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Capítulo 3: La cita.

Seis años atrás.

Él está frente a mí, sonríe. Me sonríe mirando mis ojos. Fuma un puro cubano. Yo sólo puedo ver sus ojos verdes.

Estamos en un bar de la Habana Vieja. Es al aire libre. Está lleno,lleno de turistas. Hay música en vivo. Un grupo de aficionados toca clásico cubanos de Benny Moré, Celia Cruz y Compay Segundo. La clase de música que le gusta a los turistas, música tradicional cubana.

Este lugar es costoso. Jamás pensé estar en un lugar como este. Menos con él. Con el hombre más atractivo que jamás haya conocido. Me siento algo apenada. Él luce muy elegante. No lleva traje pero su ropa, su perfume, su reloj todo en él gritan dinero. Dinero y poder. Yo sólo soy una estudiante de medicina con un vestido de hilo blanco y unas sandalias de correa.

-¿Entonces? Andra.

Él irrumpe mis pensamientos.

- Así que estudias medicina.

-Si.

- ¿Qué año?

- Segundo año.

Él asienta en silencio. Dándole una calada a su puro.

- Eres buena, sacaste la bala y me curaste con maestría. Supongo que quieres ser cirujana. ¿No?

Niego varias veces.

- No.

Él me mira sorprendido.

- Quiero la especialidad de Pediatría.

Él ríe.

- Te gustan los niños

- Si, mucho.

Él suspira y me mira fijamente.

-¿Qué hay de tí?¿Te gustan?

Él no responde. Nos quedamos en silencio. Él sólo mira al grupo de aficionados que están tocando una canción del Benny.

Suspiro

-¿Cuál es tu nombre?

Él me mira a los ojos.

- No me has dicho tu nombre.

Ríe.

- Eres valiente Andra. Primero, salvas a un hombre que no conoces con una herida de bala en el abdomen. Luego, lo besas...

- Tú me besaste yo sólo te seguí el beso.

Lo miro seria.

Él ríe de medio lado con su boca cerrada mirando mis ojos. Se muerde el labio inferior.

- Es cierto,yo te besé. Ahora estás aquí conmigo ¿No te da miedo?

Lo miro en silencio.

-No ¿Por qué? ¿Debería?

Él no dice nada. Ríe de medio lado con sus labios cerrados mirando mis ojos.

-¿A qué te dedicas?

Él se sirve un trago de whisky con doble de hielo, yo sólo tomo un mojito.

- Soy ... Un vendedor.

-¿Un vendedor?

Él asienta.

-¿Qué vendes?

Él piensa su respuesta, traga un sorbo de su whisky.

- Vendo lo que todos quieren, pero lo que todos temen. Vendo la vida y la muerte. Vendo la bendición para algunos y la desgracia para otros. Vendo un instante de felicidad con una eterna condena incluída. Vendo lo prohibido,pero que en el fondo es permitido.

Lo miro un instante. Divertida.

-¿Qué?¿Vendes droga?

Él se queda en silencio. Yo estallo en una carcajada.

Él no dice absolutamente nada.

- Si claro, tú eres un mafioso y yo soy virgen.

Él ríe divertido en silencio.

- ¿Cómo te hiciste la herida?

- Me atacaron, me traicionaron.

-¿Quién?

Él se queda un instante en silencio.

- Mi ex mujer.

Dejo de sonreír. Lo miro en silencio.

- Tranquila. Ella va a pagar, créeme.

-¿Cómo?

Me mira fijamente, sin perder su sonrisa.

- Morirá en mis manos.

Río divertida.

-¿Por qué no puedes hablar nada en serio?

Él sonríe. Toma otro trago de su whisky con hielo.

- No lo sé. Tal vez la realidad a veces puede ser peor que la ficción.

Suspiro. Tomo un trago de mi mojito.

- Es verdad. A veces la realidad sobrepasa la ficción.

Él no responde.

-¿De dónde eres?

-¿Por qué preguntas?

- Tu acento. Me gusta.

- Colombia.

- ¿Colombia?

Él asienta en silencio.

- El país de Pablo Escobar. De la coca.

- Así es. ¿Qué más sabes de mi país?

Me encojo de hombros.

- No lo sé ¿El señor de los cielos?

Él ríe divertido.

- Él era mexicano, no colombiano. Pertenecía al Cartel de Juárez. Por lo visto te gusta la narcocultura.

-¿Qué es eso?

- Es la influencia de el narcotráfico sobre la sociedad, sobre las personas. Influye en los gustos y la manera de pensar de la gente. A veces a tal punto de idealizar a los líderes de los Cárteles más reconocidos.

Me encojo de hombros.

- No sé qué decir. No me gusta ese mundo. Creo que las personas que disfrutan de esas cosas no están bien de la cabeza.

Silencio. Traga en seco. Toma otro trago de whisky, apaga el puro.

