El sol apenas comenzaba a colarse por las rendijas de las cortinas cuando me desperté esa mañana, con el corazón pesado y una sensación de vacío que parecía crecer con cada respiración. Habían pasado dos días desde el enfrentamiento en el bar entre Chasse y Alexander, y aunque había evitado el contacto con ambos, el eco de sus palabras seguía resonando en mi cabeza.Me encontraba en un limbo emocional, incapaz de ignorar el peso de mis propios pensamientos. Había sido un error dejar que Alexander volviera a entrar en mi vida, aunque solo fuera momentáneamente, pero también sentía que algo entre Chasse y yo había cambiado irremediablemente.Mientras me preparaba una taza de café, mi teléfono vibró en la mesa. Era un mensaje de Chasse."¿Podemos hablar hoy? Es importante."Lo miré fijamente, debatiendo si debía responder. Finalmente, con un suspiro, escribí:"Está bien. ¿Dónde?"Su respuesta llegó casi al instante:"Mi apartamento, a las seis."Coloqué el teléfono boca abajo, tratando d
Habían pasado cinco días desde mi último encuentro con Chasse en el parque. Sus palabras todavía se repetían en mi mente como un eco constante, recordándome que quizás había ido demasiado lejos al pedir espacio. Pero, ¿qué otra opción tenía? Estaba atrapada en un torbellino emocional, tratando de reconciliar lo que sentía por él con lo que pensaba que debía hacer para protegerme.Lucy me animaba a hablar con él, a ser honesta y abierta, pero no era tan fácil como parecía. Hablar con Chasse significaba enfrentar mis propios miedos, y no estaba lista para eso. En el fondo, sabía que lo estaba evitando, pero el orgullo disfrazaba mi distancia como una necesidad de claridad.Esa mañana, mientras intentaba concentrarme en el trabajo en casa de Lucy, mi teléfono vibró en la mesa. El nombre de Chasse apareció en la pantalla, pero lo ignoré. No podía lidiar con él en ese momento. Sin embargo, no dejé de mirarlo, preguntándome cuánto tiempo más seguiría intentando.Minutos después, el teléfono
El contrato.Era una palabra que había intentado ignorar, un acuerdo firmado en un momento de desesperación que ahora parecía atarnos como cadenas invisibles. Durante semanas, Chasse y yo habíamos esquivado mencionarlo, pero su presencia era ineludible. A pesar de nuestros esfuerzos por acercarnos o distanciarnos, siempre estaba ahí, como un recordatorio de que nuestra relación había comenzado con términos y condiciones, no con amor.Esa mañana, mientras revisaba algunos documentos en la mesa del comedor en casa de Lucy, no podía evitar pensar en él. Los últimos días habían sido un caos de emociones. Chasse seguía intentando demostrarme que podía confiar en él, pero cada pequeño gesto suyo traía consigo la sombra de ese contrato. ¿Cuánto de lo que hacía era genuino, y cuánto era parte de su deber como mi esposo “contratado”?Un mensaje llegó a mi teléfono. Era de Chasse.“Necesitamos hablar. Por favor, no sigas evitándome. Ven a mi oficina.”Suspiré, dejando el teléfono sobre la mesa.
