Se estaba arriesgando mucho, se dijo Grecia. Se repitió esa frase tantas veces y aún así no se la grabó como para tomarla en serio. Para su desgracia, su mente no la ayudó a crearse argumentos contra lo que Logan provocaba en ella, debía ser coherente ¡por Dios! Hacerle caso a los rumores debió ser una opción, pero no lo hizo y toda la noche estuvo pensando en lo mismo, durmiendo solo un poco por no dejar de lado lo ocurrido en el estacionamiento. Despertó del mismo modo, desayunó sin querer tener el tema en la cabeza de nuevo, pero era imposible no pensar en la forma en que este la miró antes de marcharse, luego de dejarla en su casa. Como si no quisiera irse, pero a la vez respetando su espacio y que ella asimilara lo que decidió. Logan se reprochó tal cosa. ¿Desde cuándo era así? Jamás actuó de esa manera. Le importaba muy poco lo que pensara la mujer que se llevaba a la cama, si era muy pronto o muy brusco. Pero con Grecia, le estaba quemando las neuronas el solo pensarlo.
Grecia sintió los labios de Logan recorriendo su abdomen desnudo con gran esmero. La blusa salió volando con el pantalón que cayó a un lado junto al saco y camisa del hombre que le separó los muslos con brusquedad. Ella esta vez no se negó, si no que ofreció su entrepierna con descaro al hombre que estrelló sus labios en el canal que sintió derretirse cuando lo tocó. Probarlo era una jodida adicción, no podía detenerse si ella seguía produciendo esos sonidos de su garganta, mientras su mano apretó uno de sus senos y con la otra se aferró al espaldar de la cama. Ese hombre hacía maravillas con la lengua y en lugar de querer evitar que la tocara con esa tosquedad, ahora se abrió mucho más, dejándolo lamer entre sus pliegues, oyendo la serie de obscenidades que le dijo. Ninguno de los dos sabía lo que era ponerse un alto, ambos enfocados en sentir lo perverso del momento y lo placentero que podría ser llevar sus cuerpos al limite. Logan la arrastró más a la orilla para tener más acce
Para Grecia el sex0 matutino jamás existió antes, menos cargando tanto morbo por parte del hombre que la cargó en el baño para arremeter contra ella de forma que apenas pudo distinguir donde se encontraba. En su cama sucedió igual, Logan pareció no estar dispuesto a soltarla y ella, aún no podía creer que estaba resistiendo a una sesión de sex0 de nuevo, luego de dormir muy poco la noche anterior. Estabas a nada de perder el conocimiento con el orgasmo que la atacó y se intensificó con los dedos que ingresaron en su coño. Lo recibió de brazos abiertos cuantas veces Logan soltó cada empellón que el dejó la cara contra la almohada, mientras él la llevó al límite. Durmió un par de horas hasta que un exquisito olor a comida la despertó y ella tuvo que salir con solo una bata de dormir encima. El frió se coló por la prenda púrpura, ella se abrazó a sí misma cuando descalza caminó hasta la cocina, quedándose anonadada con la espalda fornida que fue lo primero que vio probando lo que cocin
A Grecia aún no le llegaba la tranquilidad que le sugerían. No era nada habitual escuchar que alguien la seguía. ¿Porqué razón? ¿con que intenciones? Preguntas y más preguntas. Ninguna de ellas eran respondidas como debía o quería. Llegaron a la casa de Cooper Santini y este detuvo el auto, mientras uno de sus hombres corrió a abrir la puerta de la pelinegra que tenía el pulso acelerado. __ ¿Que hacemos aquí? - preguntó cuando vio la fachada. Sombrío, como si se tratara de un templo donde la sacrificarían como medio para un rito satánico. Así lo vio y es que no ayudaba mucho el estilo de dicha mansión, demasiado extensa y con menos luz en la parte izquierda, dando un aspecto siniestro.__ Si quisiera matarte, lo hubiese hecho en la carretera, no aquí. - acentuó Cooper.__ Tranquila peli Grecia, no te digo que estás con los buenos porque estoy bueno, pero según el sacerdote no soy bueno. - caminó a su lado. __ Michael ¿no es así? - cuestionó y el hermano de Logan lo admitió. - Vi
