Satarah no dijo nada pero colaboró con él en silencio y cuando Dimitry acercó su cabeza entre sus muslos dejó escapar un jadeo.La mirada oscurecida de su esposo una vez más logró golpearla.Dimitry mordisquea su clítoris y Tarah tiene que ahogar un jadeo que amenaza con salir de sus labios pero que no puede contener cuando su lengua se abre caminos a lo largo de su humedad, instintivamente las caderas de Satarah se alzan queriendo profundizar la penetración de su lengua pero Dimitry sostiene sus caderas presionándola sobre el colchón mientras la devora como un poseído. Su lengua se desliza una y otra vez desde su clítoris hasta su entrada hasta que cuela dos dedos dentro de ella haciéndola sisear de deleite.Una mano de ella se clava en su cabello acercándolo mucho más y él sonríe maliciosamente sin dejar de adueñarse de su clítoris. Los dedos de Dimitry se mueven en su interior encontrando el punto G de ella.Sus caderas se mueven descontroladas bajo sus embestidas fulminantes. Tarah
Dimitry se pasó la mano por la cara irritado consigo mismo a la mañana siguiente.Recordaba cada vez que había hecho suya a Satarah porque eran los mejores recuerdos que poseía. Pero, también serían una tortura el momento en el que ella lo dejara.No se había podido contener por más que quisiera hacerlo porque siempre se le había sido difícil no acercarse a Satarah. Peor aún ahora que tenía la oportunidad de tocarla y de saber que le gustaba su toque. Ella lo había esperado esos meses. Lo deseaba y eso solo hacía las cosas más difíciles. Satarah seguía repitiendo que quedaba poco para separarse de él, para dejarlo. Sin saber lo que provocaban sus palabras en su pecho.No quería dejarla ir y esa era la verdad. Pero ¿Cómo iba a ser tan egoísta de amarrarla a él cuando estaba empeñada en alejarse de ese mundo en el que ambos habían crecido? Y que la había hecho sufrir tanto.Él estaba destinado a ser el Pakhan de la Bratva después de su padre y ella detestaba la vida en la mafia. Una v
En el auto la conversación fluyó de manera superficial lo poco que habían podido hablar gracias a las llamadas constantes que Dimitry recibía todo el tiempo.Algo lo tenía frunciendo el ceño y estresado pero ella no sabía el qué.—¿Vas a decírme por qué hiciste todo ese drama de ayer? —la pregunta repentina hizo que ella volviera a mirarlo.—Tú tienes tus secretos y yo tengo los míos.Él la miró con ojos entrecerrados pareciendo molesto.—No me provoques, Satarah.—De verdad me dolía y puede que sí sea un poco hipocondríaca.Él suspiró irritado porque obviamente no le creyó por lo que tenía que cambiar el tema y necesitaba hacerlo cuanto antes.—Sobre lo que pasó anoche...Dimitry la miró con intensidad. Siempre la ponía tan nerviosa con sus ojos puestos sobre ella de aquella manera.—¿Sobre cómo te follé, Malyshka?Sus labios se estiraron con diversión y ella lo miró con frialdad alzando la cara mientras lo fulminaba.—Seguimos haciendo esto pero ¿Por cuánto tiempo? —le preguntó al
—¿Tarah? —la llamó Vasya pero ella no se giró a verla.—¿Puedes ocuparte del teléfono? Volveré pronto.—Sí, claro. Satarah asintió y se metió al baño escondiéndose en uno de los cubículos.Esta vez dejó caer sus lágrimas ahogando sus sollozos.Alguien como Anastasya nunca entendería lo que había provocado dentro de ella con su crueldad.Incluso nadie sabía en absoluto todo lo que había vivido por seis años de su vida sumida en la desesperación. Nunca disfrutaría de lo que se sentía estar embarazada y esa mujer se burlaba en su cara diciéndoselo para martirizarla.Ella no quería darle en gusto de verla sufriendo por este tema que la ponía tan sensible y no lo haría. De hecho, ella había evitado desahogarse con alguien por sentía que si lo hacía se sentiría más real la posibilidad de nunca quedar embarazada. Y mientras el tiempo pasaba la desesperanza intentaba lastimarla pero ella no quería caer en el pozo del dolor.Necesitaba ser fuerte por ella misma, pero sobre todo por su hija.
