Llegó un nuevo día y con él las ganas de vivir, es la primera vez que siento la llegada del amanecer con gran entusiasmo, a pesar de los acontecimientos pasados tengo ganas de enfrentar la vida, esas cuatro paredes en lugar de aminalarme me dieron el empuje necesario para seguir adelante con más fuerzas que antes. Me levanto y despierto a mi compañera. —Gabriela despierta ya amaneció. —¿Y cómo lo sabes? —Por el olor a café recién hecho, ya los agentes están preparando café. —Qué rico, cómo me gustaría ahorita tomarme una taza de café, en una de las cafeterías que están en el centro. —Pronto amiga. —Bueno con el favor de Dios, tú sales hoy y puedes ir a tomarlo, pero yo no sé cuando salga de aquí. —No te desanimes, tú verás que muy pronto vas a salir de aquí, cuando se compruebe que tú no tuviste nada que ver con esas drogas. —Dios te oiga, ya quiero abrazar a mi hija. —Gabriela, a ti no te gustaría trabajar en otro lado que no sea
Estoy tan distraída con mi bebé que no había tomado en cuenta a una invitada, a parte sentada en una silla, un poco alejada de los demás, como no queriendo llamar la atención estaba Emilia. Cuando la veo me acerco y mi reacción fue de abrazarla, ella me ve y queda como paralizada. —Emilia, qué alegría verte. —Fernanda, perdóname. —¿Por qué?, no tengo nada que perdonarte. —Perdoname te fallé, cuando el señor Frank me dijo que tenía que perderme para que no declarara en contra de él, me asusté, actúe como una cobarde, preferí huir, pero te juro que yo no sabía que él te estaba acusando de agresión y mucho menos de robo, él me dijo que era para que no declarara por el intento de violación. Fuí una estúpida y para colmo me dio dinero, argumentando que era el pago de mis vacaciones, por supuesto que me di cuenta que era más dinero de lo que me correspondía, pero callé tomé el dinero y me fui del restaurante. —Lo importante es que ya recapacitaste y
Me doy vueltas y la miro, allí está muy pegada a mí, contempló su carita de ángel, sus ojos brillan incitando al amor, tomo su rostro en mis manos y con mis labios comienzo a tatuar cada palmo de su piel, empezando por su frente, de allí voy bajando con mucha delicadeza hacia sus párpados, ella cierra sus ojos, yo continúo mi trabajo hasta sus mejillas, luego bajo a sus labios y allí me detengo para que él escultor que hay en mí pueda realizar bien su trabajo, sigo bajando hasta su cuello, cuando llego hasta allí siento un ligero cosquilleo y la siento temblar, pero no me detengo. Sigo bajando lentamente, mientras un ligero calor nos va envolviendo, mis labios conocen cada línea de su cuerpo, ellos bajan y bajan, un suspiro escapa de su garganta, detrás de ese suspiro viene otro y otro, su cuerpo se está convirtiendo en un volcán a punto de erupcionar. —Marlon amigo, despierta estamos llegando a Alemania, ya el avión va a aterrizar. —Gabriel, caramba me despertaste
Los días siguieron su curso, después de la cena que tuve con Richard, no volví a tocar el tema de Marcela me limité a trabajar, todos los días Franco me llevaba al trabajo y cuando podía me iba a buscar, cuando no era posible pedía un taxi, tratando de no molestar a Richard. Por otra parte el juicio se realizó yo gané el caso, se comprobó que Frank había intentado violarme, también que había violado a un gran grupo de mujeres. Ahora Frank está en la cárcel, espero al igual que el resto de las otras chicas, que Frank duré muchos años en prisión. Le cerraron el restaurante al igual que el salón de juegos. El caso de Gabriela también iba por buen camino, muy pronto saldría de prisión. Las palabras de la señora Isabella cuando regresé de la cena con Franco me tenían alerta, gracias a Dios por esas palabras, porque si tenía dudas con respecto a mi relación con Richard, ahora no las tenía, estaba clara, pero algo me inquietaba, que ocultaba Richard, porque era
