Al volver a la casa Dimitry siguió a Tarah hasta el baño en su habitación mientras ella sacaba el botiquín. Podía sentir sus ojos al pendiente de cada uno de sus movimiento.Su cuerpo estaba respondiendo ante él y lo peor es que Dimitry ni siquiera estaba tratando de seducirla.¿Cómo había llegado a este punto cuando ambos hace nada ni siquiera se podían cruzar sin discutir?Ni siquiera ella lo sabía pero la confundía tanto que su corazón ahora mismo estaba latiendo sumamente de prisa.Se dio la vuelta para enfrentarlo.Antes de que pudiera abrir la boca, Dimitry la alzó de la cintura sentándola sobre la encimera del baño aún con el botiquín en sus manos.—¿Qué...?—Para que estés a mi altura —se burló él y ella entornó los ojos comenzando a sacar las cosas para hacer su trabajo.Dimitry ocasionó que su corazón se sacudiera cuando abrió sus muslos y se coló entre ellos. Su cercanía, el aroma de cuerpo, la tensión sexual entre ellos estaba volviéndola loca.Empezó a limpiar su herida e
—El Jefe odia el café, solo llévale agua si está en una reunión y te pide que le ofrezcas de beber a sus socios y a él. Tienes las claves de la tablet con el horario de sus citas. No dejes entrar a nadie que no tenga una cita, a menos que sea su novia.Satarah que estaba tratando de procesar toda la información en su cabeza para no cometer errores alzó la cabeza abruptamente encontrándose con los ojos entrecerrados de la secretaria de Dimitry quien estaba mirándola con ojos entrecerrados de sospecha y desdén al ver su expresión cambiante.—¿N-novia? —susurró aturdida a modo de pregunta.La mujer le echó una nueva mirada fulminante cruzándose de brazos.—Novia. ¿No sabes qué es una novia, niña? Él tiene una novia y obviamente no necesita tu aprobación para entrar en su oficina.—Está novia es...Quizás había visto su expresión pálida o algo más pero Bárbara, la secretaria. La miró de arriba abajo antes de reírse.—La señorita Anastasya. ¿No me digas que creíste que el jefe estaba solter
El aroma embriagador de Dimitry llegó a sus fosas nasales. Un ambiente electrizante se extendió alrededor de los dos. Esa atracción innegable que siempre estaba rodeando a ambos sumada a la complicidad de sus miradas llenas de anticipación por lo que querían que pasara.—Esto no es muy profesional de tu parte, jefe —señaló ella.Dimitry se rió suavemente y Tarah casi fue seducida por el sonido."¿Sería muy malo tocar a mi jefe ahora mismo."—Resulta que yo soy el que hace las reglas aquí y yo determino lo que es y lo que no es profesional.—Que conveniente...Sus labios se rozaron.Dimitry había estado luchando contra el deseo que sentía por Satarah pero sabía que mientras más cerca estuviera de ella más difícil sería mantener las manos lejos de su esposa.Cuando estaba a punto de besarla la puerta se abrió bruscamente y Bárbara entró.—Señor Romanov aquí está...Ella se detuvo en seco al ver la posición de ambos.Satarah logró salir de entre los brazos de Dimitry con las mejillas son
—Te eché de menos —susurró al hombre.—Te juro que si tu padre no estuviera muerto, yo lo mataría otra vez. ¿Cómo pudo forzarte a esto?Él se apartó para mirarla a la cara con preocupación. —¿Estás bien? Quería buscarte antes pero Gian me dijo lo que había pasado y casi es un milagro que estés aquí por la protección que ha tenido Romanov sobre ti.Tarah dio una mirada rápida a la puerta de la sala de reuniones. Dimitry estaba al otro lado y temía que la escuchara porque aún estaban esperando a Marco.—Estoy bien. Dimitry me ha tratado bien, lo juro.Él dejó salir un suspiro aliviado antes asentir con la cabeza.—Si vine aquí no fue para esta reunión Bambolina, fue por ti. Gian franco y yo conseguimos una solución para que Romanov te de el divorcio de una vez por todas.Satarah se sorprendió de esto y no pudo evitar sentir aquel malestar en su bajo vientre.Debería estar feliz de pensar que había alguna manera de deshacer su matrimonio pero eso también traicionaba la palabra que le hab