-¿Qué hay de las personas que no tienen más remedio? Aquellas que nacieron en ese mundo, que no les dieron a escoger. Que están ahí desde que nacieron.

- No lo sé. Creo que siempre puedes escoger.

Él hace un mohin con sus labios en silencio. Mira su vaso con whisky. Me mira.

- Puede ser.

Aprieta su mandíbula en silencio.

Llega nuestro almuerzo. Pedimos dos pizzas especiales extra grandes. Yo pido un batido de fresa, es mi sabor favorito.

Comemos en silencio. Él se acerca a mí y limpia de mi boca un trozo de queso derretido. No puedo evitar sentir un salto en mi estómago con su tacto.

- Bien. Hablando en serio. Dime.¿Quién eres? Ya déjate de juegos y palabras embriagadoras.

-¿Embriagadoras?

- Si. Sabes que a las mujeres les gusta el misterio,el peligro. Pero eso no va conmigo. Me gusta lo común, lo seguro.

Él me mira en silencio un instante.

Se reclina en la parte trasera de su silla.

- Bueno. Si te gusta lo común, eso te voy a ofrecer. Mi nombre es Oscar Medina. Soy arquitecto, estoy aquí estudiando la arquitectura de la época colonial española. La herida me la hicieron unos vándalos que me robaron.

Yo sonrió. Sigo devorando mi pizza, él no come mucho. Él solo me observa en silencio.

-¿Qué? ¿Por qué me miras así?

- Eres la mujer más hermosa que jamás haya conocido.

Mis mejillas se encienden, siento que no puedo respirar. No sé qué decir.

- Gra... gracias.

Él vuelve a reír.

Una mujer pasa vendiendo rosas. Él le hace una seña. Me compra una hermosa rosa roja. Primero la huele con los ojos cerrados,luego me la ofrece.

Estoy sin respiración. Jamás nadie me ha tratado así. Jamás un hombre tan atractivo me ha tratado así. Tomo la rosa con mi mano. La huelo en silencio. Huele increíble.

- ¿Cómo sabías dónde estudiaba?

Él se queda en silencio.

- Anoche ví tu uniforme de estudiante de medicina sobre una silla. Sacaste la bala y curaste la herida muy bien. Así que deduje que estudiabas medicina. Esta era la facultad de medicina más cerca de tu casa. Así supe cómo encontrarte.

Estaba sorprendida. Él era muy inteligente. Demasiado.

-¿Y si no estaba ahí?¿Y si esa no era mi facultad?

Me mira en silencio.

- Habría hecho lo mismo en todas las facultades de medicina hasta encontrarte.

Rio. Rio a carcajadas.

- Eres un exagerado.

- Créeme vos lo vale.

Nos miramos en silencio.

-¿Por qué?

- Porque eres la única persona en toda mi vida que me ha ayudado a cambio de nada. Sólo me ayudaste sin esperar tan siquiera un gracias.

Me quedo en silencio. No sabía qué decir.

Siento que comienzan a tocar Lágrimas Negras. Amo esa canción, sobre todo la versión de Celia Cruz. No puedo evitar cerrar mis ojos y dejarme llevar por la letra. Es un bolero. Él me mira y ríe.

Sin pensarlo dos veces me levanto de mi silla. Comienzo a bailar al ritmo de la canción en silencio con los ojos cerrados. Él me mira en silencio con una sonrisa en sus carnosos labios. Todos a mi alrededor me miran, lo sé. Pero sólo me importa él, sólo me importa su atención. Doy una vuelta y quedo frente a él. Él no aparta sus ojos de los míos. Tomo su mano.

Él se niega sonriendo en silencio. Yo insisto. No se resiste y va a mi encuentro. Él une su pecho con el mío. Mis manos están sobre su cuello. Las suyas sobre mis caderas. Sus ojos sobre los míos. Bailamos al ritmo de Lágrimas Negras. Él me da una vuelta y vuelvo a quedar frente a él. Me volteo. Muevo mis caderas pegadas a él lentamente con mis ojos cerrados. Sus manos están en mi cintura. Un tirante de mi vestido cae dejando ver el sudor de mi cuerpo y una pequeña parte de mi seno derecho. Mi cabello está en mi cuello hasta más abajo de mis senos. Siento su aliento en mi cuello. Él me voltea lentamente. Nuestros labios están a escasos centímetros. Siento su aliento en mis labios. Él respira con dificultad. Traga en seco.

Suspira...

Se aparta sutilmente de mi.

- Me...me tengo que ir.

No entiendo. Estábamos bien.

-¿Por qué? ¿Hice algo malo?

Él ríe en silencio mirando mis ojos.

- No Andra tú eres un ángel. Un ángel en manos del diablo. Lo siento, esto no es correcto.

Él paga la cuenta y se marcha. Yo aún escucho el bolero y lo miro en silencio alejarse de mí.


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