Había algo en el aire esa mañana. Una sensación inquietante que no podía ignorar. Me desperté temprano, incapaz de conciliar el sueño, y pasé las primeras horas del día revisando papeles sin realmente prestarles atención. Algo dentro de mí me decía que ese día no sería como los demás.Lucy me observaba desde la cocina, con una taza de café en la mano y una ceja arqueada.—¿Vas a decirme qué pasa o prefieres que adivine? —preguntó. Sacudí la cabeza, tratando de sonreír.—Solo estoy distraída, supongo.—Claro —respondió, con ese tono de incredulidad que conocía tan bien—. No es como si hubieras pasado las últimas semanas actuando como si el mundo fuera a derrumbarse. —Suspiré, dejando los papeles a un lado.—Es complicado, Lucy. Chasse y yo estamos intentando arreglar las cosas, pero… no sé. A veces siento que hay algo más que no estoy viendo.—¿Algo más? —repitió, sentándose frente a mí—. ¿Qué tipo de algo?—No lo sé —admití—. Es solo una sensación, como si hubiera algo que me ha estad
El aire era fresco aquella mañana, pero no lograba aliviar el nudo en mi pecho. Habían pasado tres días desde la conversación con Chasse, y aunque intentaba poner orden a mis pensamientos, cada palabra que había salido de sus labios seguía atormentándome. Su madre y Alexander... Era demasiada información de golpe, una maraña de relaciones y secretos que complicaban aún más mi ya frágil conexión con él.Había salido a caminar temprano, buscando respuestas en el silencio de las calles. Pero en vez de encontrar claridad, cada paso solo me acercaba más al apartamento de Chasse. Me detuve frente al edificio, observando las ventanas iluminadas por el amanecer. Quizá era hora de dejar de huir.Respiré hondo y, antes de que pudiera cambiar de opinión, marqué el código para entrar. El ascensor parecía tardar una eternidad en llegar al penthouse. Cuando la puerta se abrió, me quedé inmóvil por un segundo, el corazón latiéndome con fuerza.—Harmony... —Su voz me sobresaltó. Chasse estaba allí, d
Dejé el apartamento de Lucy y me refugié nuevamente en mi anterior departamento, estaba un poco descuidado por mi abandono, pero era mejor que seguir molestando a mi amiga.Había algo extraño en mí desde hacía semanas, un malestar que no lograba identificar del todo. Todo comenzó con pequeños mareos matutinos y una fatiga que no desaparecía por mucho que descansara. Al principio pensé que era el estrés de todo lo que estaba sucedido entre Chasse y yo. Nuestra relación estaba en un limbo emocional, y aunque las cosas se sentían un poco más estables después de nuestra última conversación, todavía había heridas abiertas.Esa mañana, el mareo fue peor. Apenas pude mantenerme en pie después de levantarme, y tuve que apoyarme en la pared del baño para no caer. Me miré al espejo, analizando mi rostro pálido y los círculos oscuros bajo mis ojos. Algo no estaba bien.—Solo estás agotada —me dije en voz baja, intentando convencerme.Pero una pequeña voz en mi interior me repetía algo que había
El silencio puede ser un refugio o una prisión, y para mí se había convertido en lo segundo. Cada día que pasaba guardándome el secreto de mi embarazo era un día más de tensión acumulada, una capa adicional al muro invisible que crecía entre Chasse y yo. Era una ironía cruel: después de todo lo que habíamos pasado juntos, ahora me encontraba huyendo emocionalmente, atrapada por mis propios miedos.Aquella mañana, me desperté con una sensación de vacío en el pecho. Habia pasado la noche con Chasse, una noche juntos antes de darle la noticia, pero en lugar de ello, se convirtio en la ultima noche juntos. Sabía que estaba tomando decisiones que complicarían las cosas, pero no veía otra salida. Me quedé mirando el techo por lo que parecieron horas, escuchando el eco de mis pensamientos. La idea de irme había comenzado como una chispa en mi mente días atrás, pero ahora era una llama que consumía cualquier otra posibilidad.Chasse no estaba en el apartamento. Había salido temprano para una
CHASSEDesperté con una sensación extraña en el pecho, como si algo estuviera fuera de lugar. Extendí mi mano hacia el lado de la cama donde Harmony solía dormir, pero no la encontré. Mis dedos solo tocaron las sábanas frías, y eso me hizo abrir los ojos de golpe.—¿Harmony? —llamé, incorporándome en la cama.El apartamento estaba en completo silencio, un vacío que parecía gritar. Mi corazón comenzó a latir más rápido, y una sensación de ansiedad me invadió. Salté de la cama y revisé el baño, la sala, la cocina. Pero ella no estaba.Fue entonces cuando lo vi: un pequeño papel doblado sobre la mesa de la sala. Mi respiración se detuvo al reconocer su letra. Mis dedos temblaban mientras lo tomaba y comenzaba a leer."Chasse:Necesito tiempo para pensar. No te preocupes, estoy bien, pero ahora mismo necesito espacio. No es algo que tenga que ver contigo, sino conmigo misma. Te llamaré cuando esté lista.Harmony."Leí la nota una y otra vez, esperando que las palabras cambiaran, que revel