No puedo evitar sonreír con esperanza, ya que saber que Aaron o sus hombres estaban ahí para salvarme era un alivio.Sin embargo, esa sonrisa rápidamente se desvanece de mi rostro cuando veo a Fred, quien furioso se acerca a mí con pasos rápidos, y tomándome del cuello me empuja contra una pared, haciéndome quejarme por lo mucho que había dolido sentirlo hacer eso.—¿A quién demonios llamaste? —preguntó él de forma agresiva.—No puedo… Respirar… —me quejo intentando empujarlo y alejarlo de mi cuerpo.—Fred, detente —escucho que ordena “el jefe”, logrando controlar a ese idiota agresivo.De mala gana y soltando varios improperios, Fred suelta mi cuello y retrocede, regresando al lado de su jefe para hablar con él en susurros, probablemente planeando o preguntándose que iban a hacer ahora.Yo por mi parte me desplomo de rodillas en el suelo, tosiendo desesperada, mientras toco mi cuello con las manos y me siento muy adolorida. Fui agraviada de una forma realmente dolorosa, nunca creí qu
—¡Aaron! —aterrorizada grito el nombre de mi esposo, viendo como él se pone frente a mí en menos de un segundo, cubriéndome de un disparo certero.Desde una de las ventanas de esa horrible casa, Fred se había atrevido a levantar su pistola y disparar en mi dirección. Afortunadamente o por desgracia, no estoy muy segura de cual, Aaron había escuchado el sonido del disparo, y antes de que yo pudiera darme cuenta, me había cubierto con su propio cuerpo para protegerme.Entonces todo vuelve a comenzar, todos esos hombres que trabajaban para mi esposo se ponen en posición, y rodeándonos a Aaron y a mí, comienzan a disparar de forma enajenada en dirección a la casa, probablemente buscando acabar con el idiota de Fred.Ese cobarde asqueroso, que se había atrevido a dispararme cuando estaba de espaldas y a punto de marcharme, rápidamente se escondió y salió huyendo. No pude ver si alguno de los hombres de Aaron terminaron disparándole y acabando con él, solo lo observé desaparecer de la venta
Me quedo fuera del pasillo por un par de minutos más, hasta que todos los empleados de Aaron comienzan a salir del lugar. Cuando ellos se marchan, ninguno se toma la molestia de mirarme, o si quiera saludarme o decirme alguna palabra amable, se siente como si yo fuera algún tipo de ser invisible para todos ellos, es tan… Frustrante.Cuando esa hermosa mujer rubia sale del lugar, me lanza una nueva mirada llena de furia, sé que, si no estuviéramos rodeadas de gente y fuera de la habitación de Aaron, ella probablemente me hubiera dado una bofetada, culpándome de todo lo que le había pasado a mi esposo.Finalmente me quedo sola, y dudando un poco, me acerco lentamente a la puerta de la habitación de mi esposo, asomándome al interior, mientras siento mi corazón palpitando fuertemente en mi pecho.¿Aaron también está enfadado conmigo por lo que paso? Tiene todo el sentido del mundo que este enfadado, sería lo más normal tomando en cuenta lo que pasó, él siempre me advirtió que Fred le daba
Pasan los días, y yo dedico mis horas a cuidar a Aaron.No lo hago solo porque siento que se lo debo, él ligeramente me salvó la vida al cubrirme de una bala que podría ser mortal para mí. Lo hago por que ha comenzado a ser alguien muy importante para mí, no solo como un amigo, también… Como algo “mas.”He comenzado a sentir cosas reales por Aaron, es extraño, porque ahora mi corazón palpita de una forma muy rara cuando estoy a su lado o permito que él tome mi mano, es como si mi propio cuerpo me traicionara sin remedio cuando se trata de él. Además de que últimamente he comenzado a sentirme tímida, cada vez que él dice mi nombre o me dice algún halago, me siento apenada y a la vez emocionada, aceptando sus dulces halagos y palabras.—¿Tu preparaste todo esto para mí? —pregunta Aaron sorprendido, admirando el plato de comida que traje para él.—Así es —respondo riendo ligeramente, sintiéndome muy nerviosa—, quería sorprenderte.Sé que tenemos criadas, lo he sabido todo este tiempo, pe