Terminó el fin de semana, tengo que volver al trabajo, estoy un poco nerviosa, si Richard no está en la casa, me dedico a trabajar, ahora me llevo el almuerzo para no tener que ir a la casa grande a cocinar, como en el anexo hay microondas lo que hago es calentar. Pero si Richard está trabajando en el anexo, se complica más la cuestión, voy a tener que mirarlo a la cara y sé que no me voy a controlar, le voy a echar en cara todas sus mentiras, no sé qué irá a pasar después de esto, no me gustaría dejar el trabajo todavía, ya el año está terminando apenas faltan dos meses para que culmine el año, mis planes eran trabajar todo el año y para el próximo comenzar mis estudios, pero surgió este imprevisto entonces hay que echarle frente. —Fernanda llegó la hora, vaya a su trabajo y que sea lo que Dios quiera. Franco me dejó en la entrada de la casa grande, ella tiene un portón, donde siempre permanece un vigilante, tengo que caminar por todo un sendero para llegar a la c
Me siento libre, liviana, ligera, como si de mi cuerpo se hubiera desprendido un gran peso, la conversación que sostuve con Richard me ayudó a aclarar muchas cosas, en cuestiones del amor no debe haber dudas y ahora no las tengo. Dicen que la distancia mata el amor, puede ser, pero por ahora ese amor se mantiene intacto, quizás con el tiempo decida abrir mi corazón y albergar en él a otro amor, quizás Marlon ya decidió ser feliz con el amor de otra, si es así me alegro por él, todos tenemos derecho a buscar la felicidad. Franco va a mi lado conduciendo su auto, me ve, luego mira la carretera, vuelve a mirarme y sus ojos vuelven a la carretera. —Oye mi hermana, ¿qué te pasa? te estoy observando y te sonríes, te vuelves a enseriar, te vuelves a sonreír, tu mirada se entristece y luego vuelves a sonreír, mi mamá me dice: "que él que se ríe solo de su picardía se acuerda" y tú cara es todo un poema. —Mi hermano, recordando que en esta vida no hay nada oculto y la
—Fernanda toma mi mano, Fernanda no te alejes, no, no, no te vayas, no me dejes, Fernanda, Fernanda. —Marlon, despierta, Marlon vamos hombre despierta. —¡ EPA! Gabriel, ¿qué pasa, por qué me despiertas? —Porque estabas gritando como loco, tenías una pesadilla con Fernanda, ¿qué soñabas? —Mi hermano, soñé algo espantoso, soñé que Fernanda estaba frente a mí, tenía sus manos extendidas para que yo las tomara, en eso cuando voy a tomar sus manos un hombre aparece y la toma por la cintura, ella no quiere irse, pero él la agarra con fuerza y se la lleva, ella se aleja llamándome y yo no me puedo mover de dónde estoy. —Caramba amigo ese sueño es bien extraño, eso no fue un sueño, fue una pesadilla. Bueno ya pasó, ahora duérmete mañana tenemos que ir a la agencia bien temprano. Noche de insomnio, di vueltas y vueltas en la cama sin poder dormir. Decido sentarme en un sillón de la habitación, tomo una manta para cubrirme, el frío que está haciendo es t
Es la mañana del domingo, Gabriela me llama para encontrarnos en un café del centro de la ciudad. En una mesa está sentada, una hermosa dama, con un traje sencillo, pero que le queda muy bien, un poco holgado, su maquillaje es sumamente discreto y unos tacones bajos, me acerco a la mesa. —Gabriela, ¿eres tú? —Sí amiga soy yo. —¡wow! Qué cambio. — Te dije que iba a cambiar, por mi hija voy a cambiar. —Y por ti también amiga, estás hermosa, te ves mucho más bella que antes, ahora cuéntame todo. —Mi hija está bellísima, cuando me vio se guindó de mi cuello y no quería soltarme, tenía miedo que me fuera de nuevo. —Que linda, por esos momentos con nuestros hijos es que vale la pena todos nuestros sacrificios. —¿Y tú? ¿Cómo estás con Richard? —Entre Richard y yo no hay nada. —¿Cómo es eso? Si ese hombre se babea por ti. —¡Ay! Amiga, el pájaro no es como lo pintan. —Explícame eso que no entiendo. —Richard resultó ser u