—Era de mi de quien querían saber, aquí me tienen… ¿No querían preguntarme sobre mi relación con Santos Ferrer? Aprovechen, es su oportunidad, voy a responderle cada una de sus interrogantes. —No, no lo escuchen a él, soy yo quien les dirá la verdad —dijo Sandra y por un momento las miradas de la j
Ornella se quedó sorprendida al ver a los dos hombres, aunque sabía que su hijo Stefano estaba en el mundo automovilístico, no se imaginó ver a Sandro ni a Cristiano. Sandro observó a Stefano que minutos antes le había dicho que su madre estaba muerta, mientras el rostro de la mujer se posaba en él
Stefano se detuvo en seco, se dijo a sí mismo que no debía siquiera prestarle importancia a lo que la mujer le estuviera indicando, porque probablemente era mentira, sin embargo, y a pesar de su oposición terminó escuchándola y preguntando. —¿Quién se llevó a tu hijo? ¿Su padre? —Ornella miró a Ste
—Hasta yo animaré a Santos, después de todo es mi otra pareja —dijo Stefano y todos soltaron la carcajada. El resto del tiempo pasó rápidamente, la conversación fue alegre y divertida, la familia estrechando sus lazos de amistad, mientras Sandra y Stefano, se sentaron apartados de todos, sin poder
Cristiano estaba conmovido por el gesto y las palabras de su hijo, no pudo evitar llorar como un tonto. —Sabes, desde pequeño decías que serías un gran piloto, porque querías ser famoso, te llevaba a cada competencia, siempre ganabas y me ofrecías los trofeos, decías que también eran míos. Yo te ll
Stefano la dejó de piel a piel, acariciándola, besándola en todas partes, regalándole todo tipo de caricias, las que ella le regalaba de vuelta, llorando de placer, el chico acarició sus cabellos sedosos, pasó la yema de sus dedos por su cuero cabelludo, provocando que Sandra gimiera de satisfacción
Los días se convirtieron en semanas, meses, la unión entre ellos se fue consolidando, carrera tras carrera, siempre la lideraba uno de los dos, la gente, se acostumbró a la relación entre Santos y Stefano, pero Frank, seguía al acecho, no se había atrevido a revelar la verdad sobre Santos, pero no s
Stefano le sonrió al mismo tiempo que la apretó contra sí y besó sus labios carnosos con pasión, sus manos recorrieron su cuerpo con maestría, le acarició sus hermosas cúspides, mientras ella comenzó a estremecerse producto de las sensaciones que él despertó en ella. Le masajeó la espalda lentament