Narra RomeoHan pasado tres largos años desde que decidimos estar juntos, han sido buenos pero de apoco extraño mis espacios.—¿Lograste terminar lo que estabas haciendo? —pregunta Ainoa apareciendo en la sala con su pijama puesta.—No, aun me falta, apenas termine voy contigo a la cama—respondo sin mirarle.—¿Quieres que te acompañe? —menciona acercándose hasta donde yo estoy.—No, no hace falta, ve a dormir tranquila.Es un momento en el que quiero trabajar en soledad, no necesito compañía, creo que podría distraerme. Tengo que hacer las cosas bien porque el trabajo estos días se ha hecho un poco pasado.Al finalizar con mi entrega de mañana, voy al cuarto donde ya duerme mi compañera de cama y aprovecho para empacar algunas cosas, debo viajar temprano para llevar mi cuadro.—Ya estás aquí —la chica nota mi presencia y se acomoda para verme mejor.—Acabo de terminar —respondo sacando una muda de ropa de nuestro closet.—¿Qué haces? —pregunta con su ceño fruncido, parece no comprende
Narra AinoaAntes me gustaban mucho los espejos, amaba ver mi reflejo en las ventanas o cualquier cristal que me permitiera verme, mis padres me decían que era demasiado vanidosa, pero al final siempre estaban de acuerdo conmigo con que me veía fantástica. Últimamente me da temor acercarme al espejo del baño porque mi rostro y mi cuerpo lucen demacrados, me he descuidado tanto que siento que la luz que me caracterizaba se me ha perdido.Hoy creo que será una buena oportunidad para rescatar a la mujer bella que soy, Romeo me ha dicho que para compensar sus días por fuera, iremos a una feria y sus amigos le han pedido ir.—¿Ya estas lista? —pregunta desde la sala, es un hombre impaciente, se vuelve loco cuando lo hacen esperar, pero me he tomado tiempo porque quiero verme preciosa.Saco mis maquillajes de mi bolsa, no son muchos, nunca he tenido muchos pero los que tengo me servirán para mejorar mi aspecto; hace bastante no uso un polvo compacto y creo que ya estaba por olvidar como se
Narra AinoaLo difícil de las situaciones que suceden en pareja son por falta de comunicación, si las cosas se hablaran en su debido momento se podrían prevenir un mundo de malos ratos.Creí que el momento terrorífico había sido por esa fuerte discusión que tuvo Romeo con ese hombre, pero no, el momento de terror fue al llegar a la casa, estaba tan molesto conmigo que no comprendía lo que había hecho mal, me sentía culpable de su ojo morado y de su labio sangrado, pero no sabía la razón exacta de mi equivocación—No debiste ponerte esa ropa —menciona caminado de un lado para el otro en la habitación.—¿Por qué? Creí que me quedaba bien, tampoco era tan corto —digo saliendo del cuarto para buscar hielo, no quiero que su cara se pongo peor.—A veces creo que puedes ser tan tonta que no te comprendo, es como si no tuvieras cuatro dedos de frente —sigue diciendo des de la habitación.Yo saco hielo y lo meto dentro de una toalla para que sus golpes se alivien, regreso a la habitación y aq
Narra RomeoNunca antes había conocido el verdadero amor, ni con mis padres experimenté ese sentimiento tan fuerte, con Ainoa lo he experimentado de todas las formas posible, es como si me hubiera transformado por ella, la amo tanto que debo enseñarle, debo educarla un poco para que ande por la vida como debe ser. Ella no sabe que allá afuera hay un mundo perverso y tengo que abrirle los ojos como sea, siento que ha crecido tan sobreprotegida por mí que es como una niña indefensa, cada decisión que tomo es lo mejor por su bienestar, entre eso que ande desapercibida, que no se haga notar con esa absurdas cosas que han creado solo para provocar a los hombres, para alimentar el morbo y la perversidad. Ella no sabe de los animales internos que existen dentro de cada uno de los que llevamos un pene entre las piernas por lo que la pueden hacer una mujer infeliz.—¿Cómo va tu mano? —pregunta ella dejando una venda con hielo a mi lado.—Más o menos —respondo acostado en mi sillón.Tengo cinc
