Narra RobertLa vida empieza a golpearme fuerte últimamente, parece que el dolor, la desolación y el abandono han llegado para quedarse conmigo.—Señor.—¿Qué quiere Ainoa?—Su madre ha llegado, ¿le digo que pase?No estoy de ánimos para ver a nadie, ni a mi madre.—No, dígale que estoy dormido.Sé que ha venido para saber sobre la supuesta mujer que tenía en mi vida, la supuesta mujer que se casaría conmigo apenas se lo propusiera.—Pero ella dijo que…—¿No entiende? Le dije que no estoy disponible —repito desde mi cama.—Lamento interrumpir tu sueño pero si vengo es porque es importante —dice mi madre abriendo la puerta del cuarto.—Le dije que no quería ver a nadie —menciono mirando a Ainoa que cada vez es más inservible.—¿Por qué te comportas cómo un niño de cinco años? Saca tu trasero de la cama y hablemos.Ainoa sigue para observando lo que pasa.—¿Se va a quedar ahí?La mujer regresa al primer piso y me deja solo con mi madre.—No trates mal a esa muchacha, ya mucho tiene con
Narra Ainoa.En el tiempo que llevo en la casa del señor Robert, no quiero decir que me siento bien, la verdad me siento terrible por la manera en la que él puede ser; su novia como puede estar con un hombre impulsivo, arrogante y humillante. Solo me quedo bajo este techo porque no tengo mi refugio, ya me hace falta mi hogar, mi zona de confort.Por las noches, cuando intento dormir, tengo el fantasma de mi pasado en mi subconsciente. La sonrisa de Romeo se ha borrado de cada recuerdo, los momentos agradables y el cariño que sentía por él. No quisiera que fuera de esta manera, pero es inevitable. Ahora en mis pensamientos, solo tengo imágenes desagradables y memorias perturbadoras que quisiera borrar. Pero hay detonantes que me llevan a mis días más tristes y me envuelvo en mi misma.El señor Robert, me hizo revivir una de las muchas escenas que tuve con Romeo. El sonido de aquel plato, los gritos y todo lo que acompañó ese momento de rabia, me hizo reaccionar sin pensar; sin que me l
Narra VerónicaLamento mucho no poder ayudarle a Robert, estas noches no he dormido pensando en él y en aquella conversación que tuvimos. He mirado su situación en diferentes aspectos y lamento lo que le pasa, pero no puedo tirar mi vida a la basura por él. Desde el día que decidimos iniciar un romance clandestino, sabíamos la situación de vida de cada quien, que estaría basada en sexo y en encuentros de los que nadie podía saber; admito que he cometido un error y es permitir que los sentimientos se involucren. Que a pesar de ser maduros y no dejar que el deseo nos domine, nos hemos fundido en nosotros, dejando que el corazón sea quien hable por nosotros.Con el pasar de los años, pasamos de tener el sexo salvaje que esperaba, a estar pendiente del otro. Empezamos a tener fechas especiales, momentos románticos y dejar que las demostraciones de amor se dieran en lugares distintos que la cama. Aún conservo obsequios que él me ha dado, he disimulado rosas que ha enviado a mi casa, las ce
Narra RobertYa la decisión está tomada, lo hago pensando en mi padre y en lo mucho que lo amo. Ha sido algo que pensé muy seriamente pero es mi única alternativa. Ainoa es una mujer que no tiene donde ir, fácilmente puede cumplir con lo espero y mantenerse en mi casa. Es mi salida ya que Verónica me dio la espalda justo cuando más la necesité.No quiero aprovecharme de la situación de la mujer, solo espero negociar con ella y vernos beneficiados los dos, nadie pierde, todos ganan. Aunque obviamente tenía que asegurarme de que no hubiera nada malo en ella, por lo que solicité toda la información sobre Ainoa. Supe de su vida hasta cierta parte, sé el colegio al que fue y que por cierto no terminó su preparatoria. Sus padres parecen personas normales, no vi nada extraño en ellos, lo extraño fue ese periodo en el que la chica salió de su casa, desconozco la razón pero no quiero involucrarme en algo sin fundamento. Tampoco espero que esto que se ha metido en mi cabeza demore mucho tiempo.
