Jason quería asegurarse de que Camille estuviera bien, antes de continuar con la cruzada que tenían entre manos. Los culpables de lo sucedido a su mujer iban a pagar, pero antes, tenía que verla.—¿Se cumplieron mis órdenes de llevar a Camille al cuartel general de Las Cobras? —le preguntó a Wilson, cuando subieron a los automóviles.—Sí —respondió Wilson—. Llegaron hace diez minutos y los instalaron en tus habitaciones.—Llama a esos soldados que la llevaron y ordénales que se queden frente a su puerta. No creo que haya problemas allí, pero no podemos confiarnos. No dejaré descuidada por segunda vez la seguridad de ella y de Darrin.Wilson obedeció de inmediato, él también estaba de acuerdo con su jefe que había que extremar las precauciones. Los que estaban detrás del ataque, podían querer terminar el trabajo y siempre había uno que otro soldado que sucumbía a sobornos.Cuando llegaron, uno de los miembros del consejo se interpuso en el medio de Jason exigiendo una explicación. Él e
Jason sonreía mientras veía, desde su auto, como Bruce entreabría la cortina de una de las ventanas del apartamento para observar hacia afuera. Se veía nervioso al hombre que una vez se burló, cuando no sabía a quién estaba enfrentando.—Pensé que tendría mejor seguridad, considerando quién es su familia —comentó Wade inclinándose para ver fuera del auto.—Supongo que piensa que somos unos idiotas. Que nos iremos si no vemos a sus hombres —dijo Jason con ironía—, dentro del apartamento debe haber alguien col él. No creo que lo hayan dejado completamente solo.—¿Qué haremos?, ¿iremos por él ahora o vamos a esperar? —preguntó Wade.Él lo tenía claro, lo mejor era terminar cuanto antes el trabajo. Lo privaría de jugar con Bruce, pero le daría la oportunidad de regresar junto a Camille. Y en ese momento, ella era lo más importante.Sin perder más tiempo, se bajó del vehículo y lideró a sus hombres dentro del edificio. Fue delante en todo momento, guiando, tomando las decisiones. Cuando ll
Amber caminaba de un lado al otro de la habitación con nerviosismo. Era la llamada número doce que le hacía a Bruce y él no contestaba. No estaba acostumbrada a ser ignorada, menos, en la situación que se encontraban, por ello, insistió. Pero al ver que pasaban los segundos y era enviada al buzón de voz, solo pudo pensar en una explicación, Bruce ya no vivía. Gotas de sudor comenzaron a rodar por su cuerpo y el corazón se le aceleró enloquecido, al imaginar que vendrían por ella. El instinto le ordenó que saliera corriendo sin mirar atrás, pero se negaba a hacerlo. Se merecía vivir en aquella casa y gozar de los privilegios de pertenecer a la familia Norwood. No podía creer que todo estuviera en peligro por una arribista que había aceptado hacerse pasar por ella. Pero cuando recibió una llamada de un empleado fiel a sus padres y le confirmó la muerte de Bruce, no le quedó más remedio que dejar sus posesiones más valiosas y salir huyendo. Corrió por el pasillo intentando llegar al p
La ducha no fue tan rápida como Jason hubiera querido. Tenía sangre por todas partes y le resultó difícil sacarla toda. Quería llegar a Camille sin nada que le hiciera temer de él.Pensó encontrarla dormida. Descansando del día agotador que había tenido. Sin embargo, ella lo esperaba recostada en la cama mientras revisaba el teléfono que tenía en las manos.—Me acaban de informar que tus padres vinieron por Darrin, ¿Por qué desobedeciste mi orden de permanecer aquí dentro? —él no quería que su voz se escuchara autoritaria, pero que ella hubiera expuesto a su hijo al peligro, no le gustó ni un poco.—Quería que estuviera en un lugar conocido. Se veía nervioso estando en este lugar tan… lleno de armas por todas partes —respondió ella, sin hacer caso del tono de voz—. No lo envié solo, el hombre que lo cuidó mientras estuvo en el hospital durante la cirugía, estuvo aquí para verlo y envió algunos hombres para su protección, ¿no confías en él?—Lo hago, pero ese no es el punto, me desobed