Satarah suspiró irritada al ver salir a la nueva secretaria de Dimitry de su oficina. La mujer estaba completamente roja de furia.Dio un par de zancadas en su dirección antes de tomar su bolso y gritar:—¡Renuncio!Todos la vieron marcharse con curiosidad.Satarah se pasó una mano por su cabello recogido en un moño y suspiró.—Págame —dijo Hugo a Vladimir.—¡Dijiste que renunciaría mañana, no te debo nada!—¡Fui el que más se acercó a la meta!—Eso no cuenta...Ella ignoró la discusión.En dos semanas Dimitry había despedido a más de 5 secretarias y ahora todos en la oficina habían comenzado a hacer apuestas de cuanto tiempo durarían en el puesto. Era ella quien tenía que encargarse de las exigencias de él cuando renunciaban así que a ella no le parecía nada divertido el tema.Comenzaba a recordar por qué lo detestaba en la escuela.Arrigante, presumido y un dolor de trasero.Aunque fuera devastadoramente sexy y todas en la oficina quisieran llevárselo a la cama.Cada vez que escuc
Incómodo.Esa era la única palabra para definir el almuerzo.No por Vasya.Por uno de los chicos que había ido con ella.Notaba que la miraba demasiado y a veces le coqueteaba.Satarah no le respondía a los coqueteos pero terminó de irse excusándose con que le tenía que llevar el almuerzo al Dragón.No había mentido sobre eso porque le había pedido el almuerzo a Dimitry aunque no sabía si querría comerse ese estilo de comida. Era demasiado quisquilloso con lo que ingería."En todo caso, no se desperdiciará. Dejé más de la mitad de la comida porque ese tipo me pone inquieta así que si no quiere me la como yo."Como era de esperarse no había gente en el pasillo porque la hora del almuerzo no había terminado.Estaba a punto de golpear la puerta pero de repente escuchó la profunda voz de Dimitry hablando con alguien.—¿La encontraste?Él esperó en silencio.Satarah esperó y él volvió a hablar otra vez.—¡¿Cuánto tiempo más va a pasar para que sepas algo?! ¡Son unos jodidos inútiles! Dimi
Esa noche era cuando iba a hacerlo. Satarah respiró profundamente captando el aroma masculino de Dimitry.Su maldita criptonita.Le encantaba su olor pero debía mantener la tranquilidad porque sino las cosas saldrían muy mal.—Estás muy silenciosa —dijo él cuando salieron del ascensor.—Estoy bien.Dimitry la miró como si no le creyera absolutamente nada.Comenzaron a bajar las escaleras y al tercer escalón hasta de llegar al suelo, Satarah se tropezó cayendo al suelo soltando un grito de dolor.—¡Satarah!Dimitry enseguida se arrodilló frente a ella mientras que Satarah seguía gimiendo de dolor apretando con sus manos su tobillo.—Déjame ver, Tarah...—¡No! ¡Me duele muchísimo! Ella gimió apoyando su frente en la rodilla fingiendo sollozar con fuerza.—¿Puedes... llevarme a un hospital?Los ojos de Dimitry se abrieron con horror y sin dudarlo la cargó del suelo al estilo nupcial llevándola rápidamente a su auto después de salir del shock inicial.—¡Borya, al hospital! —gritó a su co
—Dim...Su boca poderosa descendió por su cuello mientras que él seguía acariciándola entre las piernas.Él sonido exterior se había vuelto un eco distante. Ellos estaban demasiado sumergidos uno en el otro como para ver o entender nada más.—¿Demasiado desesperada como para esperar que lleguemos a casa, Malyshka?Su dedo se adentró mucho mas profundo y luego se retiró, ella lo miró aturdida y decepcionada al mismo tiempo pero él soltó una risita divertida antes de volver a darle un pico en los labios.Dimitry tiró de su camisa bruscamente rompiendo los dos botones superiores mostrando su brasier de encaje. Los ojos de su esposo se oscurecieron ante la vista.—¿Qué hiciste? ¿Cómo haré para bajar del auto? —Eres jodidamente preciosa —susurró él contra su piel ignorando sus preguntas.Bajó su brasier exhibiendo sus pezones endurecidos antes de adueñarse de ellos chupando y mordisqueando cada uno.Satarah suspiró ante la deliciosa posesión de su boca adueñándose de ella de manera glorio