CAPÍTULO 44LUZ MARTIN.Él nunca llegó.Íbamos a tener una especie de cena para mirar una obra de teatro que se llevaría a cabo en el hotel, pero nunca apareció. Al principió entendí una hora de retraso, pero luego, cuando pasaron tres horas y no recibí ningún mensaje suyo desde mi nuevo móvil, supe que no vendría.Mi vestido se arrugó, mi peinado ya no tenia sentido y mi maquillaje seguía intacto, pero no igual como si estuviera recién colocado.No iba a correr el riesgo de llamarlo o enviarle un mensaje, quizás darían con mi paradero si me dejaba llevar por mi impulso. Por lo que no me quedó otra que desvestirme, quitarme el maquillaje, quitarme cada orquídea de mi peinado y con una copa de vino, observé ya desnuda la noche de la ciudad.Había comprado el vino para los dos pero hoy sólo una copa fue servida.No lo culpaba.Ni tampoco sabía lo que yo estaba haciendo.No sabia si era el síndrome de Estocolmo el que estaba decidiendo por mí, o sólo quería acallar mis traumas familiares
CAPÍTULO 46.—Estás loca si piensas hacer eso—le habló Nick al teléfono.—No tengo opción, se lo acaban de llevar. Su camioneta está aquí—Luz seguía en el puente, con la mano en la frente y completamente perdida porque no sabía qué hacer.Acababan de llevarse a Mark.—Ven a buscarme Nick, por favor. No sé dónde estoy. Mark no ha dejado la llave de su camioneta y está aquí varada también. El idiota de Hardi ni siquiera me ha dejado tomar algo de dinero.—¿Dónde estás?—Puente de Madison.—Ahora mismo salgo para allá.Media hora después Nick estaba llegando en su coche y Luz no tardó en subirse al coche.—En una hora vendrán a buscar la camioneta de Mark ¿sabes a dónde se han ido? —le preguntó a Luz, apenas la vio.—No tengo idea, pero sí sé a dónde tengo que ir yo.Nick puso en marcha en coche tras mirarla con cierta confusión, pero no pretendía discutirle. Lo único en lo que pensaba era saber lo que ella estaba tramando.—Nos estamos metiendo con personas peligrosas, Luz. Creo que lo
CAPÍTULO 47Caminar hacia los matones de mi progenitor no fue sencillo porque sentía que estaba a punto de cruzar una puerta en la que mi identidad por fin seria descubierta. Años de incertidumbre, de verme al espejo y así poder imaginar la cara de mi madre y mi padre.Años pensando que quizás, tendría hermanos. Sin embargo, tenia que ir paso a paso para saber hasta dónde llegaría. Hasta dónde sabría lo que sucedió.Y suena ilógico, irracional, pero allí estaba por ir a enfrentar a los dos ogros que tenía delante de mí.Vestidos de negro, con lentes negros encima de su cabeza, merodeando por el sitio. custodiándolo para que ningún intruso se atreviera a observarlo demasiado. Estaban fumando, sentí el humo entrar por mis fosas nasales.Charlaban entre ellos, animadamente hasta que me vieron a mí y se alertaron.—Hola. Necesito hablar con su jefe—les dije, como si aquellas palabras banales me abrieran la puerta de la verdad.Se lanzaron una mirada y entonces, la seriedad en ellos se rom
CAPÍTULO 48Blair me mira, serio e incluso me resulta intimidante su fría forma de hacerlo. Como si le hubiese soltado una locura. Era una clara locura lo que acababa de pedirle, pero, no tenia otra opción.—¿Quieres que ayude al tipo que acaba de dejarme el rostro lleno de heridas y el cual me interceptó en una emboscada para hacerlo? —enarca una ceja.Por supuesto que pedírselo era una locura pero qué más podía yo hacer.—Sí.—Que ovarios posees—suelta un silvido—. Veo que puedo hacer pero tendrás que deberme un favor.—No quiero que se pase de la línea y sea igual de importante que el favor que le estoy pidiendo: no tiene que afectarme en absoluto.—¿Esas son tus condiciones, Luz?—Sí.—Está bien. Sólo lo hago porque realmente me caes bien y me gustaría contar contigo en algun futuro.***—Me hubiese gustado que me fueras sincero.—Si lo era ella estaría muerta.Mark y Hardi están de pie frente al rio en donde Luz debió morir. Una de las cosas que Mark no se esperaba es que lo llev
