Pamela regresó muy decepcionada a su apartamento, según ella su jefe no llegó y ahora tendrá que volver al día siguiente solo para entregar la renuncia. Ella no tiene idea de que el hombre arrogante al que le dio mal la dirección de su hogar, es el presidente al que ella tanto esperó.
Taylor está furioso porque esa noche llegó al lugar donde la chica le aseguró que vive, al no encontrarla, se llenó de rabia y frustrado le indicó a su hombre de confianza que le investigue no solo el paradero, sino la vida de esa chica atrevida.
— De mí, nadie se burla. Esa muchachita ha sobrepasado mis límites y deberá pagar por ello. —Reniega Taylor, apretando los puños y golpeando la pared de su habitación.
Al día siguiente, Pamela llegó muy temprano a la empresa, no quiere volver a toparse con el empleado arrogante y que la vuelva a insultar o a volver con la locura de su casamiento. No va preparada para trabajar, pues, según ella, ya no aceptará continuar en ese cargo y renunciará.
La puerta de la oficina del presidente ya está activa, las luces están encendidas y en el fondo se aprecia la cabellera de un hombre que se esconde detrás de su silla ejecutiva, ella se ha quedado sorprendida al ver en su reloj que aún faltan quince minutos para la hora de entrada y el jefe ya ha llegado.
— Bueno, mi hora ha llegado, las ganas de trabajar en una empresa tan prestigiosa como esta se han esfumado el primer día de trabajo, todo saldrá bien. —Se repite en su mente.
Pamela tocó la puerta con los nudillos, el hombre, al imaginarse de quién se trata, alzó una mano y le hizo señas para que entrara.
— ¡Buenos días, señor! —Saludó Pamela, respirando hondo porque está frente al gran jefe mal educado que todavía le da la espalda.
— ¡Ah! Ya llegó la señorita que se atrevió a burlarse en mi cara. —Expuso Taylor, dándose la vuelta y observando a la chica que está de pie frente a su escritorio.
— ¡Tú, otra vez! —Se quejó Pamela, poniendo los ojos en blanco.
—¿Qué crees?
— Mire señor, no he venido a discutir con usted, ahora necesito ver al jefe, para…
— ¿Para qué? —Le interrumpió Taylor. —¿Le dirás que yo te he estado acosando?, o mejor dicho, he estado haciendo justicia porque su asistente no deseada, me arruinó mis zapatos, ¿es eso lo que le dirás?
Ja, te recomiendo que no lo hagas, me debes un favor y me lo tendrás que pagar antes de que él se dé cuenta, total pronto serás mi esposa.
— Lástima por usted, señor, he venido a entregar mi renuncia, así que, ya no me verá más nunca por aquí. —Se jactó Pamela, a modo de burla y triunfo.
— ¡No puedes renunciar!
— ¿Y quién me lo va a impedir?
¿Usted, que es un simple compañero de trabajo?
— Yo te lo impediré, en calidad de jefe y futuro esposo.
No te molestes en entregarme nada, total, ese papel lo haré pedazos y tiraré a la basura.
Ahora, ¿qué me recomiendas que haga contigo por haber mentido?
¡Aah, ya sé!
Haré que te aplacen en la universidad, te cierren el semestre sin opción a regresar y más nunca puedas volver a estudiar, también le ordenaré a todas las casas de renta que no te alquilen nada para vivir, tu nombre quedará en mal frente a todo el mundo, desearás esconderte y no tendrás donde.
— ¡Qué! —Exclamó asustada. —Usted no puede hacer eso, usted no es mi jefe, y aunque lo fuera, no tiene por qué hacer tal cosa.
— Para tu mala suerte, este gafete dice lo contrario.
Pamela casi se va para atrás al ver que ese hombre con el que desde ayer está discutiendo, no es nadie más que su jefe.
— Ahora no me importa quien seas, he renunciado, así es que ya me retiro. —Anunció Pamela, tragándose los insultos que muere por gritarle.
— Ah, ah, no señorita, tú no te vas hasta que no aceptes ser mi esposa falsa.
