—¿Esas personas no tienen nada que hacer que estar molestándote? ¡Que se busquen un oficio! —exclamó Evaline enojada.La mujer estaba indignada. Su hija le había contado el encuentro que había tenido con Bruce y eso la puso colérica.—Habla bajo, mamá, no quiero que mi papá o mis hermanos te escuchen —le pidió Camille susurrando.—Lo siento, cariño, la ira pudo conmigo —se disculpó Evaline.Las dos mujeres querían evitar una tragedia. Los hombres de la familia habían expresado su disposición a ir contra las familias Norwood y Thrasher si intentaban acercarse a ella. Tenían armas guardas en la casa por si les hacían falta para defenderse. Ellas esperaban que, por el tiempo que había transcurrido, que no la buscaran para proponerle más tratos injustos. Sin embargo, la presencia de Bruce frente a ella, les decía que no la olvidaron por completo.—Espero que no vuelva, le dejé claro que no quiero nada con él. —dijo Camille para calmar a su madre.—¿Por qué pensó que le dirías que sí a su
Wilson le mostró una carpeta. Allí estaba toda la información que había podido reunir.Jason la tomó tan rápido, que por un instante parecía que se la iba a arrebatar de las manos. Lo primero que vio cuando abrió la carpeta, fue un sobre abierto, con el sello de un laboratorio. Frunció el ceño concentrado mientras sacaba el documento que estaba dentro. Tenía mucho interés en saber lo que decía allí. Segundos después, con el papel en las manos, la respiración y los latidos del corazón se le aceleraron. No podía creer lo que leía sus ojos.—¿Te aseguraste que no hubiera fallos en el resultado? —le inquirió a Hale, mostrándole el papel.—Estuve todo el tiempo que me fue posible, en ese laboratorio. No creo que hayan falsificado lo que dice en el papel —respondió Wilson.—No esperé nunca este resultado. Nunca sospeché que no fuera hijo de ella. —le dijo Jason a su empleado.Jason no podía quitar la mirada de ese papel, ni siquiera le había dado una hojeada al resto de los documentos. Darr
A la mañana siguiente, Jason fue a buscar a Camille. Sabía que estaba en la casa de sus padres, por eso, fue directo allí. Evaline le abrió la puerta. Lo recibió en la entrada sin dejarlo acceder al interior de la vivienda.—Vine a ver a Camille, si le dice que estoy aquí, se lo agradecería.—Mi hija no está, pero en el caso de que, si estuviera aquí, no dejaría que se acerque a ella —respondió Evaline.—No me voy a ir sin hablar con ella —dijo él y quitando a la mujer mayor del medio, ingresó a la casa.Ella le ordenó que se fuera, le repitió una y otra vez que Camille no estaba y que no iba a regresar. Pero él no la creía, no era posible que ella se hubiera ido y él no lo supiera.—Se fue anoche, y no va a volver hasta que se olviden de ella y la dejen en paz. —Evaline se alegró de que su hija se hubiera ido cuando lo hizo.Sin hacer caso de los gritos de Evaline, recorrió habitación por habitación. Quería cerciorarse de que era cierto. Que no lo estaban engañando otra vez. Pero cua
Quince días después de la partida de Camille, Jason obtuvo la información que tanto esperaba. Wilson Hale le dio todo lo que necesitaba dentro de una carpeta. La ubicación de ella y de su hijo, incluyendo fotografías. El hombre había puesto mucho empeño en encontrarlos, de tanto cuidar a Darrin, se encariñó con él. Deseaba que continuara con el mismo cuidado que él le había brindado y no creía que fuera posible después de estar bajo la protección del Sindicato. Luego de descubrir su procedencia y lo sucedido entre sus padres, deseaba, junto a su familia sustituta, que tuviera la mejor de las vidas. Algo contradictorio, si comparaba su trabajo habitual, donde tenía que quitar y no preservar la vida.Lo primero que hizo Jason cuando tuvo la carpeta entre sus manos, fue buscar, con quien estaban viviendo. Quién era el dueño de la casa y quienes más la acompañaban. Suspiró aliviado cuando vio que era una casa de huéspedes de pocas habitaciones dirigida por una anciana y una pequeña famili
