Narra RobertEl viaje se hizo tan extenso que lo sentí como de una semana, en la hora veintiocho, sentía que ya no quería ir a ningún lado, debí insistirle a mamá para no venir o por lo menos que cambiara el lugar.Cuando ya estoy por entrar en un ataque, escucho la voz de Dios, donde avisan que estamos por aterrizar y que nos preparemos para ello.—Por fin, ya me estorbaba la silla y todo lo que está en este cubículo.Ainoa es una mujer que cuando quiere es insoportable, ¿Qué le pasó a la mujer que no hablaba y que era tímida?Llegando al aeropuerto, abordamos una avioneta que nos llevaría directo a la isla, por lo menos la imagen hacía que esos cincuenta minutos de viaje, valieran la pena. Por algo se le conoce como la perla del pacifico.El repetitivo movimiento de Ainoa me hace mirar como su rodilla tiembla, parece que está nerviosa; es lo mismo que hacía el día de la boda.—Viajó treinta y una horas, ¿y siente miedo por solo cincuenta minutos? No le pasará nada, relájese.Pongo m
Narra AinoaLa ultima vez que sentí las mariposas volar en mi estómago y en mi pecho por un beso, fue hace muchos años; no es adecuado comparar, pero creí que eso que un día sentí a causa del amor que le tenia a Romeo, nunca nadie lo podría despertar.Cierro mis ojos a medida que los labios de Robert se mueven, agarra mi cintura con fuerza y me pega a su cuerpo, otra vez estoy entre el señor Harrison y la pared. La lengua del hombre entra a mi boca y siento como se pasea por mi boca, nuestras cabezas bailan una especie de vals que tiene un ritmo suave. Llevo mis manos alrededor de su cuello y mis dedos se enredan en su cabello. Seguimos besándonos hasta que el aire se nos agota y para no morir por ahogamiento, nos despegamos.Abrir los ojos luego de algo así, es muy extraño, ver a la otra persona y no saber qué hace o la razón de sus actos.—¿Qué hace? —pregunto sintiéndome pequeñita ante él.—Es que… es que no dejabas de hablar y pensé que… yo…Robert mira mis labios cada vez que res
Narra RobertComo hombre es normal ser un poco territoriales, más cuando la imagen de alguien conocido como yo está en juego. Me molesta que alguien puede acercarse a una persona que está conmigo, Ainoa no está conmigo; bueno, si lo está. Es mi esposa a final de cuentas.El beso, el segundo beso que le doy por impulso, son ganas inexplicables por hacer algo que quieres, pero que sabes que no puedes. Es segunda vez que la veo de esa manera tan… Es confuso, no creí que me gustaran sus labios y el olor que tiene. Fue tan excitante tomarla con fuerza por la cintura y besarla con suavidad que no quise soltarla; luego llega este tipito, creyendo que puede acercarse a la rubia más llamativa, tuve que marcar mi espacio, mostrar con quien estaba.Mas tarde escucharla en la habitación, fue el toque que faltaba, no soy el hombre duro que todos imaginan, tengo mi lado sensible que es la familia. Tuve algo en el corazón por su historia.La noche en confianza con alguien que conoce mi vida, a quien
Narra RobertEl viaje de regreso se hizo aun más largo, pero esta vez era diferente porque la compañía de Ainoa era reconfortante. Aquel cubículo que para ella era terrible de compartir conmigo, se convirtió en un espacio agradable. Fueron las treinta y una horas más divertidas, me reí mucho con ella, charlamos de que le gustaba mucho leer novelas cuando era más pequeña; por eso le di el libro de mi padre, era justo que terminara de leerlo y luego me contara que tal era. No es que no me guste leer, solo que no me queda tiempo, el espacio que me queda es el que uso para dormir.Llegando a casa, mamá nos llamó y le contamos un poco de lo que hicimos, no fue duradera la llamada porque llegamos a las ocho de la noche, con el cuerpo cansado y con hambre, la comida del avión se nos quedó en los talones.—Me voy a bañar, me siento muy agotada —dice Ainoa estirando su cuerpo.—Te ves de mal color, eres como un vaso de leche.—Estoy cansada, es eso.Ainoa entra al baño y yo voy a la cocina par