— Jamás lo haré…
— Mira, es muy sencillo, tú te haces pasar como mi esposa, claro que tendremos una ceremonia formal. Si tú me ayudas, yo también te ayudaré pagando la gran deuda que tienes en la universidad y te sobrará mucho dinero todavía para que hagas con él lo que quieras, puedes comprar la casa que siempre has soñado o montar tu propio negocio. ¿Qué dices?
Pamela se quedó analizando esa tentadora oferta, ella sabe que si renuncia a esa empresa no volverá a encontrar un trabajo donde le paguen esa cantidad, además, con ese dinero que él le ofrece por ser su esposa falsa, puede pagar el total de su carrera y comprar su propio apartamento como él mismo se lo ha mencionado.
— ¿Puedo darte la respuesta dentro de unos días?
— No, tiene que ser ahora mismo, total, tú no tienes familia a quien pedirle su opinión.
— ¿Y tú como sabes eso?
— A estas alturas no hay nada que yo no sepa de ti, por cierto, muy graciosos tus pijamas y sus dibujos. —Se burló Taylor.
Pamela supo que no podría escapar de ese hombre, y si lo hace no la dejaría en paz. Ella no sabe en qué momento es que Taylor fue a su apartamento, lo que sí sabe es que esos pijamas de los que él se está burlando, sí son de ella y eso significa que la ha estado vigilando desde ayer.
— Por favor, acepta el trato. A mi padre se le ha metido en la cabeza que quiere verme casado, y como ya te habrás dado cuenta, ni siquiera tengo novia.
— Está bien, acepto. Firmaré ese contrato, pero antes de hacerlo quiero que discutamos cada una de sus cláusulas.
Taylor puso sobre la mesa el contrato que elaboró la noche anterior, luego de discutirlo y hacerle algunos cambios con los que Pamela no estaba de acuerdo, ambos lo firmaron.
— ¿Cómo le harás creer a tu familia que has encontrado una esposa?
— Es muy sencillo, les diré que te conocí cuando estuve en el extranjero, y como en ese tiempo tú eras menor de edad, entonces no te pude traer conmigo y te abandoné. Pero ahora que nos hemos vuelto a ver, hemos decidido casarnos.
Pamela sabe que su plan no le saldrá bien a Taylor, ya que los padres de él ya la conocen a ella y no le van a aceptar el cuento de que se conocieron fuera del país.
Con temor a que los señores Morotova revelaran el secreto, una semana después Pamela acompañó a Taylor a la casa de sus padres. Allí la presentó como su novia y también se inventó una gran historia.
Los padres sonríen de felicidad, aunque saben que su hijo miente y quizá le haya pagado a la chica, ellos están contentos de verlo sonreír y hasta parece muy enamorado. Con esa iniciativa, ellos anhelan que Taylor se sienta atraído de verdad y la ame para siempre.
— Hijo, me permites un momento a solas con tu novia, por favor. —Pidió su madre.
— ¡Qué! No mamá. —Pronunció exaltado.
— ¿Qué tiene de malo, hijo? Tan celoso eres, que no la quieres dejar sola, ¿o acaso le temes a algo? —Indagó por retarlo.
— No, mamá. Lo que pasa es que, quiero hacer un anuncio y necesito que las dos estén aquí. —Respondió, lleno de nervios, con temor de que Pamela confiese su secreto.
— ¿De qué se trata lo que vas a decir, amor? —Quiso saber, Pamela, acariciando el brazo del hombre que la ha acercado a él.
— Señorita, Pamela González. Delante de mi familia, esta noche quiero pedirte si me haces el honor de ser mi esposa y la dicha de ser el padre de tus hijos. ¿Aceptas casarte con este hombre que nunca se ha olvidado de ti, desde aquel día que nos conocimos y tú eras prácticamente una niña?
Pamela no esperaba que todo sucediera tan deprisa, volteó a ver a todos los presentes y luego dirigió su mirada húmeda hasta el hombre que se encuentra de rodillas extendiendo un anillo lleno de diamantes en forma de corazón.
— Claro que quiero ser tu esposa, mi amor, he soñado tanto con este día. —Respondió Pamela, fingiendo estar muy emocionada y sorprendida.
Mientras tanto, los señores Morotova se voltean a ver con complicidad, no se han molestado, al contrario, se sienten muy felices y prometen no hacerles preguntas desde ahora.
