Katy lo observó sorprendida y a pesar de querer seguir luchando, de resistirse, supo que estaba perdida y que no tenía otra opción, sino dejarse chantajear. Mike vio la expresión de Katy y un resquicio de remordimiento se abrió paso en su interior, pero algo le impedía dejarla ir, solo tenía que co
Unos minutos después la vio salir con un vestido rojo, ajustado en cada curva de su cuerpo. La erección en su pantalón se agudizó.“¡Mierd4! Ella me va a volver loco ¡Es perfecta! Me encanta el contraste de su piel con la tela”.Su conciencia se burló ante la reacción de su cuerpo porque parecía un
Con un gruñido bajo, la puso de espaldas, inclinándola hacia adelante, la penetró profundamente. Ella gritó cuando él la llenó por completo, estirando y acariciando cada centímetro de su apretado coño. Iniciaron de nuevo la danza, se movieron juntos a un ritmo frenético que rápidamente alcanzó un cr
Por un momento todos se quedaron en silencio, el peso de lo que había contado Mike, tuvo el efecto de haber colocado un ladrillo en sus corazones y el ambiente, estaba un tanto fúnebre. —Lo siento Katy… mi amor, como me gustaría devolver el tiempo para no causarte ningún dolor. Por favor, deja eso
Ese ataque de Mike, provocó tristeza, decepción en ella, si aguantó otros chistes racistas similares, fue porque se sumergió en sus propios pensamientos, observando a todos a su alrededor y viendo que eran felices, todo lo que ella no era, suspiró con pesar. Se levantó para ir al balcón y allí la en
Después de diez minutos regresó, Katy se recostó en la cama, mientras Carlotta la veía con cara de pocas amigas. —Lotta amichi ¿Y si dormimos? —interrogó Katy, temerosa de la reacción de Carlotta, —Mira Chiquinquirá, esto es una puñetera pijamada, era de mujeres, pero ya metiste a los hombres… —re
Así que creyendo que Mike no estaba por todo eso, salió de la habitación tratando de hacer el menor ruido posible caminó por el comedor, para asomarse a la cocina, más no contó que antes de llegar, tenía al hombre detrás de ella, hablándole al oído. —¿Dónde cree que va usted señorita? —como ella no
—¿Por qué no me quitas esto? —interrogó. —Porque haremos un juego… yo te voy a dar varios alimentos y cada vez que aciertes yo me quito una prenda y cuando no aciertes yo te la quito a ti —pronunció con voz ronca. —Ay una desventaja —habló ella con tristeza—. Tú podrás disfrutar cuando me desnude