Narra RobertMi tiempo en Miami ha sido fenomenal, estaba algo loco al principio pero me adapté más rápido de lo pensado, algunas veces me levantaba creyendo que estaba en mi casa o cuando salía me perdía creyendo que estaba en Italia, fue chistoso, lástima que no tenía con quien compartir esos ratos; no quiero decir que he estado completamente solo, tengo amigas y algunos amigos, conocidos y demás pero no alguien que comparta más tiempo del normal conmigo.Desde que estoy viviendo solo debo estar al tanto de muchas cosas, no quería tener una muchacha de servicio ni nada por el estilo, no me gusta que las cosas intimas de mi casa las tenga que presenciar otro, además tengo una imagen que mantener y un apellido al cual no debo manchar por lo que me choca saber que un forastero puede decir lo que ve y escucha en mi propiedad.Una noche recuerdo que llegué demasiado tarde a casa, creí que tenía comida o algo para preparar pero no tenía ni agua, había olvidado hacer compras, era demasiado
Narra AinoaCada día me convenzo de que fue la mejor decisión, Romeo es un hombre maravilloso que cada mañana me sorprende con cosas diferentes, se ha encargado de hacerme vivir días completos de armonía, es como si viviera en una fantasía de esas de mis historias favoritas.Desde el mes número uno hemos querido guardar recuerdos de cada lugar al que vamos, Romeo compro un álbum de fotos el cual queremos llenar con todos los lugares a los que hemos ido juntos, nunca antes me había sentido tan libre como este momento; solo nos basta un par de cosas en la mochila, su motocicleta, las ganas de comernos al mundo, él y yo.Esta mañana lo he acompañado a un museo al cual lo han invitado, me asombro aun por como ama lo que hace, es tan apasionado que inspira a muchos a seguir su ideología de la vida, admiro todo él. A pesar de ser relajado con su forma de vivir, es muy responsable, siempre es disciplinado con sus trabajos; no importa que tan temprano deba levantarse o que tan tarde deba dorm
Narra RomeoHan pasado tres largos años desde que decidimos estar juntos, han sido buenos pero de apoco extraño mis espacios.—¿Lograste terminar lo que estabas haciendo? —pregunta Ainoa apareciendo en la sala con su pijama puesta.—No, aun me falta, apenas termine voy contigo a la cama—respondo sin mirarle.—¿Quieres que te acompañe? —menciona acercándose hasta donde yo estoy.—No, no hace falta, ve a dormir tranquila.Es un momento en el que quiero trabajar en soledad, no necesito compañía, creo que podría distraerme. Tengo que hacer las cosas bien porque el trabajo estos días se ha hecho un poco pasado.Al finalizar con mi entrega de mañana, voy al cuarto donde ya duerme mi compañera de cama y aprovecho para empacar algunas cosas, debo viajar temprano para llevar mi cuadro.—Ya estás aquí —la chica nota mi presencia y se acomoda para verme mejor.—Acabo de terminar —respondo sacando una muda de ropa de nuestro closet.—¿Qué haces? —pregunta con su ceño fruncido, parece no comprende
Narra AinoaAntes me gustaban mucho los espejos, amaba ver mi reflejo en las ventanas o cualquier cristal que me permitiera verme, mis padres me decían que era demasiado vanidosa, pero al final siempre estaban de acuerdo conmigo con que me veía fantástica. Últimamente me da temor acercarme al espejo del baño porque mi rostro y mi cuerpo lucen demacrados, me he descuidado tanto que siento que la luz que me caracterizaba se me ha perdido.Hoy creo que será una buena oportunidad para rescatar a la mujer bella que soy, Romeo me ha dicho que para compensar sus días por fuera, iremos a una feria y sus amigos le han pedido ir.—¿Ya estas lista? —pregunta desde la sala, es un hombre impaciente, se vuelve loco cuando lo hacen esperar, pero me he tomado tiempo porque quiero verme preciosa.Saco mis maquillajes de mi bolsa, no son muchos, nunca he tenido muchos pero los que tengo me servirán para mejorar mi aspecto; hace bastante no uso un polvo compacto y creo que ya estaba por olvidar como se