CAPÍTULO 49Mark se sentó en el asiento trasero del auto, apretado entre dos matones de Blair que lo miraban de mala manera. Él lo único que hizo fue sonreírles de manera incomoda porque ellos tenían la ventaja de tener a Luz y ser mayoría, por lo que no le quedó otra que quedarse calladito hasta saber a dónde mierda estaban yendo.Nadie decía nada, sólo la radio se oía de fondo. Música clásica que en vez de relajarlos, era incomoda e innecesaria.Mark se inclina sobre su asiento y acerca su rostro casi a la altura de la nuca de Luz, la cual tiene la mirada al frente en el siento del acompañante del conductor. Está de piernas cruzadas. El tablero de luces rojas y azules le iluminan el rostro.—¿Se puede saber qué haces con la gente de Blair y a dónde estamos yendo? —le pregunta en voz tan baja que apenas Luz puede oírlo a través de la música.—Sh—lo chista ella.Mark pone los ojos en blanco y vuelve a pegar la espalda contra su asiento. Lo único que desea ahora es estar preparado para
CAPÍTULO 50.A la mañana siguiente, Mark está colocandose su pantalón mientras yo me coloco la playera negra que traía la noche anterior. Ninguno de los dos dice nada, pero no hace falta hacerlo porque cada tanto nos encontramos mirándonos y una sonrisa cómplice florece de nuestros labios como si fuésemos dos amantes.Creo que lo éramos por cómo se estaban dando las cosas.No sé por qué estábamos vistiéndonos, no sabia cuál era el plan. A veces la incertidumbre de los acontecimientos te causa ansiedad, al borde de empezar a pensar y pensar y tu mente se convierte una pelota negra de posibles situaciones que podrían ocurrir en el futuro.En este caso, yo tenia una pelota negra mental, como un bolillo de lana de gato con los hilos enredados.O así me había levantado esa mañana.—Vamos a ir a desayunar al hotel y luego podemos pasar el día en la psicina—me ofrece, rodeando la cama y viene directo abrazarme.—Me gusta la idea.—A mi me gustas tú—confiesa, dándome un beso en la frente.Me
CAPÍTULO 51Nick los vio en el hotel, riendo joviales en el bar. Sabía que lo que estaba a punto de hacer estaba mal e incluso lo pensó miles de veces antes de cometer esa locura.Cuando los vio sonreír en el bar en pleno mediodía, Nick supo que Mark no le había dicho lo que los unía. Por lo que no quedó otra opción que entrar por las puertas del restaurante privado del sitio y sorprendiendo a ambos sentándose al lado de ambos. Ninguno de los dos se percató de su presencia hasta que Luz lo vio observándolos desde tu butaca.—Nick—suspiró, confundida.—¿Qué haces aquí?—Mark se levantó de su butaca, reaccionando de mala manera.—Un batido de banana por favor —pide Nick.No iba a dar una explicación de la enorme resaca que tenia, por lo que tenia en claro que sólo venia a tirar la bomba e irse. Por supuesto que lo haría de manera paulatina para que duela menos.—Nick ¿qué haces aquí? —le preguntó Luz, con el mismo tono de voz que tuvo cuando mencionó su nombre.—La pregunta es qué están
—Mark lárgate—como mi sombra, estaba pisándome los talones mientras intentaba alcanzarme en el piso de la recepción del hotel.—Luz, por favor, tenemos que hablar. No puedes evadirme cuando esto nos involucra a los dos—me insiste caminando detrás de mí, desesperado.Me freno en seco, cruzada de brazos y es allí cuando me alcanza y se posiciona ante mí, con los nervios de punta. Tiene el ojo hinchado, o al menos eso es lo que veo debido a las lagrimas que me nublan la vista.—Si no te lo dije fue porque yo aún no pude asimilarlo—intenta explicar—. Es muy fuerte para ambos saber que Hardi es tu padre biológico y que estemos ligados en esto, Luz. Y ahora entiendo porque también te pareces a mi madre.—No sé si intentas arreglar esto o seguir embarrándola más, Mark—pretendo seguir caminando, pero vuelve a meterse en mi camino, haciendo que frene de nuevo mi paso.—Luz—suspira, intentando encontrar las palabras adecuadas—. Sé que es difícil, lo sé y ahora te pido de todo corazón que hagamo