Pestañeo un par de veces confundida, ya que me cuesta asimilar un poco lo que él acaba de decirme.—¿Una cita? —pregunto incrédula.Sé que debería sentirme emocionada, ya que recibir una invitación de este tipo del hombre que me gusta debería llenarme de emoción. Pero cuando Aaron me da esta invitación en lo único que puedo pensar es en lo preocupada que me siento, ya que pienso en la reciente herida de su espalda y que pasó mucho tiempo en cama, además de los peligros de salir solos después de todo lo que ha pasado, y como temo que él vuelva a ser lastimado a mi lado.—¿Estás loco? —pregunto presionando sus manos con un poco más de fuerza— Aaron yo… De verdad aprecio tu intención, es lindo que quieras “mejorar” mi primera cita, pero ahora estas demasiado débil, y tu herida…—No soy un ser humano tan delicado, te lo aseguro —me interrumpe Aaron, acercándose un poco más a mí—, voy a estar bien.—Aaron… —vuelvo a llamar su nombre sintiéndome muy angustiada.—Escúchame, me siento bien, l
Nunca antes había admirado la belleza del atardecer, sin embargo ahora que me encuentro al lado de Aaron en este bello lugar, admirando este hermoso paisaje y en un lugar tan bonito, no puedo evitar darme cuenta de ello.—¿Quieres un poco? —escucho que pregunta él a mi lado haciéndome girarme en su dirección.Veo como Aaron sostiene una copa de champagne y la acerca a mí, haciéndome desear ese burbujeante y fragante líquido.—Yo… ¿Puedo beberla? —pregunto algo tímida.—Por supuesto, ¿Por qué no podrías?A veces olvido que tengo 18 años, ya que aun siendo mayor de edad, mi padre me hubiera prohibido rotundamente beber aunque sea un poco de alcohol. Pero ya no estoy con mi padre, ahora estoy al lado de Aaron, y sonriendo suavemente acepto la copa de alcohol que él me ofrece, sonriendo al notar lo bien que me estaba tratando en esta cita.—Brindemos —dice él de pronto—, por una primera cita exitosa.—Por una primera cita exitosa… —repito con una sonrisa.Tras chocar nuestras copas, llevo
Con mi corazón latiendo fuertemente y de forma desesperada en mi pecho, siento como Aaron lentamente baja más sus besos, acercando sus labios a mi pecho, donde sin dudarlo lleva uno de mis pezones a sus labios, haciéndome gemir con mucha fuerza.No estoy acostumbrada a este tipo de toques por un hombre, sé que en el pasado Aaron y yo hicimos ciertas “cosas” estando juntos, pero esta es la primera vez que él de verdad va tan en serio y planea hacerme suya, con mi cuerpo completamente expuesto para él y sus manos calientes tocándome por todos lados.Estoy tan confundida y absorta en lo que está pasando a mi alrededor que no puedo evitar reaccionar con temor cuando siento que él acerca sus dedos a mi sexo, haciéndome jadear y cerrar las piernas como acto reflejo, ya que no es común para mí que alguien toque en esa área tan privada de mi cuerpo.—Tranquila… —susurra él de forma provocadora, mirándome desde su posición— No voy a hacerte daño.Si me hubieran dicho hace solo un par de meses
Agotada, caigo rendida sobre esa pequeña manta en la que estábamos acostados, mientras fuertes jadeos comienzan a escapar de mis labios.—Eres hermosa… —dice Aaron, llevando sus dedos a mis mejillas para acariciarme con suavidad.—Solo estas intentando… Seducirme para hacerlo otra vez —lo acuso, adivinando sus “oscuras” intenciones.No se por cuánto tiempo hemos estado en este jardín botánico, rodeados de las plantas y en esa manta para ese día de campo que nunca cumplimos, estuvimos tanto tiempo aquí que ni siquiera hemos tocado la comida desde que llegamos, es ridículo en cierto punto.Pero no me quejo, desde que llegamos no hemos dejado de hacerlo, por horas y apenas descansando unos minutos, Aaron y yo no hemos dejado de hacer el amor. Aaron es como una especie de bestia insaciable, el cual no puede estar lejos de mí, y aun descansando se la pasa tocando mis lugares sensibles como mis pechos o mi sexo, siempre excitado y deseando más.Y hasta hace un momento yo le seguía el juego,