Narra VerónicaTantos días sola me hicieron pensar mucho, eso de ver a Robert y hacer el amor con él fue maravilloso, pero tener luego que irse con aquella mujer por tantos días, me hace pensar en muchas cosas. Sé que no es real su compromiso, que no hay amor entre ellos, pero puede surgir. Una mujer que tiene rasgos físicos agradables —no puedo negar que es muy atractiva. Robert es un hombre hermoso, sexy y muy llamativo.—Cariño, ¿Qué quieres para comer? —pregunta Nikolay.—No quiero nada, no tengo hambre.Nikolay se sienta a mi lado e intenta abrazarme, me hago a un lado para tener mi espacio y el seguía pegándose a mí.—¡Basta! ¿no ves que quiero mi espacio? Estas invadiéndome déjame sola un momento.Mi esposo me mira asombrado, se pone de pie y se va a la habitación.—Cariño, espera.Me siento mal por eso, pero no estoy de ánimos para soportar a nadie, he de pensar que esa mujer Ainoa está con Robert en la forma que me niego a creer.Subo a la habitación y Nikolay está acostado e
Narra RobertAquel mensaje me deja un poco pensativo, recuerdo lo que le dije a Vero, pero no le puedo cumplir. Pienso en Ainoa y ahora es diferente con ella, siento que en ella hay algo que me gusta y es especial; por primera vez me siento bien y sé que puede funcionar, con Vero siempre estuvo esa barrera por su matrimonio, mi familia, la sociedad que nos juzgaría. Estuve en su momento dispuesto a enfrentarlo todo, pero ella me hizo reaccionar al rechazar mi propuesta.Es mejor no ir, no quiero alimentar una relación que no va a ningún lado, toda la energía que absorbió ella mientras estuve a su lado, lo mal que me sentí después, lo depresivo y confundido, se fue cuando compartí con Ainoa.Me baño para ir al trabajo, quiero seguir con mi vida y en otro momento le hago saber cómo están las cosas realmente.—Ya está el desayuno —dice Ainoa acomodando la mesa.—Eso se me delicioso, igual que tú.Le doy un abrazo y le doy un beso en la mejilla.—Te gustará, lo hice con más entusiasmo que
Narra VerónicaEse hijo de puta me dejó por esa sirvienta, ¿Cómo puede dejar de querer de un momento a otro? Todos se empeñaron en hacer mi vida un desastre. Salgo de su maldita compañía de mierda y voy a mi auto, conduzco a toda velocidad hasta mi casa para empacar mis cosas, ya no me interesa seguir con Nikolay, su familia me odia tan al igual que yo a ellos. No quiero volver para humillarme ante él para pedirle que no se divorcie de mí, tengo algo de dinero y puedo solucionarlo, no necesito de Robert y mucho menos de Niko.Llego a la casa y le pido a las empleadas que me ayuden a empacar mis cosas.—Señorita, ¿va algún lado?—Que le interesa, ayúdeme a guardar todo y no pregunte.—Si señora, lamento mi intromisión.La mujer saca todas mis cosas, no dejaré nada, guardo mis carteras, joyas abrigos y todas mis cosas de valor. Nikolay durante estos años me dio una colección entera de piedras preciosas, si algo llega a suceder, me haré cargo de venderlas.En total hice más de diez malet
Narra RobertDejar los puntos claros con Verónica, fue lo mejor que pude hacer. Ella es una mujer caprichosa y que le digan no es muy duro para ella, ya deberá entender que todo no puede ser como quiere, que las personas tienen limites y que no puede disponer de todos cuando ella quiera.Nikolay ha sido de mucha ayuda, es y fue demasiado de mi parte, no debí meterme con su esposa, pero en ese momento mis pensamientos eran otros. Para esa época no había llegado alguien que me hiciera sentir esto, no puedo hacerle esto a un hombre que es de ayuda y a Ainoa que ahora me ha llenado tanto.Dejé que la mujer me golpeara porque lo merezco, pero aun así no podía seguir diciendo que si a lo que deseaba; acetar a estas alturas estar con ella sería un caos para mí, además en mi corazón ya no puedo tenerla. Sin esto que hizo hoy, fuera en otro momento donde estaba tan enamorado de ella, fuera diferente.Vuelvo a medio día a casa, ver Ainoa me hace bien.—La casa tiene un aroma delicioso, mi madre