Narra AinoaLo difícil de las situaciones que suceden en pareja son por falta de comunicación, si las cosas se hablaran en su debido momento se podrían prevenir un mundo de malos ratos.Creí que el momento terrorífico había sido por esa fuerte discusión que tuvo Romeo con ese hombre, pero no, el momento de terror fue al llegar a la casa, estaba tan molesto conmigo que no comprendía lo que había hecho mal, me sentía culpable de su ojo morado y de su labio sangrado, pero no sabía la razón exacta de mi equivocación—No debiste ponerte esa ropa —menciona caminado de un lado para el otro en la habitación.—¿Por qué? Creí que me quedaba bien, tampoco era tan corto —digo saliendo del cuarto para buscar hielo, no quiero que su cara se pongo peor.—A veces creo que puedes ser tan tonta que no te comprendo, es como si no tuvieras cuatro dedos de frente —sigue diciendo des de la habitación.Yo saco hielo y lo meto dentro de una toalla para que sus golpes se alivien, regreso a la habitación y aq
Narra RomeoNunca antes había conocido el verdadero amor, ni con mis padres experimenté ese sentimiento tan fuerte, con Ainoa lo he experimentado de todas las formas posible, es como si me hubiera transformado por ella, la amo tanto que debo enseñarle, debo educarla un poco para que ande por la vida como debe ser. Ella no sabe que allá afuera hay un mundo perverso y tengo que abrirle los ojos como sea, siento que ha crecido tan sobreprotegida por mí que es como una niña indefensa, cada decisión que tomo es lo mejor por su bienestar, entre eso que ande desapercibida, que no se haga notar con esa absurdas cosas que han creado solo para provocar a los hombres, para alimentar el morbo y la perversidad. Ella no sabe de los animales internos que existen dentro de cada uno de los que llevamos un pene entre las piernas por lo que la pueden hacer una mujer infeliz.—¿Cómo va tu mano? —pregunta ella dejando una venda con hielo a mi lado.—Más o menos —respondo acostado en mi sillón.Tengo cinc
Narra AinoaHan pasado los años y de forma inesperada esa joven feliz de dieciocho años murió el día que ha decidido salir de casa, amanezco muchas mañanas con el arrepentimiento de haberme marchado de un lugar donde de verdad me amaban, a estas instancias debo seguir soportando porque juré no volver a lo que era, no voy a romper mi palabra, además mis padres nunca me buscaron, fue la señal perfecta para saber que no les importaba si volvía o no.Desde hace unos años mi mundo de colores se ha ido pintando en gris, mis amaneceres de tranquilidad, los besos que me despertaban, los desayunos que me preparaban, las caricias y abrazos consentidores se fueron a la mierda hace mucho, por ratos quisiera alejarme de Romeo, quisiera salir de casa corriendo cuando él no está, porque tenemos discusiones fuertes y en esos instantes de mucho enojo me siento con el valor de irme sin mirar atrás, pero solo le basta con tocarme, decirme que me ama, decirme que soy lo más importante en su vida y olvido
Narra AinoaHoy cumplo mis veinticuatro años, un día que dejó de ser especial desde hace un tiempo, ni yo lo recordaba, supe porque vi el calendario por accidente y noté que era mi cumpleaños; Romeo lo empezó a olvidar desde que cumplimos unos cuatro o cinco años de ser pareja, la primera vez me dolió y me sentí muy triste, quería morirme porque me había acostumbrado a que ese día debía ser mágico e inolvidable para mí, pero ya es un día más, ya no importa, es como todos los anteriores en los que solo quiero que ya sea de noche para irme a dormir.—Cariño, ¿Dónde estás? —dice él desde afuera del cuarto.—Estoy cambiando mi ropa —respondo y al instante escucho que quiere abrir la puerta.—Deja de ponerle seguro a las puertas, no sé qué puedes ocultar de mí.—Lo siento, creo que lo hago sin pensar.Voy hasta la puerta y le quito el seguro, el hombre abre y me mira de pies a cabeza, luego mira alrededor del cuarto como si yo escondiera algo, parece tomado por como luce.—¿Necesitas algo