Despertar y ver a Logan de nuevo cerca suyo, fue la mejor forma de comenzar el día para Grecia. Lo tenía ahí otra vez y no dudó en abalanzarse sobre sus brazos para llenarlo de besos, como si esa fuese lo único que deseara hacer en la vida. Logan jamás toleró el contacto tan invasivo, pero estrecharla en sus brazos, al menos con ella, era un sensación indescriptible. No supo cuando se metió tan profundo en su pecho, pero sí que ya había logrado hacerlo sin más que sus insolentes respuestas, su comportamiento poco soportable. Todo lo contrario a lo que siempre dijo que podía gustarle de alguien, no se asomó no por cerca las descripciones que siempre hacía. Grecia lo hacía sonreír sin problema, aún cuando este no tenía intención de hacerlo. __ ¿Segura que estás bien? - le preguntó cuando ella insistió en ir al trabajo, asegurando que ahí no pasaría nada. __ Por enésima vez, sí. Estoy bien, Logan. - no quiso tener ningún contacto con él para no levantar rumores ahí también. - No cre
Grecia observó que toda su oficina estuviera totalmente ordenada antes de salir, pues nunca le gustó el desorden en su lugar de trabajo y en ese nuevo, las cosas no cambiarían. En cuanto salió vio a Logan dentro del vehículo, quien miraba la hora a cada nada hasta que suspiró al verla apareciendo por el cristal de la puerta que abrieron para ella. __ ¿Desde hace cuánto estás ahí? - le preguntó a Logan, quien dejó la puerta abierta para ir por ella. Lo recibió con un abrazo que no sabía que necesitaba, pero se sintió muy bien impregnarse de ese aroma masculino que desprendía. Además de la calidez ofrecida por sus brazos, en verdad era muy satisfactorio para ambos. __ Cinco minutos, creo. - mintió, pues tenía mucho más tiempo esperándola. Ella se había quedado casi una hora más para no dejar cosas pendientes y él había estado ahí todo ese tiempo. __ Puedo acostumbrarme a esto. - dijo dejándolo besarla. - Un pretendiente viniendo por mí todos los días, no pago taxi. Es muy convenient
Logan llamó a Grecia cuando casi dos horas transcurrieron y ella no había salido de su trabajo. Ella no contestó. De nuevo no contestó. Pensó que quizá estaba evitándolo por el divorcio. Tenía razón de estarlo. Ni siquiera lo habían discutido, solo tomó la decisión solo y comprendía que quizás verlo era lo último que deseaba, solo que por teléfono no quería tratar un asunto como ese, así que espero otro par de minutos, siendo lo máximo que pudo soportar sin ir a preguntar de nuevo por ella. __ Continúa en su oficina, señor. - le dijo el guardia de seguridad. - Supongo que hay algún asunto urgente porque ha tardado antes, pero no tanto como ahora. __ Subiré. - avisó, el guardia al saber de quién se trataba no tuvo más alternativa que dejarlo pasar, abriendo la puerta para Logan. En el elevador escribió un mensaje para ella de que estaba yendo a explicarle lo que pasaría, pero el leído se marcó, sin que recibiera una respuesta, otra vez dejándolo con esa sensación extraña de querer
Grecia golpeó el lápiz contra su mano, tratando de no verse tan nerviosa. Tomó una bocanada de aire, enderezó los hombros y exhaló cuando cuando escuchó pasos acercándose a la puerta. Cuando esta se abrió, un hombre de traje sin saco apareció en el umbral. No aparentaba más de unos 32 años, con una mirada de escrutinio real en su mirada, un gesto fácil de interpretar y todo eso iba dirigido a Grecia. Ella no mostró ninguna impresión, aunque sí la tuvo. Saludando como de costumbre lo instó a sentarse. __ Usted dirá ¿que necesita, señor Gilbert? - se vió colaborativa, como si fuese la secretaria que trabajó con Logan.Omar clavó sus ojos en la silla que le ofreció. El escritorio y todo lo que parecía estar en perfectas condiciones.__ Seré breve y directo. Por lo que quiero respuestas de la misma manera. - omitió el saludo. - ¿Que tienes que ver con la muerte de mi hermana? __ ¿Disculpe? - Grecia dejó de moverse, con una auténtica cara de no saber a qué se refería. - No entiendo. ¿P