__ Te gusta mucho hacerme perder la cabeza, niña. Veremos si resistes lo que desatas. - no podía pensar claramente si la tenía así de cerca, menos siendo la misma desafiante que amaba ver el caos que ese hombre causó en ella. __ No me jacto de lo que no soy. - dijo Emma quitándose el abrigo que llevaba por los hombros. Dejó los zapatos que dejó en el suelo y caminó por las escaleras, dando una mirada retadora al hombre que vio como su asistente contoneó las caderas, mientras con lentitud desabrochó la blusa. Cada vez que los pies descalzos de Emma tocaron el mármol, este no hizo más que reparar las piernas torneadas que lo hicieron pasar saliva. __ Te voy a partir el cul0, niña. - murmuró siguiendo sus pasos, la temperatura en el ambiente se volvió similar a estar frente a una caldera. La puerta de su habitación estaba abierta y este ni se esmeró en cerrarla, no había nadie más en la casa y era lo mejor en ese instante, pensó. Los labios de Emma envolvieron los suyos con habilida
Emma no pudo distinguir el lugar donde se encontraba en ese momento. Se movió, sacando los brazos bajo su cuerpo y alejó su cabello de su cara. Las piernas aún le dolían, como también en la unión de estas pudo sentir las secuelas de haber caído de nuevo en sus ideas poco coherentes. Un brazo pesado mantenía su agarre en su cintura, a la vez que una respiración chocó contra la piel de su hombro. No tuvo energía para apartarlo, volvió a dormirse en el mismo lugar, pues el agotamiento era demasiado como para resistirlo. Podía irse el mundo al carajo y ella solo se quedaría ahí, en la cama de su jefe. La siguiente vez que volvió a abrir los ojos fue casi tres horas después y de no ser por sentirse abrumada por el placer que estaba experimentando mal ser follad4 desde su espalda, pudo volverse a dormir, pero Max la tenía en una posición donde casa estocada llegó más profundo y más fuerte. Sintió una mano deslizarse por su espalda hasta aferrarse a su hombro, mientras su orgasmo arrasó
Las preguntas no formuladas estaban ahogando a Emma, sobre todo por la forma en su padre ridículamente creyó que eso era buena idea. __ Necesito sentarme...- caminó desorientada. - No, necesito respuestas, Bernardo. - alzó la voz al enfadarse. - ¿De que carajos estás hablando? ¿Como que mi boda y la de...¿Por qué vas a pagar la boda de un imbécil que no es...Tú me vas a volver loca, papá. ¿Que te ocurre? - reclamó. - En mi boda no te involucras para nada, pero Nataniel sí obtiene tu atención y tú dinero ¿no? __ La sociedad que se dió desde que era tu novio, no se va a romper y si quiero pagar algo de tu boda es porque tú estás en ella.__ Pues no lo necesita. - dijo Max interviniendo en la discusión. - Emma tiene mi dinero a su disposición para hacer o deshacer en nuestra boda lo que guste. No necesita de tus migajas. - reiteró. __ Eso lo decide Emma.__ Y Emma decide que no va a caer en tus tonterías, papá. - recalcó ella. - Lo que sea que quieres lograr con venir a decir esta est
__ Dime qué es una broma. - sugirió Coral al oír a su amiga contarle lo que su padre había pedido. Emma solo cerró los ojos. - ¿Es que ese hombre no se cansa de ser estúpido? Lo siento, Em. Pero me jode como se encarga de hacer lo agradable en desagradable. Retiró los platos de la mesa para lavarlos. __ Hasta parece que su única misión en la vida es eso. __ Me duele la cabeza de solo pensar en lo que dijo. No sé cómo puede dormir creyendo tantas tonterías. - rió siendo lo único que podía esconder el disgusto. - Necesito dormir y dejar de escucharlo.