A ella le había quedado muy claro que Dimitry y ella terminarían pronto su matrimonio. Después de ver salir a Anastasya de la oficina de Dimitry la rabia y los celos hirvieron dentro de ella.Estaba tan furiosa que durante toda la mañana había estado tratando a Dimitry con frialdad. —Tarah, ¿Almorzamos juntos? —le preguntó René.El chico no parecía darse por vencido y a Satarah le incomodaba mucho porque si Dimitry se enteraba de aquel coqueteo no sabía qué era lo que le haría.—René...Para su sorpresa la puerta de la oficina de Dimitry se abrió y el hombre clavó sus ojos celestes sobre ella. Parecía que estaba furioso. Probablemente había escuchado la pregunta de René pero poco le importaba. Era ella la que debería estar furiosa.Anastasya había pasado demasiado tiempo en la oficina de él ¿Y quería censurarla por algo que no estaba en su control? ¡Que se fuera al infierno!Pero tampoco iría con René.Primero no quería, y segundo no lo usaría porque estaba segura de que Dimitry l
Dimitry condujo a Satarah de la mano por el restaurante donde la había llevado.Era la primera vez que él lo hacía.Como si quisiera mostrarle a los demás que ella era su esposa y el sentimiento respecto a esto era agridulce.Sentía un nudo en su vientre bajo la mirada instigadora de las personas que los rodeaban.—Tranquila —susurró su esposo en su oído enviando una descarga eléctrica por todo su cuerpo.Sus pezones se pusieron en punta solamente con su cercanía.Su pecho contra su espalda.Incluso se sentía nerviosa recordando lo que había sucedido con ellos en el ascensor.Todavía sus piernas estaban temblorosas y no podía pensar bien lo que estaba pasando pero se sentía ansiosa de alguna manera.Dimitry corrió una silla de manera caballerosa para que ella se sentara y Satarah lo hizo tímidamente.¿Había entrado a la dimensión de lo desconocido?Los meseros no tardaron en traerle la carta a ambos y le pidió a Dimitry qué pidiera por ella.—¿Por qué me trajiste aquí? —Preguntó una ve
El insomnio se había apoderado de ella.Sus ojos permanecieron cerrados fingiendo dormir hasta que sintió que Dimitry se durmió justo a su lado.Después de todo el caos del restaurante habían curado su herida y ella no pudo apartar sus ojos de él.Allí en medio de todo esa locura Satarah había tenido miedo pero lo curioso de todo es que no había temido por ella. Sino por el temor a que pudieran lastimar a Dimitry y en efecto había resultado así."Esta vez no fue más grave pero... ¿Y si es peor después?"Probablemente estaba siendo dramática porque aquella era la línea de "trabajo" de Dimitry pero no podía evitar sentirse angustiada.Incluso después de que le dijeran que la herida no era grave no podía dejar de ver su hombro como si con eso se aseguraba de que su esposo estuviera bien.La imagen del restaurante venía una y otra vez a su cabeza.Dimitry se había interpuesto entre ella y el peligro.La había asegurado, salvado. Se había arriesgado por ella."Dimitry es un hombre de palabr
—¡¿Qué carajos, Satarah?!Él ahora tomó su rostro entre sus manos haciendo que Tarah alzara la cabeza para encontrarse con sus ojos celestes ahora oscurecidos por una emoción furiosa nublándolos.—¡Jamás digas esa m****a otra vez! ¡Ni siquiera lo pienses! ¡Te lo prohíbo! —rugió en un tono que no admitía réplica y ella se quedó mirándolo completamente aturdida.Dimitry parecía tan enojado que Tarah sintió un golpe en su corazón al notar su vehemencia. La intención clara de protegerla.Una vez más como cuando ellos siempre se tocaban la atmósfera cambió notando aquel deseo reprimido empujándolos hacia el otro.—Dimitry...—Ni una palabra de esa m****a. Eres más fuerte que eso, ¿Qué está pasando?Sinceramente Satarah lo miró con sorpresa porque no se esperaba su pregunta.¿Cómo podía responderle que sus pensamientos eran un desastre y que sus sentimientos eran aún peor?—Nada.Satarah quiso irse refugiarse en un lugar donde él no llegaría y eso en definitiva lo frustró.Ella comenzó a ale