CAPÍTULO 37 Mark y su tío compartieron una charla antes de volver cada uno a su auto. El tío sospechaba que él sabía algo, porque se lo veía demasiado callado, más de lo normal.Pensando en lo que había escuchado, Mark sintió que la relación entre su padre y su tío no era como él pensaba, que las cosas eran más oscuras y turbulentas. Así que tomó como tarea pendiente investigarlo en secreto.***La noche anterior, Mark y Luz llegaron a la cabaña en plena noche. El cantar de los gritos y el sonido del silencio les susurró que ambos estaban seguros…al menos por ahora.Mark tomó de la mano a Luz en un instinto inusual en él y ella se lo quedó viendo, extrañada. Ninguno de los dos dijo nada, mientras esperaban a que uno de los hombres de Mark abriera la puerta de la cabaña con un arma en la mano para ver si era seguro y no hubiera nadie dentro.—Despejado, señor—le dijo el hombre, tras salir de la casa y ya con las luces del interior encendida.Ambos soltaron el aire que estaban contenie
CAPÍTULO 38“La protagonista femenina volvió al orfanato. Había estado en contacto con el personal del orfanato hace ya tiempo y no le resultó extraño buscar refugio allí. Podían cuidarse mutuamente, y con ellos, ella no se sentiría sola”.—¿Luz? —la señora que la atiende entrecierra los ojos a través de sus anteojos. Los abre grandes cuando la reconoce—¡Mi Luz! —la mujer no tarda en abalanzarse sobre ella para abrazarla con fuerza.Tras sentir ese abrazo, Luz respiró. Respiró sin miedo, sin que sea el ultimo aliento. Simplemente lo hizo, aliviada, porque después de tanto tiempo, había llegado a su casa. Su hogar.—¿Puedo quedarme aquí por un tiempo, tia Maria? —le preguntó Luz, con miedo a que sea rechazada.Maria se apartó de aquel abrazo con suavidad para verle la cara. La chica tenia un aspecto cansado, el cabello descuidado y unas manchas grises por debajo de sus ojos que llamaba ojeras.No era la misma Luz que se había ido para triunfar. Algo no andaba bien y lo supo con tan sol
CAPÍTULO 39 (40)Un mes.Un mes sin Mark y su vigilancia, y aun así me sentía peor de lo que me encontraba hace un tiempo atrás. La panza aún no se notaba, no iba a crecer de golpe y eso lo sabía, pero sí se notaba mi malestar, mis nauseas, dolor en el cuerpo y mi rostro chupado porque la criatura que estaba creciendo en mi vientre se estaba ocupando de succionar mi vitalidad y todo lo positivo en mí.Si esto hubiera ocurrido mientras yo ejercía en la medicina, con mi sueldo y el acompañamiento de mi ginecóloga y alguna obstetra, seria un embarazo sin soledad.Sin embargo, ahora tenia que llevarlo sola porque si pisaba la calle, puede que intenten matarme otra vez.Lo bueno de esto, es que Mark respetó mi espacio y no insistió en querer cuidarme. Sin embargo, me sentía vigilada.Yo sospechaba que era Mark, pero no estaba segura. Quizás fue la sensación de tenerlo todos los días conmigo y que de golpe ya no esté.Sabia que tarde o temprano también debía irme del orfanato porque tampoco
LUZ MARTIN.Llegué a una gasolinera con las piernas temblando y deseando que las cosas mejoren un poco. Tenía suficiente dinero para alimentarme y poder vivir en un hotel hasta no tener otra opción y tomar un autobús a cualquier otro sitio fuera de esta ciudad que no paraba de recordarme mi identidad.A partir de ahora me llamaría Elizabeth hasta que pueda volver a mi vida normal. Porque deseaba que eso al menos se cumpliera y pensaba que eso seria momentáneo hasta que Hardi se olvidara por completo de mi existencia.Tras llegar a la gasolinera, entré al almacén que estaba abierto la 24hs, o al menos eso decía el cartel luminoso de neón rojo que cambiaba a verde y luego a azul.La chica que atendía el puesto me preparó un té con leche y un sándwich para acallar el hambre.—¿Puedo pasar la noche en la silla de mi mesa? —le pregunté, avergonzada.Me miró de mala manera y no me quedó otra que llevarme una mano al vientre para darle el indicio de que estaba embarazada.—Sí, pero si se ata