Bruce se acercó a Darius Pound y le ofreció una botella de cerveza. Hacía dos días que las personas que envió por él, lo encontraron. Él lo había mantenido en un pequeño apartamento alejado de la ciudad. Cerca de donde vivía Camille y su hijo.—No es que me queje de este apartamento, pero me prometieron un trabajo con buena remuneración. —le dijo Darius, siguiendo con la conversación que mantenían—. Hasta ahora me han mantenido aquí, escondido, sin darme detalles de mi nuevo trabajo.—Todo a su debido tiempo, de igual forma, este tiempo se pagará —respondió Bruce sentándose frente al padre de Darrin.Para alguien que no le gustaba quejarse, no había parado de hacerlo desde su llegada. Lo estaba fastidiando con tantas preguntas. Otro, en su lugar, estaría disfrutando del pequeño descanso. Pero si lo que quería era salir de allí, con gusto lo iba a complacer. Sacó un dosier y se lo entregó a Darius, quien lo tomó con rapidez. Nada más ver a Camille en la primera página, levantó la cabez
Día siguiente, cerca del mediodíaCamille regresaba feliz, Bárbara, la dueña del hostal, la recomendó en una tienda local para trabajar. Lo había conseguido, el empleo era suyo. Podría comenzar una nueva vida, cuando creyó que sería imposible. Nada más salir de la entrevista llamó a su madre, Evaline estaba preocupada por Darrin, pero cuando le dijo que Bárbara se ofreció a cuidarlo hasta que pudiera pagar una niñera, su madre gritó de felicidad.—En cuanto sea posible, iré a visitarte. Si me gusta el lugar, me mudó para estar cerca de ustedes —prometió Evaline.—El trabajo de mi papá hará imposible que puedan venir —le recordó Camille.—Quizás él pueda encontrar trabajo en esa ciudad o cerca —contesto Evaline—. Además, no está tan lejos del que tiene ahora.Ella no continuó contrariándola, si su madre se proponía irse a vivir con ella y Darrin, lo iba a hacer, aunque todos en la familia le dijeran que no podía ser.Menos de veinte minutos más tarde, después de terminada la llamada, C
Antes de llegar al lobby del hostal, Camille recibió otro mensaje. En él, le señalaban una dirección y le ordenaban ir sola. Si sospechaban que había llamado a la policía, matarían a su hijo. Ella no había considerado esa opción, no tenía tiempo que perder. Volvió a revisar el arma, se aseguró de que estuviera cargada y que no tuviera ningún problema para disparar. Bajo la mirada llorosa y atenta de Bárbara, subió al auto que su padre le prestó. Puso las coordenadas en el GPS, tomó una respiración profunda y marchó al destino que le esperaba.Diez minutos después, Camille llegó a un sitio donde solo había edificios que parecían almacenes abandonados. Sacó el arma de la guantera del auto, la escondió entre la ropa y su piel, y se bajó del auto con precaución. Primero no vio nada, luego fue rodeada por cuatro matones de poca monta. Ella tuvo dudas de haber llegado al lugar que le dijeron esos hombres, no se parecían en nada, a los empleados que Jason y los Thrasher tenían a su alrededor
Darius sintió el metal empujando su piel y una carcajada de burla hacia él mismo dejó salir a través de sus labios. Se había dejado sorprender por aquella mujer.—Sé que no vas a matarme —se mofó, seguro de lo que decía.—Desde que dejaste a Zara como un cobarde, sucedieron muchas cosas, entre ellas, que sé disparar con mucha precisión. ¿Quieres probar que tan buena es mi puntería? —le dijo ella con ironía.—Mis hombres te matarán, a tu hijo también —Él intentó infundirle miedo.—Antes de que eso ocurra, ya te habrás ido de este mundo —Ella estaba aprovechando la ventaja. No lo iba a dejar ir por mucho miedo que tuviera—. Deja ir a mi hijo y olvidaré este desagradable momento.Darius no podía hacer eso. Ella era la gallina de los huevos de oro. Sin ella, la playa al caribe no sería posible. Pero, cuando escuchó el seguro del arma, supo, que ella le decía la verdad. Levantó una mano pidiendo atención de los hombres que lo estaban ayudando y les ordenó no hacer nada. Luego soltó la mano