Narra MaloryLa actitud de Robert me sorprende, entiendo lo de la muerte de su padre y esa tristeza no puedo quitársela de la noche a la mañana, hasta comprendo el hecho de querer continuar con el proyecto porque amaba a su padre y quiere honrar su memoria; pero esta vez algo no estaba bien, verlo así por lo de la misteriosa mujer fue algo que nunca había visto. Llegué a creer en algunas razones, como pensar que lo han rechazado o que no existe.—Señora Malory, lamento interrumpirla. Su hijo ha llegado —dice María asomándose en mi despacho de lectura.—Por favor, dile que pase.Robert toca la puerta y la abre sin esperar que lo invite a pasar, ese era un hábito de su padre que el siempre odiaba.—Mamá, ¿Cómo estás?—Bien, estoy leyendo algunos libros que me había recomendado tu padre hace mucho y que me había negado a leer. Ahora he sacado el espacio para descubrir que realmente son maravillosos.—Quizás deba llevarme unos para leerlo en casa.—Claro que sí —respondo cerrando mi libro
Narra AinoaLo que he aceptado, no sé si llamarlo un trabajo. Lo que en conclusión debo hacer es engañar a la gente pero al final eso debe afectar a Robert. Por ahora me sirve lo que tendré, un lugar seguro para mí, un espacio cómodo y algo de dinero para ahorrar. Seis meses no son nada, yo pasé años viviendo en condiciones terribles; así que estar en un espacio así, será como el cielo para mí.—Ainoa, mañana tendremos un almuerzo con mi madre.Escucho al señor, que entra a la cocina con cara de preocupado.—¡Dios! Su madre me va a matar. Será una locura saber que dejó a esa bonita mujer por la empleada…—Ni se le ocurra mencionar eso en frente de mi madre, le dije que fuera prudente. Haga de cuenta que Verónica no existió.¿Cómo quiere que haga eso? ¿Su madre será capaz de alcahuetearle una nueva relación repentina a su hijo? Ya puedo hacerme una idea del tipo de familia que es—¿Qué piensa su madre? ¿Está de acuerdo? Me va a insultar, ¿verdad? ¡Cielos! Va a pensar que soy una de es
Narra Ainoa—Me veo en la obligación de contratar a alguien para que se haga cargo de tu imagen, Ainoa. Ese día asistirá parte de la familia, amigos y socios que deben estar. No quisiera involucrar a nadie pero hay gente que simplemente deben estar. Espero que no te opongas cambios que considere el estilista apropiados.—No señor, no hay problema.—No te ofendas pero… como lo digo sin que te incomodes. Estas un poco desarreglada.No le digo nada porque sé que es verdad, no tengo de que quejarme aunque me lastiman sus palabras.—En una hora vendrá un estilista, mi madre también te asesorará.—Sí señor.Tal como lo dijo, un hombre amanerado llega a la casa junto a otras mujeres; a la hora llega la madre del señor Robert y desde que están aquí, solo me miran de pies a cabeza.—Creo que tienes razón —dice la señora Malory.Es lo que alcanzo a entender, pues estoy leyendo sus labios.—¡Dariana! pásame las tijeras. Esta chica tiene un perro muerto en su cabeza y hay que quitarlo de allí.La
Narra RobertEl rostro de Ainoa cambió de una manera extrema, no parecía la misma mujer de antes. Por lo menos sé que las fotos no quedarán mal.Un día antes de la boda y de sentir el verdadero terror, organizo los asuntos del trabajo y del banco con el abogado, el cual se ha encargado de retener lo más que pueda a los malditos que ya quieren hacer dinero con la compañía de autos.—Ainoa, creo que mi madre vendrá en un rato, recuerde no hablar demás con ella.Conozco a mi madre mejor que nadie y sé que habla hasta por los codos.—No se preocupe.Paso hasta la cocina para tomar algo de café, me levanté antes de mi hora habitual para entrenar y luego organizarme para ir al trabajo.Salgo al jardín y organizo mi rutina, he tratado de mantenerme en forma física y mentalmente. Desde la puerta de mi padre, bajé de peso y me descuidé, es hora de volver a ser yo y darlo todo por el todo.—Señor, le haré una ensalada de frutas, ¿desea algo más?Dejó de hacer mis flexiones de pecho y me pongo e