Narra AinoaHan pasado los años y de forma inesperada esa joven feliz de dieciocho años murió el día que ha decidido salir de casa, amanezco muchas mañanas con el arrepentimiento de haberme marchado de un lugar donde de verdad me amaban, a estas instancias debo seguir soportando porque juré no volver a lo que era, no voy a romper mi palabra, además mis padres nunca me buscaron, fue la señal perfecta para saber que no les importaba si volvía o no.Desde hace unos años mi mundo de colores se ha ido pintando en gris, mis amaneceres de tranquilidad, los besos que me despertaban, los desayunos que me preparaban, las caricias y abrazos consentidores se fueron a la mierda hace mucho, por ratos quisiera alejarme de Romeo, quisiera salir de casa corriendo cuando él no está, porque tenemos discusiones fuertes y en esos instantes de mucho enojo me siento con el valor de irme sin mirar atrás, pero solo le basta con tocarme, decirme que me ama, decirme que soy lo más importante en su vida y olvido
Narra AinoaHoy cumplo mis veinticuatro años, un día que dejó de ser especial desde hace un tiempo, ni yo lo recordaba, supe porque vi el calendario por accidente y noté que era mi cumpleaños; Romeo lo empezó a olvidar desde que cumplimos unos cuatro o cinco años de ser pareja, la primera vez me dolió y me sentí muy triste, quería morirme porque me había acostumbrado a que ese día debía ser mágico e inolvidable para mí, pero ya es un día más, ya no importa, es como todos los anteriores en los que solo quiero que ya sea de noche para irme a dormir.—Cariño, ¿Dónde estás? —dice él desde afuera del cuarto.—Estoy cambiando mi ropa —respondo y al instante escucho que quiere abrir la puerta.—Deja de ponerle seguro a las puertas, no sé qué puedes ocultar de mí.—Lo siento, creo que lo hago sin pensar.Voy hasta la puerta y le quito el seguro, el hombre abre y me mira de pies a cabeza, luego mira alrededor del cuarto como si yo escondiera algo, parece tomado por como luce.—¿Necesitas algo
Narra RomeoHoy me levanto deseando que sea un día diferente, es lo que me digo cada maldita mañana para saber si algo cambia, me siento en mi banco de madera, trago saliva con nervios y tomo mi pincel más delgado para hacer trazos, lo unto de pintura, respiro hondo y trato de mentalizarme.—Tu puedes, solo has lo que hacías antes, deja que tu mano baile al compás de la música, que la inspiración llegue a ti —me digo a mismo para darme un poco de moral.Cierro los ojos, cuento hasta diez, respiro con tranquilidad y sin pensar más pego el pincel al lienzo, sin tener claro lo que quiero dejo que los trazos salgan haciendo caminos con la pintura, no paro hasta que ya no queda más tinta en las celdas de mi pincel, me pongo de pie y me alejo para ver lo que ha surgido, trato de ser creativo y mirar que puedo sacar del montón de líneas que he hecho, inclino mi cabeza en diferentes ángulos, giro el lienzo en diferentes posiciones y nada viene a mi cabeza, me vuelvo alejar para mirar desde la
Narra RobertA lo largo de mi vida como adulto “responsable” he notado que mi relación más larga es con mi trabajo, porque las relaciones amorosas son una mierda, lo reconozco, no me da pena admitir que en el amor me va como un culo, tanto que las mujeres que llegan a mi vida con las misma se van, quise tener novia, me refiero a una que pueda presentar a mis padres y a la que lleve a las cenas familiares, pero con la que más he durado han sido dos semanas, lo hacen porque no aguanta mi estilo de llevar las cosas, no comprendo, les doy la oportunidad de estar conmigo, de tener el título de “mi novia” pero no por eso vamos a estar las veinticuatro horas del día juntos, podemos tener vidas independientes y a la vez podemos hacer cosas de novios, como les puede costar aceptar una relación libre, ¿Por qué todas quieres amarrarse a un compromiso? Acaso no saben que apenas lo hagan sus posibilidades de conocer a nuevos seres se les acaba, que ya no podrán hacer tantas cosas, que vivirán limi