Un mes después…Una boda de ensueño se está llevando a cabo en uno de los hoteles más finos del país, Taylor Morotova está contrayendo matrimonio con su prometida Pamela. Todos los miembros de la familia se desbordan de felicidad al ver a la hermosa chica vestida de blanco al lado del imponente Taylor, a quien nunca se imaginaron que sería el primero de los trillizos en casarse.La ceremonia dio inicio y todos disfrutan de ver a los jóvenes que están frente al altar dando un paso de felicidad a sus vidas.— Sí, acepto ser la esposa de Taylor Morotova, prometo amarlo y respetarlo hasta el día de mi muerte.Fueron las palabras que Pamela expresó ante el sacerdote, y aquella cantidad de invitados que están atentos y curiosos a lo que está pasando aplaudieron con regocijo. Segundos después se dio la declaración que los designa como marido y mujer, mientras el público pide a coro el tan anhelado beso que representa la unión entre los esposos.Pamela sabe que tiene que fingir, para eso ha s
Antes de que se llegase la hora que Taylor le mencionó que se irían para la reunión, Pamela salió de la empresa y se fue a reunir en una cafetería con sus compañeros, entre ellos, el más fastidioso y cariñoso del aula que solo pasa abrazándola a ella y a las demás chicas.— Pamela, por qué has decidido que nos reunamos aquí y no en tu apartamento como lo hacíamos antes. Allá podíamos divertirnos y aquí no porque hay que guardar silencio. —Se queja su compañera.— Lo siento mucho, pero es que… eh, por el momento no nos podemos reunir allá porque ha llegado mi tía y mi primo, no quiero molestarles con nuestra presencia.— Ah, deberías de presentarnos a ese primo entonces, quizá esté muy guapo y se enamore de alguna de nosotras.— Chicas, por favor, trabajemos. —Les reclama, al sentir su rostro sonrojar.— Buenas tardes, chicos, espero que les esté yendo muy bien en su estudio. —Dijo el hombre que hace unos segundos entró en busca de su esposa.A quien ha encontrado muy sonriente al lado
Pamela no dijo nada, ella ya se esperaba que él no la tratara bien después de haber pasado su primera noche juntos, ahora se quedará sola y le tocará lidiar con aquella practicante que a cada momento pregunta que a qué hora va a llegar el jefe.— Ponte a hacer lo que te he indicado y deja de estar al pendiente de lo que mi marido hace o no hace, ese no es asunto tuyo. —Le regañó Pamela, después de tanta preguntadera por parte de la chica.Pasaron dos días y Taylor no regresa, los suegros llegaron a visitar a Pamela y esta les comentó que está preocupada porque hace unos días él se marchó sin decir a donde y ahora no sabe nada sobre él porque ni sus llamadas le atiende.— No te preocupes, querida nuera, mi hijo se encuentra bien y hoy me ha llamado para que tome su lugar en la empresa porque… él no regresará pronto de su viaje. —Le comunicó su suegro, el señor Brandon.— ¿Cómo así? —Preguntó Pamela, casi yéndose para atrás por la noticia.— Lo siento, mi niña, pero tu esposo se ha marc
Pamela se encuentra nerviosa, no encuentra a manera correcta de decirles a sus suegros que está embarazada. Ha intentado varias veces más llamarle a su esposo para darle la noticia a él primero, pero es lo mismo, no obtiene respuesta. Ella ya se ha resignado a que él no vuelva por ella, total desde su inicio la odió y solo ha sido un contrato, su afecto fingido.— Pamela, necesito que me acompañes a un viaje en el extranjero. —Le informó su suegro, mediante una llamada a su celular.— ¡Qué! —Exclamó ella, con preocupación.— ¿Qué pasa? Por qué te sorprendes, eres mi mano derecha y necesito que vayas conmigo.— Lamento reaccionar así, señor. Lo que sucede es que… eh, yo no estoy bien del estómago y volar me hará mucho mal.— Oh, no te preocupes por eso, querida. En el camino al aeropuerto compraremos unas pastillas para controlar las náuseas y asunto arreglado.Pamela no tiene otra opción, tendrá que aceptar viajar con su suegro y jefe, ella no quiere comentar sobe su embarazo y deberá