CAPÍTULO 41“Luz sintió lástima por lo que había pasado su compañero. Lo consoló pero dijo claramente que aunque podía entender su comportamiento, no lo perdonaría. Luz se dispuso a marcharse y le dijo a su compañero que quería alejarse de todas las bandas. Esperaba que su compañero no la siguiera más. El compañero aceptó”.La doctora soñó con eso toda la noche por lo que le fue imposible conciliar el sueño. Lo único que deseaba era encontrar la paz algun día ella también mientras acariciaba su vientre.***Mark y Nick se reunieron en un café que estaba prácticamente a las afueras de la ciudad. Cuando Nick estacionó frente al café, supo que era mala idea seguir en contacto con el sobrino del tipo que lo chantajeó toda la vida con la vida de su madre.Ni siquiera sabia por qué estaba allí, supuso que no le quedaba opción saber qué era lo que deseaba Mark.Después de regresar, el colega fue a contarle a Mark la verdad. Envió el correo electrónico y Hardi le ordenó que le mostrara delibe
42.—¿Puedo acompañarla?Levanto la vista y está Mark con un traje blanco con una pajarita en el cuello. Me observa, sonriente, poniendo sus manos encima del respaldo de la silla y con una sonrisa simpática.—Mark—suspiro, tragando el trozo de carne que tengo en la boca—Mark—vuelvo a repetir esta vez con la boca vacia—. Sí, sí sientate—le pido, haciendo un gesto de mano para que lo haga.Sonríe, complacido y toma asiento a mi lado mientras una maravillosa orquesta suena de fondo. Hay personas mayores y algunos de mi edad bailando como si ya estuvieran acostumbrados a esa vida tan relajada.Yo, sin embargo, siempre suelo ser espectador de los momentos que para la vida, son únicos.Mark me mira, le brillan los ojos. Mis mejillas se ponen rojas porque siento que me está viendo más de la cuenta.—¿Qué? —frunzo el ceño, curiosa.—Déjame decirte que estás preciosa, doctora—se sincera, tomando mi mano por encima de la mesa.Remojo mis labios en un segundo con la punta de la lengua, reprimien
CAPÍTULO 43.LUZ MARTIN.Sabia que no lo había dicho para herirme, pero en cierta medida, me dolió un poco saber que mi padre biológico no sabia de mi existencia luego de que él y Mark se enfrentaran en una fuerte pelea. Claro, según palabras de Mark.Entonces encontré una justificación cuando vio algunos golpes y heridas que ya se estaban cicatrizando. Si no fuera por los tatuajes, Mark estaría lleno de cicatrices horribles que los mismos dibujos sabían ocultar o disimular en el mejor de los casos.—Luz, es mejor que él no sepa de ti, sabe Dios lo que pasaría si lo hace y él resulta no quererte—me dice, apartándome un mechón de cabello del rostro mientras estamos acostados en la cama.—Lo sé. No sé en donde me estoy metiendo si sigo pensando en él y en mi madre. Nunca supe si estaba viva o muerta. Simplemente vine a este mundo sola, a la buena de Dios.Mark no dice nada, solo me acaricia la mejilla mientras ve mi rostro, cada parte de él, en un intento de suavizar mi malestar.Me da
CAPÍTULO 44LUZ MARTIN.Él nunca llegó.Íbamos a tener una especie de cena para mirar una obra de teatro que se llevaría a cabo en el hotel, pero nunca apareció. Al principió entendí una hora de retraso, pero luego, cuando pasaron tres horas y no recibí ningún mensaje suyo desde mi nuevo móvil, supe que no vendría.Mi vestido se arrugó, mi peinado ya no tenia sentido y mi maquillaje seguía intacto, pero no igual como si estuviera recién colocado.No iba a correr el riesgo de llamarlo o enviarle un mensaje, quizás darían con mi paradero si me dejaba llevar por mi impulso. Por lo que no me quedó otra que desvestirme, quitarme el maquillaje, quitarme cada orquídea de mi peinado y con una copa de vino, observé ya desnuda la noche de la ciudad.Había comprado el vino para los dos pero hoy sólo una copa fue servida.No lo culpaba.Ni tampoco sabía lo que yo estaba haciendo.No sabia si era el síndrome de Estocolmo el que estaba decidiendo por mí, o sólo quería acallar mis traumas familiares