__ No, señora. Ahora cuenta las acciones agradables que hiciste. - movió las cejas y Emma no pudo evitar reír. - ¿No terminaste escaldada? __ A veces creo que tú solo existes para escuchar chismes. __ Análisis cualitativos de los sucesos venideros o que ya sucedieron. No chisme. - se defendió Coral. __ Pues los sucesos que ya sucedieron se quedarán en mi mente. - determinó su amiga. A lo que ella giró sobre las puntas de sus pies. _
Los días no se detuvieron, el agotamiento era mucho, pero aún así el tiempo no tuvo piedad de Emma, quién tuvo que soportar la cercanía de Oriana, la cual buscó cualquier excusa para entrar a la oficina de Maximiliano. Este no disimuló su desagrado y solo la envió a sacar en todas las ocasiones que lo hizo, mientras Emma también vio las intenciones que su ex tenía con ella. Esos roces "accidentales" siempre terminaron con un empujón de su parte. Solo que para Nataniel nada era suficiente, pues ver la cara que Maximiliano ponía cada vez que los veía cerca lo valió todo.Dos semanas pasaron y Emma no lo aguantó más. Lo peor del caso era que aún quedaban detalles.__ Hoy haré mi prueba de vestido. Te invitaría, pero ya pasamos mucho tiempo juntas. - le dijo Oriana a Emma. - Además podrías copiar mi diseño. __ Tranquila, dudo que tus gustos y los míos peguen. - sonrió con galantería, mientras agrupó los papeles que llevó a la oficina de su jefe segundos después. Se aseguró de ponerle s
Emma tenía la finalidad de olvidarse de los momentos únicos que había tenido con Maximiliano los últimos días, pero le fue imposible no hacerlo cuando lo veía a él mirarla de distinta manera desde esa noche casi dos semanas atrás.No podía simplemente ignorar lo que había comenzado a disfrutar su compañía. Tampoco que notara algunas diferencias en él para ella, quería pensar que lo estaba confundiendo todo, pero también esa parte que le reiteró que no tenía mayor fuerza que la renuente a creerlo. __ Estamos a solo dos días del glorioso día. - dijo Nataniel y Emma giró los ojos sin dejar de hacer su trabajo. - Quien lo diría ¿no? Tú y yo en un altar. La vida da muchas vueltas, amor. __ Por eso te marea y te vuelve un baboso. - contestó hastiada de su actitud. - Si tú no tienes un trabajo por el cual responder, no es mi problema, pero yo sí. Por lo que te pido de la forma más amable que te mereces, que te largues de una buena vez, imbécil. __ Que agresiva. - extendió su mano para toc
El gran día llegó. Emma despertó con gran paz, quería estar en otro lugar, pero su cama también era cómoda por lo que estiró su cuerpo para quitarse la pereza que la hizo suspirar al abrazar más su colcha. Ese día sería de calma total...o quizá no, porque la puerta de su habitación fue prácticamente lanzada hacia contra la pared cuando Coral la empujó como si se tratara de un allanamiento.__ ¡Arriba, bella durmiente! - abrió las cortinas y Emma sintió la luz del sol golpear su rostro, cubriéndose rápidamente con su almohada. __ A la bella durmiente la besa su príncipe para despertarla, no su amiga con gritos de loca. - se quejó.__ Porque la bella durmiente no tenía la fortuna de tenerla. - respondió quitándole la colcha a la fuerza. - Ve a la ducha, mientras yo me encargo de traer a los maquillistas. __ Pero mi desayu...__ A la ducha. - señaló mirando la pantalla de su teléfono.__ Si, pero mi...__ Me encargo del resto. Tú solo obedece. - sin poder refutar tuvo que obedecerle a
La fiesta era lo de menos, las miradas cómplices que Emma le lanzaba a su esposo tenían a Max con el razonamiento fundido. No era de bailar, pero tenerla a ella de la cintura, mientras la música de fondo creaba ese momento que los encerró en una burbuja a los dos no lo quisieron romper.Impidieron que cualquiera de las "hienas" como Maximiliano comenzó a llamar a su suegro, ex suegro y su hermano con su esposa desde minutos antes. Sabía que llegarían por lo que cuando fue avisado solo ordenó que por ningún motivo los dejaran entrar al lugar. __ Me permites bailar con la novia. - le dijo uno de sus invitados. __ No. Ya debemos irnos. - dijo este haciendo reír a Emma, quien agradeció no haber elegido zapatos altos para su primer baile con su esposo, pues cada zancada de este pareció decidido a dejar ese sitio atrás. __ ¿Cuál es la prisa? - preguntó Emma.__ Si te respondo dirás que todo quiero sexualizarlo. - rió más fuerte y se colgó de él. - ¿No te quejas ahora? __ No, elijo ser