Brenda irrumpió en casa de sus tíos, iba protestando porque el encuentro con Karl la había dejado de muy mal humor.—¡Es un idiota! Es que provoca aplastarlo como si fuese una asquerosa cucaracha ¡Vas a morir idiota! —exclamó a la nada.Sus tíos y sus primos que estaban sentados en el salón se queda
—De verdad, no creo que no lo sepa, por favor, me urge encontrarla —expresó con un tono de preocupación, casi suplicante.El guardia negó con la cabeza.—Me temo que no. Esa información no la manejamos nosotros —dijo esta vez sintiendo compasión por el hombre.Karl sintió un nudo en el estómago. Se
Karl no podía creer que hubiera sido tan estúpido, justo en ese momento entendió muchas cosas que ella le había dicho, lo de que no se revolcaba con perras y le pasaba la lengua en la mañana, siguió acariciando las orejas del animal quien al parecer estaba negado a retirarse de encima, mientras Bren
Cuando Brenda salió del interior de la casa afectada por la conversación que había sostenido con Karl, su prima se fue detrás de ella de manera inmediata, mientras ella corría por la playa tratando de poner la mayor distancia con el hombre.—¿Qué ocurrió Brenda? ¿Hablaste con él? —inquirió la chica
Caminó y enseguida el animal empezó a brincar delante de él, como invitándolo a jugar, Karl sonrió y empezó a jugar. Mientras lo hacía, divisó a un par de figuras caminando por la orilla, se concentró en la más pequeña y delicada, se fue acercando despacio y con cautela, como un animal asustado que
Brenda no pudo evitar estremecerse ante las palabras de su padre, siempre su relación con él había sido de enfrentamientos, rara vez podían estar en un mismo lugar sin terminar discutiendo, pero ver que tanto dio hasta que la ofreció al mejor postor, como si fuera una propiedad o solo un objeto para
—No te preocupes, confía en mí, no hay nada que Karl Hamilton no pueda lograr —le dijo guiñándole un ojo con coquetería.Si ella llegó a pensar que era pura palabrería de él, se dio cuenta de que no era así, cuando luego de salir de la casa, llegó tres horas después con el abogado, quien ya traía el
Cuando Brenda salió de la habitación de Karl, lo hizo refunfuñando, parecía una fiera. —¡Idiota! Mucho enamorado, me derrito por ti y ni siquiera un pinche beso me dio —protestó. Su prima la vio con aire preocupado y se le acercó. —¿Otra vez el idiota ese se intentó propasar contigo aun cuando le