Pamela se siente humillada y no desea volver a saber nada de la familia Morotova, su suegro la trajo hasta Taylor bajo engaños, eso no se lo perdonará al señor y ahora mucho menos quiere saber de su esposo traidor. Pero en parte agradece que todo haya sucedido así, pues ella pudo ver con sus propios ojos y comprobar de primera mano que él no la necesita en su vida, ni siquiera como un contrato.Él ya tiene su reemplazo, una dama muy hermosa que no se compara a su baja estatura y cabello negro alborotado, esa es la razón por la cual ni siquiera se ha molestado en comunicarse con ella desde aquella mañana que la dejó en casa después de una noche apasionada.Taylor sacó su teléfono para enviar un correo electrónico a un lugar en donde lo esperan dentro de dos horas, justo en ese momento entró una llamada de su amigo que es médico y al responder se llevó la noticia de su vida, casi se desmaya cuando la escuchó y su mente tardó un poco en procesarla, pero al final valió la pena y agradeció
Taylor llevó junto con él a su esposa, al verlo entrar de la mano de una bella chica a la clínica todos se quedaron sorprendidos, y mucho más cuando él la presentó como su esposa. Llegó tarde a su cita médica, pero eso no ha sido un inconveniente para que le brinden atención médica, saben que tiene dinero y es capaz de comprar ese hospital con tal de que lo atiendan este mismo día.— Qué raro, aquí los médicos te saludan como si ya te conocieran. —Comentó Pamela.— Pronto sabrás el motivo, es probable que la noticia te deje un sabor amargo por el impacto, o quizá, ni siquiera te importe por lo que yo estoy atravesando. —Habló Taylor, con tranquilidad.— Cómo te atreves a decir eso, creo que tus mareos se deben a una debilidad que estás desarrollando.— Es probable que sea así, o puede ser que sea algo peor. En fin, no te preocupes, recuerda que tú no tienes una buena impresión de mi persona porque desde que te conocí te he tratado de la patada, es muy entendible y aceptable si decides
Taylor está contento con el apoyo que su esposa le está brindando, él ya le pidió que no se lo haga saber a la familia hasta que ya todo haya pasado. Sin embargo, Pamela no está de acuerdo con esa decisión y le ha dicho que en cualquier momento él mismo tendrá que hacerlo para que ellos estén al tanto de su estado de salud y por ende preparados para cualquier resultado.— Pamela, ¿te sientes cómoda aquí en el hotel, o quieres que compre una casa para hospedarnos durante el tiempo que estemos aquí? ―Preguntó Taylor, ahora está dispuesto a hacer lo que sea con tal de que ella se sienta la reina de su vida.― No tengo problema al estar en este hotel, toma tú la decisión y yo estaré de acuerdo con lo que decidas. ―Le responde Pamela, sintiéndose orgullosa del cambio que ha logrado hacer en su esposo, que antes se comportaba como un patán y ahora es todo un amor.Pamela prefiere estar en una casa en la cual pueda cocinar deliciosos bocadillos para su esposo, ella ama preparar inventos culi
Dentro de un día se le hará el procedimiento a Taylor, junto a Pamela ya están preparando una maleta porque desde hoy deberá de estar interno en la clínica para cumplir con las veinticuatro horas que se recomiendan de no ingerir alimentos.A Taylor le preocupa el hecho de morir en el intento de salvarse, sin embargo, ahora le consuela saber que su hijo quedará en buenas manos con su familia, además, las empresas que él ha estado administrando seguirán funcionando de lo mejor.― Amor, no olvides que esto lo estoy haciendo por ti y nuestro hijo. Has sido tan buena conmigo que no me has abandonado desde que te enteraste de mi enfermedad.― Todo saldrá bien, cariño, volverás a casa con tu familia y seguirás siendo el mismo de antes.― Volveremos, te recuerdo que tú también eres parte de mi familia y la única que ha estado en mis malos momentos, aunque yo no lo merezca. Además, ya no seré el mismo, ahora seré una mejor persona por ustedes.Pamela asintió con su rostro emocionado, sin embar