Narra RobertYa la decisión está tomada, lo hago pensando en mi padre y en lo mucho que lo amo. Ha sido algo que pensé muy seriamente pero es mi única alternativa. Ainoa es una mujer que no tiene donde ir, fácilmente puede cumplir con lo espero y mantenerse en mi casa. Es mi salida ya que Verónica me dio la espalda justo cuando más la necesité.No quiero aprovecharme de la situación de la mujer, solo espero negociar con ella y vernos beneficiados los dos, nadie pierde, todos ganan. Aunque obviamente tenía que asegurarme de que no hubiera nada malo en ella, por lo que solicité toda la información sobre Ainoa. Supe de su vida hasta cierta parte, sé el colegio al que fue y que por cierto no terminó su preparatoria. Sus padres parecen personas normales, no vi nada extraño en ellos, lo extraño fue ese periodo en el que la chica salió de su casa, desconozco la razón pero no quiero involucrarme en algo sin fundamento. Tampoco espero que esto que se ha metido en mi cabeza demore mucho tiempo.
Narra MaloryLa actitud de Robert me sorprende, entiendo lo de la muerte de su padre y esa tristeza no puedo quitársela de la noche a la mañana, hasta comprendo el hecho de querer continuar con el proyecto porque amaba a su padre y quiere honrar su memoria; pero esta vez algo no estaba bien, verlo así por lo de la misteriosa mujer fue algo que nunca había visto. Llegué a creer en algunas razones, como pensar que lo han rechazado o que no existe.—Señora Malory, lamento interrumpirla. Su hijo ha llegado —dice María asomándose en mi despacho de lectura.—Por favor, dile que pase.Robert toca la puerta y la abre sin esperar que lo invite a pasar, ese era un hábito de su padre que el siempre odiaba.—Mamá, ¿Cómo estás?—Bien, estoy leyendo algunos libros que me había recomendado tu padre hace mucho y que me había negado a leer. Ahora he sacado el espacio para descubrir que realmente son maravillosos.—Quizás deba llevarme unos para leerlo en casa.—Claro que sí —respondo cerrando mi libro
Narra AinoaLo que he aceptado, no sé si llamarlo un trabajo. Lo que en conclusión debo hacer es engañar a la gente pero al final eso debe afectar a Robert. Por ahora me sirve lo que tendré, un lugar seguro para mí, un espacio cómodo y algo de dinero para ahorrar. Seis meses no son nada, yo pasé años viviendo en condiciones terribles; así que estar en un espacio así, será como el cielo para mí.—Ainoa, mañana tendremos un almuerzo con mi madre.Escucho al señor, que entra a la cocina con cara de preocupado.—¡Dios! Su madre me va a matar. Será una locura saber que dejó a esa bonita mujer por la empleada…—Ni se le ocurra mencionar eso en frente de mi madre, le dije que fuera prudente. Haga de cuenta que Verónica no existió.¿Cómo quiere que haga eso? ¿Su madre será capaz de alcahuetearle una nueva relación repentina a su hijo? Ya puedo hacerme una idea del tipo de familia que es—¿Qué piensa su madre? ¿Está de acuerdo? Me va a insultar, ¿verdad? ¡Cielos! Va a pensar que soy una de es
Narra Ainoa—Me veo en la obligación de contratar a alguien para que se haga cargo de tu imagen, Ainoa. Ese día asistirá parte de la familia, amigos y socios que deben estar. No quisiera involucrar a nadie pero hay gente que simplemente deben estar. Espero que no te opongas cambios que considere el estilista apropiados.—No señor, no hay problema.—No te ofendas pero… como lo digo sin que te incomodes. Estas un poco desarreglada.No le digo nada porque sé que es verdad, no tengo de que quejarme aunque me lastiman sus palabras.—En una hora vendrá un estilista, mi madre también te asesorará.—Sí señor.Tal como lo dijo, un hombre amanerado llega a la casa junto a otras mujeres; a la hora llega la madre del señor Robert y desde que están aquí, solo me miran de pies a cabeza.—Creo que tienes razón —dice la señora Malory.Es lo que alcanzo a entender, pues estoy leyendo sus labios.—¡Dariana! pásame las tijeras. Esta chica tiene un perro muerto en su cabeza y hay que quitarlo de allí.La