Camille observaba a Jason con una sonrisa enamorada. Desde el primer día que lo conoció hasta ese instante, no lo había visto tan relajado y desprendiendo tanta energía positiva como en ese momento. Sin máscaras de por medio y sin tener que fingir lo que no era delante de otras personas, él se veía mucho más joven que la edad que en realidad tenía. Cuando le sonreía, el corazón de ella latía un poco más rápido y sentía mariposas en el estómago. Si alguien lo hubiera dicho meses atrás, que se iba a enamorar del hombre que dirigía una de las organizaciones criminales más peligrosas de la ciudad, se hubiese reído en su cara.Él se movió hacia la nevera y ella le quitó la mirada de encima, observó a su alrededor, deteniéndose unos segundos en cada miembro del personal de la cocina. Ellos se veían incómodos, con su jefe preparándole el desayuno a una mujer, cuando para él nunca lo había hecho. La sorpresa reflejada en sus rostros, era casi cómica.—Mi intención era llevarte el desayuno a l
—Por supuesto, quiero ver quién se atreve de impedirte entrar. Bennett no lo hará, te lo aseguro. —respondió Jason. —Pero tu hermano dijo… —Cuando ese cero a la izquierda tenga voz y voto en la familia, ahí si me voy a preocupar, mientras, me importa una m****a lo que diga. —la interrumpió él. Luego, con una sonrisa y mostrándole la bandeja, le pidió que lo siguiera hasta una de las terrazas para disfrutar del desayuno. Dos horas después, Jason llamó a Wilson Hale. Las nuevas órdenes para su empleado de más confianza, eran incrementar los soldados que cuidaban a la familia Olivares. Quería tenerlos protegidos hasta que terminara la reunión en la casa de su abuelo. Wilson estaba de acuerdo. En las familias perjudicadas, se había registrado movimiento sospechoso. Sus informantes le habían advertido que tuvieran cuidado con un posible ataque, era posible que intentaran cualquier cosa en su contra. —Por ahora le están llorando a mi abuelo, pero hay que mantenernos alerta. Cuida de la
Jason detectó sonrisas ocultas llenas de burla entre los presentes. Sabía que ellos estaban pensando que él se doblegaría y renunciaría a su orgullo frente a personas que no tenían ningún valor. Esperaban verlo sin dignidad, suplicándole a su abuelo, por lo que le daba en ese momento a extraños que no tenían vínculos con la familia. Pero no le daría la satisfacción de ver cuánto le dolía la traición de Bennett. Tomó a Camille de la mano, se acercó al anciano y le dijo lo que pensaba hacer.—Si quieres tu dinero de vuelta, lo tendrás. Lo tomé para complacerte, no porque me hiciera falta —El rostro de Bennett se puso rojo por la cólera. Su nieto solo hablaba para enojarlo más y más.—Desafías a tu familia por una mujer…—No voy a permitir que hables mal de mi mujer —Jason interrumpió a Bennett, no quería escucharlo decir palabras despectivas de Camille.—¡Tu mujer es Amber! —exclamó con furia Bennett—, me estás haciendo romper la promesa que le hice a su abuelo.—Traté de complacerte, p
Camille no sabía que decirle, quería reconfortarlo, pero a la vez, supuso que a él no le iba a gustar.—¿Tuviste miedo ahí dentro? —le preguntó él, cuando subieron al auto que los llevaría de regreso al cuartel general del Sindicato.—Lo tuve, pero sabía que me ibas a proteger —respondió ella con una sonrisa.—Y lo haré siempre, no dudes nunca, que daré mi vida para protegerte.—Espero que nunca estemos en esa situación. —La sonrisa que dibujaba sus labios, murió. Solo de imaginar que él tuviera que morir para que ella viviera, le daba un poco de ansiedad.Jason levantó un dedo y comenzó una leve caricia por una de las mejillas de Camille, fue bajando poco a poco hasta llegar a la barbilla y con suavidad, pero con firmeza le hizo mirarlo a los ojos. Durante varios segundos ninguno de los dos pudo apartar la mirada, hasta que él se inclinó sobre ella y la besó hasta dejarla sin aliento. Quería distraerla de una conversación que no tendría las palabras que su mujer quería escuchar. Dese