es sumamente discreto y unos tacones bajos, me acerco a la mesa. —Gabriela, ¿eres tú? —Sí amiga soy yo. —¡wow! Qué cambio. — Te dije que iba a cambiar, por mi hija voy a cambiar. —Y por ti también amiga, estás hermosa, te ves mucho más bella que antes, ahora cuéntame todo. —Mi hija está bellísima, cuando me vio se guindó de mi cuello y no quería soltarme, tenía miedo que me fuera de nuevo. —Que linda, por esos momentos con nuestros hijos es que vale la pena todos nuestros sacrificios. —¿Y tú? ¿Cómo estás con Richard? —Entre Richard y yo no hay nada. —¿Cómo es eso? Si ese hombre se babea por ti. —¡Ay! Amiga, el pájaro no es como lo pintan. —Explícame eso que no entiendo. —Richard resultó ser u
La vida sigue su curso y con ella se va el tiempo que jamás podemos recuperar, pero si podemos recuperar la esperanza, las ganas de gritarle al mundo que estamos vivos, la fe en las personas aunque muchas nos hayan decepcionados, esa es la vida, por eso cada mañana amanezco con más fuerza para seguir luchando por mí y por mi niño, que cada día amanece más hermoso, su parecido con su padre es extraordinario, bueno así yo lo veo. Ahora no me hago la pregunta de todas las mañanas ¿Dónde estás mi amor? Ahora sé donde estás, gracias a la revista que me traje del anexo descubrí que estás en Alemania y allí vivirás por varios meses, voy a comprar está revista para ver si siguen publicando sobre tí, aunque sea a distancia, necesito conocer de tu vida. ¿Qué raro? En la entrevista que te hicieron, no mencionaron nada de tu matrimonio, puede ser que no quieres que tu vida privada se involucre con la profesional, me hubiese gustado conocer más de ti, tu hijo o hija debe ser hermoso
Sin lugar a dudas, la señora Isabella es una mujer sabía, la universidad de la vida le ha enseñado a ser prudente, a callar cuando no se le pregunta y a hablar cuando es necesario hacerlo, en este caso ella tenía que hablar y lo hizo, sus palabras quedaron marcadas en mi corazón, sobre todo en mi cabeza. Después de dormir a mi pedacito de cielo, decido llamar a mi amiga, más que una amiga es mi hermana, su número de teléfono me lo sé de memoria, marco su número, los dedos me tiemblan, después de tanto tiempo voy a escuchar la voz de mi amiga, espero la llamada y me quedo callada, sin saber qué decir, cuando escucho su voz. —Buenas, ¿con quién hablo? —Buenas, amiga soy yo. —¿Quién es, Fernanda? —Si amiga, soy yo, tu amiga Fernanda Brenda no puede seguir hablando, me doy cuenta en ese momento que está llorando. —Brenda, ¿me escuchas? —Si amiga te escucho, perdona es que no me pude contener, pero dime, háblame, cuéntame, quiero saber todo sob
Así sin voltear la mirada para no arrepentirme decido no volver a mi trabajo, tomo ese tiempo para iniciar los preparativos para la inauguración del restaurante. Una mañana antes de la ignauguracion, poniéndome de acuerdo con Franco, llevo a la señora Isabella al local. —¿Qué hacemos? —Señora Isabella recuerda que un día le dije que le tenía una sorpresa. —Sí, claro que me acuerdo. —Pues aquí la tiene, abra usted la puerta. La señora Isabella abre la puerta y queda asombrada ya todo estaba arreglado, las mesas, la cocina, la parte de atrás al aire libre que acondicionamos con otras mesas. —¿Hija que significa esto? —Esto es de nosotras, venga para que vea su cocina. La señora Isabella parecía una niña corriendo de un lado para otro viendo todo, en la cocina examinaba todo: platos, ollas, sartenes, se veía súper contenta. —Fernandita te lo tenías bien callado. —Viejita, vamos a sentarnos aquí para contarle todo. Franco, fue
Mi conversación con Amalia si se quiere fue de aprendizaje, al salir de la oficina suena mi celular, es Gabriel dándome la dirección del lugar donde estaba, me dirijo hasta allí y lo encuentro rodeado de tres jóvenes. Al verlo quise dar media vuelta, pero escucho la voz de Gabriel. —Marlon ven, te estoy esperando. —Buenas noches. —Buenas noches - respondieron todas. —¿Tú eres Marlon? eres más bello en persona que en las fotos de las revistas. —Lástima que ya tienes novia. —Sí ya una alemana te conquistó. —Wow! Y tremendo beso que se dieron, ya quisiera yo uno así. Yo al igual que Gabriel estábamos sorprendidos, ¿de qué beso estaban hablando estás chicas? —Un momento, -dice Gabriel- de que novia y de qué beso hablan ustedes. —Del beso que salió en una revista, según el artículo es una chica de acá de Berlín que te conquistó. Yo miro a Gabriel con cara de asombro, Gabriel está más sorprendido que yo. —Por casualida