Narra RobertEl rostro de Ainoa cambió de una manera extrema, no parecía la misma mujer de antes. Por lo menos sé que las fotos no quedarán mal.Un día antes de la boda y de sentir el verdadero terror, organizo los asuntos del trabajo y del banco con el abogado, el cual se ha encargado de retener lo más que pueda a los malditos que ya quieren hacer dinero con la compañía de autos.—Ainoa, creo que mi madre vendrá en un rato, recuerde no hablar demás con ella.Conozco a mi madre mejor que nadie y sé que habla hasta por los codos.—No se preocupe.Paso hasta la cocina para tomar algo de café, me levanté antes de mi hora habitual para entrenar y luego organizarme para ir al trabajo.Salgo al jardín y organizo mi rutina, he tratado de mantenerme en forma física y mentalmente. Desde la puerta de mi padre, bajé de peso y me descuidé, es hora de volver a ser yo y darlo todo por el todo.—Señor, le haré una ensalada de frutas, ¿desea algo más?Dejó de hacer mis flexiones de pecho y me pongo e
Narra AinoaSoñé con la boda un día antes de la ceremonia, mis padres me acompañaban, estaban tan felices que puedo jurar que siento en mis manos las lágrimas que limpié de la mejilla de mi padre.Desde que me desperté a las cinco de la mañana, tengo la sensación de mi familia a mi lado; en ese sueño yo sostenía la mano de mi padre y se sentía muy cálida. Me hace sentir triste, desolada y muy pensativa.Me quedé en el jardín y esperé allí hasta que amaneciera por completo.—Veo que tampoco pudo dormir —dice Robert sentándose a mi lado.—Sí dormí, pero me levanté muy temprano. ¿Y usted?—Estuve dando vueltas en la cama, pero no pensaba en la boda, era por trabajo.Robert dice que está tranquilo, pero pareciera que mintiera.—En una hora llegan a organizar todo, puedes quedarte en mi habitación. Yo me cambiaré en casa de mis padres.—Señor, sé que esto es bastante repentino, pero quiero recordarle mi habitación, digo; es porque no he visto movimientos con respecto a eso.—Dormirá en la
Narra AinoaNuestras manos juntas frente al altar, frente a un montón de personas que creen que vienen a la unión de una pareja que se ama. Esto es un gran pecado, no tenemos el perdón de Dios. Lamento padre de Robert, que la unión que quería para su hijo no sea la correcta. No lo conocí, pero respeto su memoria, pensará que no, pero respeto a los muertos —pienso mientras el sacerdote habla.Mis manos tiemblan porque los ojos de las casi cuarenta personas que hay como invitados, están en puestas en mí, más de uno preguntándose quien es la mujer que está junto al gran Robert Harrison; del que todos hablan halagando y exaltando por las hermosas mujeres con las que se junta.—Todos nos hemos reunido para acompañar a una pareja que se ama, que se demuestra su amor y aprecio de todas las formas. Ese mismo amor los ha hecho venir a este altar ante Dios.Nos sentamos a escuchar las palabras del sacerdote, estaba muy nerviosa, temerosa y creyendo que es un error, pero ya es tarde para arrepen
Narra VerónicaCreí conocer todas las emociones, pensé haber vivido todas las experiencias suficientes como para no sorprenderme de nada a estas alturas de mi vida. Pero me di cuenta de que había emociones nuevas, unas que no fueron agradables de sentir. Cuando recibí la invitación del matrimonio de Robert, el corazón se me detuvo, la leí muchas veces hasta el punto de asimilarlo.—¡Oh! vaya que sorpresa, creí recibir invitación de cualquier tipo, pero nunca del matrimonio de Robert Harrison. No sabía que tenía una novia.Miro a Nikolay sorprendido y entusiasmado, yo no puedo decir lo mismo, estoy impactada y no quiero aceptarlo.—¿Quién es esta mujer? Ainoa Welch, no creo saber sobre una mujer llamada así.Frunzo mi ceño por creer tener la idea de ese nombre, sé que lo escuché en algún momento, pero no estoy segura.—Es muy pocos días, me pregunto cual será la razón. A caso no piensan que la fecha es muy cercana a la muerte de su padre, que pensará la gente. El señor Eduard no tiene